En La Nación del pasado 15 de septiembre, se publica un artículo titulado “El Niño provoca sequías simultáneas en el Caribe y el Pacifico”. Hay información del Instituto Meteorológico Nacional (IMN), de su Sistema de Alerta Temprana de Sequía y se menciona también a la Organización Meteorológica Mundial (OMM). En resumen nos alertan de lo siguiente:

  • Que el inusual calentamiento del mar Caribe se traduce en falta de lluvias en Limón.
  • Que los años 2023 y 2024 serán excepcionales con sequía en el Caribe y el Pacifico simultáneamente con los déficits de lluvias correspondientes, afectando la disponibilidad de agua especialmente para el verano.
  • Que el mes de agosto ha sido el más cálido desde que se tienen registros en el país.

A lo anterior hay que agregar que en la reciente Cumbre sobre la Ambición Climática en el marco de 78. ª Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York (20-09-2023), el secretario general de la ONU Antonio Guterres, informó:

  • Que casi todos los indicadores para lograr mantener el aumento de la temperatura media de la Tierra por debajo de los 1,5 grados, tal y como se aprobó en el Acuerdo de París, están atrasados o van en la dirección contraria.
  • Los fenómenos meteorológicos extremos desplazan a millones de personas, el mundo se está sobrecalentando y los incendios forestales fuera de control causan muerte y destrucción.
  • La era del calentamiento global ya terminó y ahora ha llegado la era de la ebullición global.

Se vaticinan eventos extremos caracterizados por lluvias intensas, en períodos breves, con gran afectación a la población, la infraestructura social y productiva, acompañada de períodos de sequía más intensas y prolongadas. Hay que prepararse para esos eventos extremos.

Es interesante dar un rápido vistazo a lo que está sucediendo en algunos países de América Latina que pueden servir de referencia a Costa Rica.

  • En Chile después de 13 años de sequía, entre junio y agosto de este año hubo lluvias torrenciales en la zona centro sur con gran afectación a la población, inundaciones y pérdidas materiales. El presidente Gabriel Boric, dijo que se van a construir con urgencia 15 represas para mitigar el efecto devastador de las aguas y almacenar agua para la sequía.
  • En Panamá hay sequía que afecta la disponibilidad de agua para la población en ciertas zonas y está limitando las operaciones del canal interoceánico por lo que dejarán de depender solo de los dos lagos que abastecen actualmente el canal y construirán un nuevo embalse denominado Río Indio.
  • Los países del cono sur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) grandes productores de granos, en especial soya, se estima que tuvieron pérdidas de 30 mil millones de dólares por efectos de la sequía de los últimos tres años.
  • Uruguay, incluso ha tenido que tomar medidas de emergencia para abastecer de agua a la población y está impulsando proyectos de represas para prevenir la crisis hídrica.
  • En México, donde las sequías son un fenómeno cíclico que afecta al territorio mexicano de forma recurrente, principalmente al centro y norte del país, el presidente Manuel López Obrador, informó que a fines de 2024 se dispondrá de 100 mil hectáreas de riego en Nayarit, Sinaloa y Sonora.

En este panorama que se observa en varios países de América Latina, incluyendo a Costa Rica, hubo varios factores que influyeron en las medidas urgentes que ahora se están tomando para prevenir las sequías. Hubo falta de prevención, se priorizaron otras inversiones y probablemente no se previó la magnitud y ocurrencia de los eventos extremos del clima; hubo falta de recursos y pérdidas importantes de agua en los sistemas de abastecimiento para la población y uso en la agricultura; hubo demoras en la toma de decisiones teniendo incluso estudios avanzados para la construcción de infraestructuras. Hay otro factor muy importante que ha influido especialmente en los cuestionamientos hacia las inversiones en represas que hubo en el pasado debido a los impactos negativos que las construcciones provocaron en el ambiente.

Hay nuevos enfoques que contribuyen a que las inversiones en infraestructura de almacenamiento sean menos invasivas. El Grupo Banco Mundial está impulsando un nuevo paradigma para el almacenamiento de agua que proporciona tres servicios principales:

  • Mejora la disponibilidad de agua.
  • Reduce los impactos de las inundaciones.
  • Ofrece varios servicios a diversos sectores, entre ellos la energía, a través de la regulación de los flujos de agua.

Se logra la resiliencia climática a través de infraestructura hidráulica gris y verde. La idea es lograr equilibrio en las inversiones de infraestructura gris (p.ej. captación, almacenamiento y distribución de agua), con infraestructura verde con soluciones basadas en la naturaleza y una extensa gama de servicios ecosistémicos de los cuales Costa Rica fue precursor en el mundo (fijación de carbono, conservación y uso sostenible de la biodiversidad, cantidad y calidad de agua, belleza escénica, etc.), servicios que son generados, entre otros, por la creación, restauración y manejo de bosques; desarrollo de la agroforestería; mejores prácticas agrícolas que inciden en las cuencas altas para mejorar la calidad de agua en la cuenca.

Otro enfoque innovador es la Iniciativa Hemisférica de Agua y Agricultura que impulsa el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con cuatro ejes:

  • Producción y almacenamiento de agua mediante la gestión integrada de recursos hídricos en cuencas hidrográficas, las soluciones basadas en la naturaleza y las buenas prácticas agrícolas.
  • Mejoramiento de la eficiencia en el uso del agua para la agricultura mediante la innovación tecnológica.
  • Gobernanza del agua para la agricultura de forma participativa e inclusiva.
  • Impulso a las inversiones para captación, almacenamiento, distribución y riego en finca.

En Costa Rica de acuerdo a la Cuenta de Agua del BCCR (2021):

  • La actividad económica con la mayor utilización final de agua fue la “Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca” (81%), seguida por los “Hogares costarricenses” (8%), la actividad de “Manufactura y construcción” (6%), y por último la actividad de “Servicios” (5%).
  • El porcentaje de pérdidas en la distribución de los operadores de agua para el 2017 fue de un 52%.
  • Hay una disponibilidad de 17.015 m3 por habitante; este volumen se encuentra por debajo del promedio para América Latina y el Caribe, que según informes del Banco Mundial para el 2017 es de 21.874 m3 por habitante.

Hay dos indicadores que llaman la atención, en Costa Rica la agricultura consume el 81% del agua, cifra que está por sobre el 70% que el Foro Mundial de Agua estima para el mundo. El Foro también estima que la eficiencia del uso del agua en la agricultura es aún muy baja, por lo común menor al 50%, cifra que puede ser de referencia para Costa Rica. El otro indicador son las enormes pérdidas del 52% del agua en la distribución para consumo de la población y otros sectores productivos no agrícolas, cuya mayor responsabilidad está en la gestión de AyA.

Hay que cuidar el agua y hacer un uso eficiente. La seguridad hídrica se ha convertido para muchos países en un tema de seguridad nacional. Para 2050, la demanda de alimentos se duplicará. En un plazo tan breve como 2030, se requiere incrementar la producción de alimentos en un 50%. Se estima que para ese año, casi 55% de la población del mundo dependerá de importaciones de alimentos como resultado de la escasez de agua en sus países, todo ello en un ambiente de mayor volatilidad de los precios. Sin agua no hay agricultura y sin agricultura no hay seguridad alimentaria; por eso la seguridad hídrica debe ir de la mano de la seguridad alimentaria.

Costa Rica tiene el liderazgo, el conocimiento y la capacidad para prepararse para los eventos extremos del clima, con iniciativas para lograr un uso más eficiente del agua, infraestructura con equilibrio entre inversiones grises y verdes, opciones de represas pequeñas y medianas donde el ICE tiene gran experiencia (ya se inició la construcción del embalse del río Piedras en Guanacaste), el ahorro, la reducción de pérdidas y de los despilfarros de agua, la recarga natural y artificial de acuíferos y el mejoramiento en la gestión de aguas subterráneas, la reutilización en condiciones de seguridad de las aguas residuales para la agricultura y la industria, la intensificación de cultivos de variedades vegetales, tanto tradicionales como nuevas, resistentes al estrés hídrico.

Ante las limitaciones presupuestarias habría que buscar las alianzas público-privadas, y además, capitalizar la experiencia y habilidad que tiene el país para captar fondos verdes y financiamiento combinado (blended finance). Sería deseable que pudiera crearse una mesa de trabajo con participación del MAG, MINAE e ICE, y concerten un plan de acción ejecutivo, definiendo acciones inmediatas, de corto, mediano y largo plazo para prepararse para los eventos extremos del clima, especialmente la sequía.

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