La autoestima es un tema de relevancia social, emocional y psicológica. Es un tema del que se habla mucho, pero en ocasiones se sabe poco cómo impacta en la vida propia y ajena. Es necesaria y útil, para poder desenvolvernos al máximo como seres humanos, con confianza y seguridad en nosotros mismos, desde la niñez hasta la adultez mayor. Con respecto a la población adulta mayor, múltiples estudios apuntan a que, en un futuro no muy lejano, esta población será predominante. La OMS estima que para el año 2050, 1 de cada 6 personas será adulta mayor, a comparación de la estadística actual, que registra 1 persona adulta mayor por cada 11 personas.
Tomando esto en cuenta, se debe considerar la importancia de trabajar la autoestima en esta población, no únicamente con el fin de “prepararnos para el futuro”, sino con la meta de aprender a trabajar con estas poblaciones, y sobre un tema que representa gran importancia tanto personal como social, más aún tomando en cuenta que diversos estudios indican que la baja autoestima es muy común en población adulta mayor.
Es bien sabido que como seres humanos tenemos la necesidad de sentirnos queridos, aceptados, y en general, de sentir que pertenecemos a un grupo social, y esta necesidad podemos cumplirla a través del uso de una herramienta muy importante, la cual es la autoestima. La autoestima es la evaluación subjetiva (personal) que tienen los individuos acerca de su valor como personas. Es importante ya que permite a la persona evaluar tanto sus capacidades, habilidades y reconocimientos en sí mismo. Dentro de esta también se toma en cuenta el significado del autoconcepto —que puede ser negativo o positivo— el cual determina cómo nos vemos a nosotros mismos. De forma más simplificada, podemos ver la autoestima como esa sensación de sentirnos útiles y valorados, y tomando en cuenta el concepto que tenemos cada uno de nosotros mismos.
Por otra parte, tratar la autoestima en las personas adultas mayores es fundamental, ya que para que aumente es necesario resaltar en cada persona sus habilidades, aptitudes y valores, las cuales en el caso de esta población se ven afectados por el paso del tiempo. Una persona adulta mayor con autoestima alta afronta de mejor manera la etapa de vida en la que se encuentra y sobrellevara mejor su existencia dentro de la comunidad. Además, es común en esta población que la autoestima se vea afectada por los cambios físicos, enfermedades que se presentan y cambios en el entorno social por lo que también es de importancia trabajar en esos aspectos.
Para poder prevenir las posibles consecuencias de una baja autoestima, se pueden fomentar ciertas prácticas con el fin de ayudar a construir una autoestima saludable en las personas mayores. Esto no será solamente función de cada persona desde su individualidad, sino que puede ser también un trabajo en conjunto, que pretende involucrar a personas significativas para la persona y que puedan colaborar en este proceso.
Dentro de las prácticas que puede realizar una persona adulta mayor por su cuenta, se deberían incluir actividades como: reconocer en qué se es bueno, reflexionar acerca de las limitaciones propias, pero también las cualidades, aprender a reconocer y manejar los estados de ánimo, cuidar su aspecto personal y asistir a grupos en la comunidad. Todo esto con el fin de que, por medio de actividades de reconocimiento personal pueda comprender su valor y sus capacidades.
De la misma manera, se pueden también llevar a cabo otras actividades, en las cuales se tome en cuenta la participación de personas allegadas al adulto mayor. Algunas de estas actividades implican: fomentar su autonomía a través de la independencia en actividades que puedan hacer solos, hacerles sentir que son útiles e importantes, ayudarles a mantenerse activos tanto físicamente como mentalmente, permitirle la toma de decisiones importantes para sí mismo, y respetar su intimidad y privacidad. La práctica de estas actividades puede tener un efecto positivo en la autoestima del adulto mayor y un sentido de apoyo social importante.
Finalmente, entender el valor que involucra tener una buena autoestima, además de las formas en que se puede trabajar es de gran importancia. Tener conciencia, tanto sí se es adulto mayor a si se tienen adultos mayores en casa, puede hacer una gran diferencia en el impacto en la vida personal. Si ya se encuentra en la adultez mayor, implementar estas prácticas ayudará a mejorar la calidad de vida, a sentirse mejor tanto emocionalmente como físicamente, y se logrará explotar o desarrollar habilidades y destrezas, que quizá no se sabía que se tenían. Y, por otro lado, si se es convive con una persona adulta mayor, a través de estas actividades se logrará demostrar afecto, seguridad, confianza y amor, y por qué no, ser un promotor de la salud mental, física y emocional.
Lea la “Guía de Autoestima en Adultos Mayores”, que contiene mayor información con respecto a lo discutido en el artículo.
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