Hace algunos meses el señor Alberto Quesada Rojas de la Fundación Marviva, publicó un artículo titulado "La economía circular no acabará con la contaminación por plásticos", que me abre la posibilidad de ahondar en los detalles de un tema que me apasiona.

¿Qué es la Economía Circular?

La Economía Circular (EC) es un modelo y un paraguas conceptual amplio e integrador, que incluye conceptos como la logística inversa, la ecología industrial, la responsabilidad extendida al productor, la biomimesis, los enfoques de diseño de la cuna a la cuna, entre muchos otros.

Según el Foro Económico Mundial, la Economía Circular es “un sistema industrial regenerativo por intención y diseño. Reemplaza el concepto de fin de la vida útil gracias a la restauración, respalda una transición hacia energías renovables, elimina el uso de substancias químicas tóxicas, fomenta la reutilización y el retorno de los materiales a la biosfera, y busca la eliminación de la “basura” a través de diseños corriente arriba (superior design), de materiales, productos, sistemas y modelos de negocio”.

Un sistema industrial con tres principios

Como se vio en la definición pasada, la EC ubica la responsabilidad principal en las empresas, no en las personas. La EC es un sistema planteado para el ecosistema industrial. De hecho, si una persona quisiera saber qué tan circular es, no hay herramientas para hacerlo, en cambio, sí existen herramientas para la medición de circularidad de las empresas.

Adicionalmente, la Economía Circular también se extiende a los contextos legislativos y a las políticas públicas orientadas hacia el sector empresarial. Recientemente en Costa Rica se acaba de presentar un proyecto de Ley de Economía Circular (expediente 23.847), que establece tanto restricciones como estímulos para fomentar un sistema productivo más sostenible.

La Economía Circular aboga por un enfoque holístico y tiene tres principios: N.1: diseñar para eliminar la basura y la contaminación; N.2: asegurar que los materiales circulen y sean utilizados en su máximo valor molecular, y finalmente N.3: regenerar los ecosistemas.

La Economía Circular no es solo reciclaje, es mucho más.

La Escalera de la Economía Circular presenta las prioridades que hay que tomar en cuenta en cualquier proyecto de circularidad. En esta escalera el reciclaje es más bien el último paso. Plantea que las empresas deben primero fabricar y usar responsablemente los productos a través de (primero) el rechazo de materia prima virgen, (segundo) el rediseño de productos y materiales, (tercero) el hecho de repensar y reconsiderar el sentido de propiedad de las cosas (alquilar en vez de vender por ejemplo) y (cuarto) la reducción de productos y materia prima virgen utilizada en los productos. Solamente en los últimos eslabones de la cadena, cuando nada de esto haya sido posible, se plantea el reciclaje como una novena opción. El reciclaje nunca será la única respuesta satisfactoria ante la crisis actual, y esto lo sabemos muy bien las personas que venimos investigando la Economía Circular.

La importancia de la Economía Circular

La adopción de modelos de EC en la agenda mundial contribuiría a alcanzar los objetivos climáticos acordados por la comunidad internacional. Recientemente se ha publicado un trabajo realizado por la Fundación Ellen Macarthur y Material Economics que demuestra cómo la transformación del modelo de producción y consumo hacia una EC podría reducir 45% de las emisiones asociadas, al tiempo que generaría beneficios económicos sustanciales.

Es innegable que el mundo enfrenta una crisis ambiental preocupante debido a la contaminación plástica y a los dañinos patrones de producción y desecho, y el responsable es un sistema capitalista extractivo y lineal. La EC es una oportunidad para repensar nuestro enfoque en la producción y el consumo, abogando por la adopción de prácticas más sostenibles y responsables para preservar el medio ambiente y los derechos humanos fundamentales. Hoy más que nunca, las agendas internacionales están volcadas a la circularidad, y las empresas están cada vez más comprometidas con este tipo de economía alterna, más circular y regenerativa, que es el único hasta el momento que ha logrado tener consensos globales y multi-sectoriales por la reducción de emisiones de carbono, la reducción de plásticos desechables y en general por la reducción de impactos ambientales negativos.

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