Apagón del 9 de mayo se tenía previsto al menos desde la 1 p.m. de ese día.

Un informe de la División de Operación y Control del Sistema Eléctrico (DOCSE) del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) reveló la situación crítica en la que se encontraba el Sistema Eléctrico Nacional el 9 de mayo, cuando se generó un apagón en varios sectores del país, el cual las autoridades adjudicaron a una "falla" en un generador de la empresa estatal.

Ese día localidades como La Sabana, Curridabat, Guadalupe, Pavas, Dulce Nombre de Tres Ríos, Granadilla, La Betania, Alajuela, San Joaquín de Flores y otros reportaron haberse quedado sin suministro eléctrico minutos antes de las 6 de la tarde.

De acuerdo con el documento, el 9 de mayo inició con un déficit de 120 megavatios (MW) en la producción de energía eólica y un faltante de 18 megavatios de generación con fuentes térmicas que fue acumulándose a lo largo del día, sumado a que los embalses de las plantas hidroeléctricas Pirrís, Cachí y Reventazón se encontraban cerca de sus niveles mínimos de operación (cota mínima), de modo que las reservas de generación de electricidad con las que contaba el ICE ese día eran bajas.

Dato D+: Según datos del ICE, para el 9 de mayo se tenía programada una generación de electricidad con viento de 2411.66 Megavatios hora (MWh), sin embargo, lo efectivamente generado fue de 1476 MWh. Entre las 00:00 horas y las 7:00 a.m. solo se habían generado con viento 249.33 MWh versus los 901.49 que estaban programados.

En situaciones donde el país necesita más potencia de lo programado ya sea porque hay una generación con fuentes renovables por debajo de lo proyectado, mayor demanda que lo previsto o fallas en generadores que deben ser sustituidos, la Sala de Control del DOCSE aplica un "orden de mérito", es decir, una priorización de uso de los recursos de generación compuesta por 20 elementos donde la número 19 es aumentar la potencia de generación del PH Reventazón y la última es generar apagones para bajar la demanda.

El informe, sin embargo, señala que desde las 00:00 horas solamente había margen para aumentar generación del PH Reventazón, el cual ya estaba produciendo electricidad por encima de lo que se tenía programado con el propósito de cubrir las desviaciones de generación registradas. La situación perduró hasta las 7 de la mañana, hora en la que el despacho real de generación volvió a comportarse como estaba previsto desde el punto de vista de potencia.

A las 10 de la mañana el proyecto hidroeléctrico Chucás entró en incumplimiento de su programa de despacho de energía por el orden de 50 Megavatios, lo cual se prolongó hasta las 4 de la tarde de ese día, sumando una desviación total de 225 Megavatios hora.

Para las 12:45 p.m. el ICE registró un nuevo cambio de tendencia en la curva de energía que podía ser rápidamente activada para cubrir picos de demanda o situaciones de emergencia que obligó a aumentar la generación por encima de lo programado. Menos de una hora después, a la 1:30 p.m., el DOCSE advirtió que si las condiciones del sistema no cambiaban, se llegaría a utilizar toda la reserva energética disponible y podría ser necesario aplicar desconexiones de carga (apagones) alrededor de las 8:00 p.m. de ese día.

De acuerdo con el informe, a la hora de esa alerta y en las subsiguientes los embalses de las plantas Pirrís, Cachí y Reventazón estaban por debajo o muy cerca de los niveles programados para ese día, acercándose a su nivel mínimo, situación que si no cambiaba hacía necesario aplicar desconexiones de carga y hacía prever que para el día siguiente, viernes 10 de mayo, habría un déficit de generación cercano a los 5200 Megavatios hora, de acuerdo con los pronósticos hidrometeorológicos y la disponibilidad de recursos de generación que se tenían en ese momento.

A raíz de esa situación, el ICE tomó la decisión de cortar 100 megavatios de carga a partir de las 5:30 p. m. de ese día, generando los apagones reportados.

Situación a las 5:00 p. m.

Según el informe del ICE para las 5 de la tarde el Sistema Eléctrico Nacional acumulaba un faltante de 367 Megavatios hora de generación con recursos térmicos (combustible), principalmente ocasionado porque la Unidad 9 de la Planta Térmica Garabito salió de operación forzosamente desde las 11:59 p.m. del 8 de mayo, dejando indisponible 18 megavatios de generación.

Sumado al déficit de generación de energía eólica registrado durante todo el día, el faltante de generación a las 5 p.m. había llegado a los 592 MWh. Al final del día fue de 932 MWh.

Por otro lado no hubo eventos en el Mercado Eléctrico Regional (MER) que afectaran los intercambios de energía programados, sin embargo, las importaciones previstas por Costa Rica fueron 42.6 MWh por debajo de lo esperado, algo que según el ICE es normal en la operación de sistemas interconectados y que es parte de las transacciones que se liquidan en el MER.

A esa hora se reportaba que el proyecto hidroeléctrico Angostura estaba operando con 4 centímetros de nivel de agua por encima de lo programado, lo que permitió generar electricidad con tres unidades hasta las 5 p.m. y darle alto caudal al PH Reventazón. Esta última también reportó un nivel de embalse 5 centímetros por encima de lo programado, un caudal de entrada de 150 metros cúbicos por segundo y una pérdida de nivel de 5 centímetros por hora, gracias al líquido que estaba recibiendo por la operación del PH Angostura.

Mientras tanto, el embalse de Pirrís estaba 19 centímetros por debajo de lo proyectado y al mismo tiempo estaba generando electricidad con una unidad más de lo previsto. La planta terminó produciendo 151 MWh de energía más que lo que estaba programado.

El PH Cachí tenía su embalse 4 centímetros por debajo de lo programado y estaba generando electricidad con dos unidades programadas a plena carga y en cascada con dos unidades del PH La Joya. En este caso la planta generó 145 MWh más que lo que estaba programado.

Apagón y normalización

Según el informe "Estado del SEN" del 9 de mayo, la desconexión para bajar carga se activó a las 5:45 p. m. y alcanzó los 108.7 Megavatios, sin embargo, el documento del DOCSE revela que en total fueron 165.95, repartidos en 84.4 no servidos por la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL) y 84.55 no servidos por el ICE.

La reducción total de la demanda del Sistema Eléctrico Nacional respecto a lo programado alcanzó los 327 MWh, lo que permitió reducir la potencia de las plantas Cachí, Pirrís y Reventazón, recuperando o deteniendo la caída de sus embalses. 

A las 7:28 p.m. del 9 de mayo Casa Presidencial remitió a los medios un audio del gerente de electricidad del ICE, Roberto Quirós Balma indicando que los cortes de electricidad que se habían reportado en distintos puntos del país se debieron a "un fallo en una de las unidades generadoras del ICE" y no a racionamientos. 

Sin embargo, el boletín diario sobre lo ocurrido en el Sistema Eléctrico Nacional no reportó fallo de ninguna unidad de previo a los apagones del 9 de mayo. El que sí aparece ocurrió a las 11:05 p. m. en la subestación eléctrica de Barranca, asociada al Proyecto Hidroeléctrico Echandi, donde se reportó una falla en el circuito de distribución que ocasionó una pérdida de generación eléctrica de 3 Megavatios que se resolvió 20 minutos después.

A la misma hora en que Casa Presidencial transmitió el audio del gerente de electricidad, el DOCSE recibió "la instrucción" de bajar el nivel del embalse del PH Pirrís de su cota mínima operativa de 1160 metros sobre el nivel del mar (msnm) hasta la cota de 1151.5 msnm (8,5 metros), lo que implicó un aumento de la reserva energética por 4,8 Gigavatios hora (GWh) "cambiando significativamente las condiciones operativas".

Según el documento, ese cambio "no es una condición regular de operación", pero sí es "factible transitoriamente", según información de la División de Generación del ICE.

Habiéndose dado la orden de bajar más el nivel del embalse del PH Pirrís, el ICE procedió a reconectar las zonas con apagones, proceso que culminó a las 7:38 p.m. de ese día. Asimismo, procedió a elaborar la proyección de energía requerida para el día siguiente, determinando que "los recursos de generación son suficientes para el suministro eléctrico nacional".

El informe del ICE concluyó indicando que el incidente de ese día se debió a un inminente agotamiento de las reservas energéticas nacionales producto de las desviaciones que se presentaron en los recursos de generación, tanto por indisponibilidades, como por variabilidad del recurso fuente (viento, agua, etc.).

"Fue necesario aplicar la desconexión de carga para no agotar dichas reservas, continuar manteniendo el equilibrio continuo entre la generación y la demanda y contar con mayores recursos de generación para enfrentar el déficit que se proyectaba para el 10 de mayo. El incremento de la reserva energética gracias al uso transitorio de 8.5 m del embalse Pirrís por debajo de la cota mínima operativa, permitió normalizar anticipadamente la carga afectada y obtener un predespacho de generación para el 10 de mayo con suficiencia de recursos para atender toda la demanda eléctrica", finaliza el documento.