Recientemente, conmemoramos el Día de la Gastronomía Sostenible, una celebración que busca fomentar prácticas para cuidar mejor nuestra salud y mitigar el impacto ambiental que supone la producción de determinados alimentos.

Dicen que somos lo que comemos, de ahí la importancia de implementar prácticas para una alimentación no solo más saludable, sino también, que responda a un modelo de producción y consumo más respetuoso con el medio ambiente.

Tomar conciencia sobre el valor de los alimentos, nos lleva a plantearnos una mejor forma para elegirlos y prepararlos, de manera tal, que podamos hacer un buen uso de todas sus partes, para que impacten de forma positiva en nuestra salud y el cuidado del medio ambiente.

Pero, ¿qué podemos hacer para implementar una gastronomía sostenible? Estos son algunos consejos que nos permitirán dar un giro en nuestra vida y empezar a tomar decisiones más orientadas a la reducción de nuestra huella ecológica y, por supuesto, al cuidado integral de nuestra salud:

  • Realizar compras locales: Comprar tan cerca como se pueda de nuestro hogar y alimentos producidos en nuestro país mejorará nuestra huella ecológica, además, apoyaremos a los agricultores y a la producción local, así como a los comerciantes de nuestra comunidad.
  • Comprar alimentos de temporada: Estos alimentos son más frescos, económicos y tienen una menor huella ecológica. Con ellos podemos innovar en las preparaciones, elaborando, por ejemplo vinagretas, salmueras, conservas y deshidratados. También, podemos congelar estos alimentos para almacenarlos por más tiempo, como en el caso de la yuca, plátano verde y otros productos.
  • Comprar verduras o frutas con una forma irregular o deformaciones: Una alimentación balanceada incluye frutas y vegetales todos los días; incluir en nuestras recetas las frutas y las verduras que son consideradas irregulares, puede contribuir a que no terminen en el basurero y que sean descartadas por su aspecto físico. Con ello, evitamos el desperdicio de alimentos, una práctica que tanto daño hace en la actualidad.
  • Aprovechar todas las partes del alimento: Esto puede brindarnos grandes beneficios a nuestra salud; variar nuestras recetas, incluyendo las cáscaras, tallos y hojas, nos puede aportar fibra dietética y otros nutrientes importantes para nuestra salud. Los huesos de pollo, carne o pescado, pueden servirnos para hacer sopas, cremas o salsas y así ampliar nuestro recetario semanal.
  • Rescatar recetas tradicionales: Es importante volver a nuestras raíces, incorporando a nuestra alimentación, esas recetas tradicionales que utilizan alimentos autóctonos y subutilizados, por ejemplo, una deliciosa olla de carne que incorpore verduras como el tacaco, un alimento endémico que guarda un gran valor cultural y nutricional. Estas recetas suelen aportar una gran variedad de vitaminas, minerales y fibra dietética, lo cual, contribuye con mejorar nuestra salud y prevenir diferentes enfermedades.

En momentos como los que vivimos, no podemos olvidar que la gastronomía sostenible tiene un impacto directo en el desarrollo de todo país, ya que seguridad alimentaria, producción sostenible de alimentos, desarrollo agrícola, consumo responsable y conservación de la biodiversidad

Se trata de un compromiso que es de todos, pero que debe empezar en cada hogar, en cada familia y en cada individuo consciente de la necesidad urgente de un cambio, de cara a la implementación de sistemas alimentarios más sostenibles.

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