El próximo 4 de febrero quedará grabado en la historia política del país. Por primera vez se realizará una elección municipal paritaria, y se podría llegar a observar la mayor cantidad de mujeres ocupando puestos de alcaldías, intendencias, regidurías y sindicaturas en los gobiernos locales costarricenses.

Este esfuerzo implementado por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) representa un paso más que fortalece la participación igualitaria de las mujeres en la política nacional.

El camino no ha sido fácil y esta elección municipal llega pocos meses después de que se conmemoraran los 100 años de la Liga Feminista en el país, una organización fundamental para alcanzar el voto femenino a mediados del siglo pasado.

Los mecanismos para lograr la igualdad también incluyeron la implementación de la Ley 7.142 de Promoción de la Igualdad Social de la Mujer en 1990 y las reformas al Código Electoral de 1996 y 2009, que representaron pasos claves en este proceso.

Ahora, tras el histórico fallo de la Sala Constitucional, la paridad horizontal en todos los puestos de elección popular es una realidad y se desafían estadísticas que demuestran que existe una deuda con las mujeres a nivel municipal.

Por ejemplo, un informe del Programa Estado de la Nación señaló la existencia de “una gran disparidad por género” en las alcaldías nacionales y advirtió que la brecha se agudizó en el último proceso de 2020.

Entre 2002 y 2016, el porcentaje de mujeres en las alcaldías no superó el 12%, pero en 2020 disminuyó a un 7%. El estudio concluye que, en los gobiernos locales vigentes, las alcaldías son controladas casi exclusivamente por hombres”, señaló el estudio del PEN.

Además, el PEN detalló que entre 1953 y 1986, el promedio de las mujeres electas en cargos municipales no superó el 10%, y destacó que tras la Ley de  Promoción de la Igualdad Social de la Mujer en 1990, se alcanzó una mayor cantidad de mujeres electas como regidoras. El pico máximo fue de un 40% de mujeres regidoras, pero esa cifra ha ido disminuyendo.

Este escenario nos presenta que la sólida y reconocida democracia costarricense enfrenta un reto para que las mujeres gocen de todas las oportunidades para ser electas en cargos públicos.

Es importante comentar que los datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) reflejan que a nivel regional se debe seguir trabajando en esta deuda histórica, ya que la participación de las mujeres en los cargos de máxima autoridad municipal (al 2021) en América Latina y el Caribe alcanzó apenas en promedio, un 15,36%. Costa Rica no figuró entre los países con los mejores índices.

Si bien serán las personas ciudadanas las que elijan a los representantes locales que más les simpatizan, hay que destacar que estas elecciones municipales son históricas para todas las mujeres costarricenses que dieron luchas por la igualdad en el pasado, las que lo hacemos en la actualidad, y por las que lo realizarán en el futuro.

La Unión Nacional de Gobiernos Locales, en su calidad de representante del régimen municipal, asumirá la responsabilidad de guiar, respaldar y ofrecer mentoría a todas las mujeres que se sumarán a este sistema, siguiendo la misma dedicación y compromiso que hemos brindado a aquellas que ya forman parte de él.

Nuestra organización se compromete a promover un ambiente inclusivo y de igualdad de oportunidades, asegurando que las nuevas integrantes encuentren el apoyo necesario para desarrollar sus capacidades y contribuir de manera significativa al progreso y bienestar de sus comunidades.

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