Planes de Adaptación buscan reducir la vulnerabilidad y construir la resiliencia ante la crisis climática.
20 cantones harán frente a la crisis climática con nuevos Planes de Acción para la Adaptación al Cambio Climático.
Se trata de un esfuerzo por reducir la vulnerabilidad y construir la resiliencia ante la crisis ambiental que comanda el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) por medio de la Dirección de Cambio Climático, en alianza con municipalidades y el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) en el marco del proyecto "Plan-A: Territorios Resilientes".
Los cantones tomados en cuenta en esta iniciativa piloto que inició en 2021 son: La Cruz, Upala, Los Chiles, Cañas, Nicoya, Naranjo, Montes de Oro, Puntarenas, Alajuelita, Belén, Pococí, Siquirres, Matina, Turrialba, Acosta, Parrita, Talamanca, Buenos Aires, Osa y Corredores.
En comunicado a la prensa, desde las instituciones involucradas resaltaron que el proceso involucró evaluaciones de riesgos climáticos que utilizaron distintas metodologías y la información más actualizada disponible en cada cantón. A partir de los resultados, se identificaron y priorizaron acciones de adaptación en estrecha colaboración con las comunidades locales.
El desarrollo de los planes y los diagnósticos se hicieron en alianza con los gobiernos locales y bajo metodologías de participación ciudadana involucrando a la sociedad civil, e instituciones públicas regionales.
Además, se establecieron estructuras de gobernanza y mecanismos institucionales adecuados para integrar estas acciones en la planificación estratégica y territorial de los cantones. Esto incluye la creación de comisiones de cambio climático y comités de gestión de riesgo.
Como resultado, estos cantones actualmente cuentan con esquemas de acciones estratégicas prioritarias en adaptación al cambio climático hechas a su medida, que se están incorporando en instrumentos de planificación y gestión territorial, como planes de desarrollo estratégicos y operativos municipales, así como planes reguladores urbanos y costeros.
La mayoría de los planes ya han sido aprobados por los Concejos Municipales respectivos y otros están en espera de ese último proceso de formalización.
Paralelo a este proceso, resaltaron que la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (Setena), ha venido incorporando la variable ambiental como un requisito fundamental para la aprobación de los Planes Reguladores Ambientales.
Recientemente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su "Primer Informe de Evaluación de Desempeño Ambiental Costa Rica 2023", enfatizó que el país es altamente vulnerable a las consecuencias ambientales, sociales y económicas del cambio climático.
Entre los datos mencionaron que, según el Instituto Meteorológico Nacional, los fenómenos climáticos extremos cobraron la vida de unos 546 costarricenses entre 1980 y 2017. Además que la falta de un uso de la tierra y de una planificación urbana adecuada, exacerba el impacto de los desastres naturales en la infraestructura y los asentamientos y aumenta la vulnerabilidad de las personas a los fenómenos relacionados con el clima.
Agregaron que de 2016 a 2020, las pérdidas por desastres naturales ascendieron a 820 millones de dólares. En el caso de la tormenta tropical Nate, de 2017, causó las mayores pérdidas de los últimos 25 años, equivalentes al 1% del PIB del país.
Además, recordaron que la Política Nacional de Adaptación 2018-2030 indicó que los costos de los fenómenos meteorológicos relacionados con el clima podrían alcanzar entre el 1,6% y el 2,5% del PIB para 2025, incluida la reparación de infraestructuras de agua y transporte dañadas.
La Directora Proyecto Plan A, Raquel Gómez Ramírez, recordó que la adaptación al cambio climático es un imperativo global, pero gran parte de su éxito depende de soluciones lideradas localmente que respeten y reflejen la diversidad de contextos, que respondan a las necesidades de las comunidades afectadas y en riesgo, y que potencien sus capacidades únicas.
Creemos que es posible construir un futuro sostenible y resiliente a través de la inteligencia colectiva de los actores en los territorios, y esto es precisamente lo que 20 cantones piloto emprendieron con la elaboración de sus planes locales de Adaptación al cambio climático, con el apoyo del proyecto Plan A".
Sobre la aplicación de estos planes de adaptación, el alcalde de la Municipalidad de Osa, Jorge Alberto Cole De León, que a partir de esta herramienta han priorizado la implementación de tres proyectos urgentes que sugiere el plan.
Entre estos destacó la necesidad de contar con un plan regulador, un proyecto de protección y restauración del humedal Térraba-Sierpe y por último recuperar las fuentes de agua para consumo humano en el cantón en conjunto con las Asadas.
Por su parte, Mónica Vargas, gestora ambiental de la municipalidad de Parrita, comentó que uno de los aspectos importantes de la construcción del plan fue la inclusión y participación de la comunidad, instituciones regionales y actores locales del cantón.
Esto nos permite conocer las necesidades de adaptación existentes en las comunidades y la capacidad instalada que tenemos para responder a ellas”.
Vargas también mencionó que el plan además sirve como herramienta para el Plan de Emergencias de Parrita y el Plan Regulador del cantón, en los cuales ya están incorporando el aspecto de adaptación al cambio climático.