Declaratoria se presentó este 7 de junio en el evento de Alto Nivel Inmersos en el Cambio.

La académica de la Universidad Nacional (UNA), Karol Ulate Naranjo, y el académico de la Universidad de Costa Rica (UCR), Álvaro Morales Ramírez, presentaron una declaración para alzar la voz por un océano sostenible.

El documento se formuló luego del Congreso de Integración de Saberes para un Océano Sostenible (CISOS24), organizado por la Comisión de Vicerrectores de Investigación del Consejo Nacional de Rectores (Conare) y donde se realizaron foros, mesas redondas, talleres y más actividades.

El congreso se celebró del 3 a 6 de junio y contó con la participación de más de 500 académicos y científicos de 20 países de América, Europa y Asia, así como de asociaciones de desarrollo, líderes y lideresas comunitarias, organizaciones no gubernamentales y otros actores locales que desarrollan acciones en pro de la sostenibilidad del océano.

Su presentación se realizó este 7 de junio en el evento de Alto Nivel Inmersos en el Cambio, preparatorio para la Cumbre Mundial de los Océanos a celebrarse en Niza en el 2025, con la coorganización de los Gobiernos de Francia y Costa Rica.

El pronunciamiento aborda los temas urgentes y problemáticas que se deben enfrentar en temas como gobernanza del mar, donde se introduce la diplomacia azul como una herramienta que une el ámbito científico y académico con el político, facilitando espacios de diálogo necesarios para gestionar y preservar el océano de manera justa para las futuras generaciones.

Respecto a la protección de los ecosistemas marinos, se insta a los gobiernos a integrar políticas públicas que combinen elementos académicos, comunitarios y políticos para abordar los problemas de las poblaciones marino-costeras.

Además llama implementar y respetar instrumentos internacionales y desarrollar marcos normativos nacionales para el uso sostenible de los recursos marinos, evitando la sobreexplotación y la contaminación.

Por otra parte se promueve la creación de áreas de conservación marina, siguiendo los principios de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, para gestionar y conservar eficientemente la biodiversidad marina en áreas fuera de la jurisdicción nacional.

En el tema de riesgo y monitoreo del océano, se subraya la necesidad de que los gobiernos colaboren con el sector académico y científico para desarrollar planes de emergencia y proteger a las comunidades costeras vulnerables al cambio climático.

“Es fundamental divulgar los resultados de investigaciones y fortalecer la influencia política del sector científico para mejorar las políticas públicas y la planificación del sistema marino-costero”, amplía el documento.

Asimismo, instan a priorizar la inversión en tecnología avanzada para el monitoreo y gestión de riesgos oceánicos, fomentar el desarrollo sostenible en las zonas costeras y fortalecer la resiliencia ante amenazas como tsunamis. También se considera crucial mejorar el acceso a datos satelitales, expandir el uso de fibra óptica y desarrollar protocolos de monitoreo de fauna marina respetando los ecosistemas.

Con respecto a la productividad del océano y su salud, se resalta la necesidad de impulsar la investigación y el monitoreo de fenómenos como las floraciones algales nocivas, abordar integralmente la contaminación marina y fomentar la colaboración entre sectores académicos, privados y públicos.

Asimismo, la importancia de preservar el ambiente marino y los recursos en las zonas económicas exclusivas de los países, requiriendo recursos, infraestructura y capacitación adecuada.

Es determinante ampliar la infraestructura y acceso a datos para decisiones informadas, medir el impacto de la pesca artesanal frente a las grandes industrias pesqueras, fomentar la maricultura sostenible y aumentar la investigación en tecnologías limpias para reducir emisiones y aprovechar la energía de los océanos".

Finalmente, bajo el eje "Un océano que inspira", llaman a la ciudadanía para participar en procesos de investigación a través de la ciencia ciudadana y aseguran, se debe mantener un equilibrio entre la conservación del océano, el aprovechamiento de sus recursos y los derechos humanos de quienes dependen de ellos, fomentando prácticas no extractivas que aseguren una vida digna.

Asimismo, afirman que es esencial proteger la biodiversidad marina e incentivar la investigación en regiones profundas mediante la cooperación internacional, así como equipar adecuadamente a los laboratorios para facilitar proyectos de investigación experimental y organizar conferencias para difundir resultados y metodologías a sectores sociales, productivos y políticos, que promuevan el intercambio de conocimientos.

Para Francisco González, rector de la UNA, la sostenibilidad del océano no es solo una preocupación ambiental, sino una cuestión vital para el futuro del planeta y la humanidad.

Nuestras universidades han estado a la vanguardia de la investigación marina, desarrollando estudios pioneros sobre la biodiversidad, los impactos del cambio climático en los ecosistemas oceánicos y las técnicas de conservación más efectivas, así como el monitoreo ante los riesgos y cómo podemos convivir adecuadamente las personas con la naturaleza".

Continuó:

Nuestro país es 92 % océano, mucho de este es aún desconocido por la mayoría y por esto es necesario sensibilizar e invertir en investigación que nos permita conocer quiénes somos y cuál es el patrimonio cultural y natural que tenemos”.

Participación de jóvenes

Durante estos días también se realizó la Cumbre de Juventudes Latinoamérica Azul, organizada por la Alianza de Sostenibilidad del Océano (SOA) capítulo Costa Rica. El espacio reunió a 100 jóvenes de Latinoamérica y el mundo para discutir temas relevantes sobre la sostenibilidad del océano y el cumplimiento del ODS 14.

Marilyn Valverde, representante de la SOA en Costa Rica fue la encargada de presentar un extracto de la declaratoria preparada por los jóvenes participantes:

Como juventudes latinoamericanas, reconocemos el rol crucial que cumple el océano en nuestras vidas y cómo necesitamos su conservación para hacerle frente a la triple crisis planetaria que enfrentamos".

Ella indicó que buscan una mayor ambición de los países de la región latinoamericana en los siguientes puntos principales:

  • Cumplir la meta 30/30 del Marco Global de Diversidad Biológica de manera efectiva, sin permitir actividades perjudiciales.
  • Ratificar y firmar en los países de nuestra región el acuerdo de diversidad biológica más allá de la jurisdicción nacional.
  • Incluir soluciones basadas en el océano dentro de las contribuciones nacionales determinadas de los países de la región.
  • La creación de un reconocimiento  a centros educativos que incluyan la cultura oceánica.
  • Establecer una comisión internacional latinoamericana de contaminación marina que tenga como objetivo la centralización de la información a nivel regional y que sea accesible a todos los países de la forma de una plataforma de datos de acceso libre, gratuito y en línea.

También incluyen en su declaratoria posicionamientos públicos, propuestas nacionales y la generación de investigación científica que permitan que los países de la región muestren apoyo a la moratoria por la minería submarina.

Secretario de Estado del Mar francés resalta necesidad de política pública basada en ciencia

Hervé Berville, Secretario de Estado del Mar de Francia participó en el acto de clausura y aseguró que la ciencia es necesaria, no solo para comprender mejor el océano, sino para guiar las políticas públicas.

Berville detalló en la necesidad de convencer a otros países de que, por ejemplo, los microplásticos son perjudiciales para la salud y una amenaza para la biodiversidad marina. También dijo que es importante que la ciencia convenza a la gente de que no deberíamos iniciar la minería en aguas profundas porque sólo se conoce el tres por ciento de este hermoso ecosistema:

Necesitamos, recursos genéticos marinos que están en las profundidades del mar que podrán ayudarnos para abordar alguna enfermedad para avanzar en el campo farmacéutico y médico, entonces no deberíamos iniciar una actividad que dañe el ecosistema".

Agregó:

También necesitamos ciencia para comprender mejor el impacto de las actividades económicas en este ecosistemas marinos, y para asegurarnos de que no solo impongamos reglas, sino también sanciones”.

Finalmente, el ministro de Relaciones de Relaciones Exteriores, Arnoldo André Tinoco, destacó el compromiso y espíritu por el avance del conocimiento:

En Costa Rica reconocemos la importancia vital de esta colaboración entre la ciencia, la política y la sociedad. Estamos comprometidos con la protección de nuestro océano y con el desarrollo de políticas públicas basadas en evidencia científica, que promuevan la conservación y el uso sostenible de nuestros recursos marinos. Sabemos que este es un desafío que requiere del esfuerzo conjunto a nivel mundial".

El canciller recordó que el océano y sus recursos no conocen fronteras y su preservación es responsabilidad de todos nosotros. Por lo tanto, es fundamental fortalecer los lazos de colaboración y cooperación entre los diferentes actores, tanto a nivel nacional como internacional.