La discusión sobre el futuro del Consejo Nacional de la Persona Adulta Mayor (Conapam) ha girado en torno a dos opciones: su adscripción al Ministerio de Salud o su fortalecimiento. Aunque la primera opción pueda parecer viable a primera vista, un análisis más profundo muestra que convertir al Conapam en un ente autónomo y especializado es la mejor alternativa para afrontar los desafíos del envejecimiento en Costa Rica.
El país enfrenta una acelerada transición demográfica. Según datos del INEC, para el año 2050, 25 de cada 100 personas en Costa Rica tendrán 65 años o más, una cifra considerablemente mayor en comparación con 2024, donde esta proporción es de 11 por cada 100. Este crecimiento obliga a pensar en soluciones a largo plazo que aseguren una calidad de vida digna para la población mayor. Adscribir el Conapam al Ministerio de Salud se percibe como una medida de corto plazo que no responde adecuadamente a las necesidades multidimensionales del envejecimiento.
Adscribir el Conapam al Ministerio de Salud podría restringir su capacidad de actuar de manera independiente. Al depender de las directrices del ministerio, el enfoque del Conapam podría verse limitado a aspectos puramente sanitarios, dejando de lado otras áreas esenciales como la protección social, la inclusión y los derechos humanos de las personas mayores. Esta subordinación a un ministerio con un enfoque predominantemente sanitario dificultaría la capacidad de responder con rapidez y flexibilidad a las necesidades específicas de la población mayor.
Convertir al Conapam en un instituto especializado permitiría garantizar su independencia, facilitando la formulación y ejecución de políticas específicas para las personas adultas mayores. Esta idea ya fue expuesta en periodos legislativos pasados. Un ente autónomo tendría la flexibilidad necesaria para coordinar con diferentes sectores e instituciones, asegurando una respuesta más integral. El envejecimiento no es únicamente un problema sanitario, sino que involucra dimensiones sociales, económicas, culturales y de derechos humanos que requieren un enfoque interdisciplinario.
Por otro lado, adscribir el Conapam al Ministerio de Salud no garantiza necesariamente un fortalecimiento técnico. Los recursos del Conapam podrían verse limitados por las prioridades del ministerio, lo que afectaría su capacidad de actuar de manera eficiente y de implementar programas específicos para personas mayores. Preocupa que incluso se deje aun más de lado el trabajo que realizan las organizaciones de bienestar social que atienden el problema del envejecimiento y vejez a nivel comunitario. En contraste, un instituto especializado se dedicaría exclusivamente a este grupo, con un equipo técnico capaz de impulsar políticas innovadoras y efectivas.
Al depender del Ministerio de Salud, el Conapam podría enfrentar dificultades para coordinar eficazmente con otras instituciones, ya que el ministerio prioriza los temas sanitarios. Por otro lado, un instituto autónomo tendría la capacidad de articularse mejor con diversos actores, garantizando la atención integral de las necesidades de las personas mayores. Un enfoque limitado al ámbito sanitario podría descuidar temas fundamentales como la inclusión social, la participación comunitaria y la protección contra la discriminación por edad (edadismo).
El proyecto de ley (expediente 24.585) que plantea la adscripción del Conapam al Ministerio de Salud también excluye a las universidades públicas de su Junta Rectora, lo que supone una pérdida significativa. La opinión de las universidades públicas es vital en la toma de decisiones a nivel país. Las universidades desempeñan un papel esencial en la investigación y la formación de profesionales en áreas críticas para el envejecimiento. Además, promueven la innovación en políticas públicas y programas intergeneracionales, fundamentales para el envejecimiento activo y saludable. Excluirlas limitaría la capacidad del Conapam para enfrentar los retos del envejecimiento de manera integral y basada en la ciencia.
El envejecimiento es un proceso que afecta a toda la sociedad, y es fundamental que las políticas y programas dirigidos a las personas adultas mayores sean inclusivos y no dejen fuera a ningún sector. Un Conapam efectivo debe representar la diversidad de las personas mayores en Costa Rica, atendiendo sus necesidades, promoviendo su inclusión y protegiendo sus derechos. Esto implica involucrar a todos los actores relevantes, incluidas las universidades, organizaciones no gubernamentales y otros sectores de la sociedad.
Uno de los principales desafíos del envejecimiento poblacional es la sostenibilidad financiera de los programas dirigidos a las personas mayores. El fortalecimiento del Conapam implica diversificar sus fuentes de financiamiento, asegurando su sostenibilidad a largo plazo. Adscribir el Conapam al Ministerio de Salud, por el contrario, podría limitar sus recursos, ya que tendría que competir con otros programas de salud pública dentro de un presupuesto global. Esta competencia afectaría su capacidad para ampliar la cobertura y mejorar la calidad de los programas para personas mayores, comprometiendo su efectividad a largo plazo.
Fortalecer el Conapam como un instituto especializado y autónomo es esencial para garantizar una atención integral y centrada en los derechos de las personas adultas mayores. Adscribirlo al Ministerio de Salud podría reducir su efectividad y limitar su enfoque a aspectos sanitarios, descuidando dimensiones cruciales como la inclusión social, la participación y la protección de derechos. Un Conapam transformado y fortalecido aseguraría una respuesta más completa a los desafíos del envejecimiento en Costa Rica, coordinando de manera eficaz con múltiples actores y garantizando que las políticas públicas respondan adecuadamente a las necesidades y derechos específicos de la población mayor.
Costa Rica necesita tomarse en serio la atención al envejecimiento. Solo un Conapam autónomo y especializado puede liderar la creación de políticas y acciones inclusivas y sostenibles, protegiendo los derechos de las personas mayores y promoviendo su participación plena en la sociedad.
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