El pasado 6 de mayo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró el fin de la emergencia por la pandemia del Coronavirus, una fecha que muchos pensamos que no llegaría. Ahora, a tres años de sufrir una de las peores crisis sanitarias en el mundo, nos enfrentamos a la llamada era post COVID, un periodo que ha servido entre muchas cosas, para recabar las enseñanzas sobre cómo enfrentar posibles crisis; mejor preparados y con más herramientas.

Si bien, estamos en un momento de mayor calma, los organismos internacionales han sido claros en que son tiempos para mantenernos alertas y no bajar la guardia ante eventuales enfermedades que nos pueden afectar. En ese sentido preventivo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha realizado en los últimos meses una serie de esfuerzos a nivel de comunicación para concientizar sobre los riesgos de la Peste Porcina Africana (PPA) y cómo podemos seguir manteniendo a nuestro país libre de este mal.

Para adentrarnos en el tema, podemos decir que la PPA es una enfermedad viral altamente contagiosa y resistente que afecta a cerdos y a jabalíes. Los animales se infectan principalmente a través del contacto directo con otros animales infectados o con productos contaminados. Incluso, puede propagarse a través de garrapatas y mosquitos, también por medio de alimentos contaminados. Eso sí, a diferencia del Coronavirus, la PPA no representa un riesgo directo para la salud humana, sin embargo, puede tener severas implicaciones a nivel económico, alimentario y medioambiental,

Por ejemplo, de acuerdo con especialistas de la FAO, una de las particularidades de la PPA es su alta mortalidad en los cerdos infectados, lo que podría implicar grandes pérdidas económicas para los productores y las distintas cadenas de suministro y comercialización de carne de cerdo (restricciones comerciales y embargos a las exportaciones). Asimismo, podría desencadenar en el cierre de granjas porcinas, ocasionando una pérdida de empleos para los trabajadores de este sector.

¡Calma, calma! Que no cunda el pánico. Si bien, las implicaciones del posible ingreso de la Peste Porcina Africana (PPA) al país son graves, es momento de seguir avanzando en el camino de la prevención por medio de la implementación de medidas rigurosas de bioseguridad, la restricción del movimiento de cerdos y productos porcinos entre áreas, una gestión adecuada de residuos y subproductos porcinos, sumado a un control de poblaciones de jabalíes. Y sobre todo, mantener los esfuerzos en capacitar a las personas productoras y personal relacionado con la industria en las medidas de bioseguridad y en el reconocimiento de los síntomas de la PPA. Porque si hay algo que nos han enseñado las crisis del pasado, es la importancia de la prevención y la educación para mitigar y reducir sus impactos.

Si desea conocer más sobre la PPA consulte las redes sociales del MAG, FAO y SENASA.

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