La economía circular en Costa Rica y el proyecto de ley que presenté el día de ayer representan un enfoque político significativo para abordar los desafíos ambientales y económicos del país. La economía circular busca reducir el desperdicio y promover la reutilización, reciclaje y renovación de recursos, alineándose con los objetivos de sostenibilidad y protección del ambiente siendo respetuosos de la relación ambiente-economía.
El expediente 23.847, refleja el compromiso de mi persona como diputado de la república y mi equipo de despacho para avanzar hacia un modelo económico responsable y que promueva el uso eficiente de los recursos aprovechando su máximo potencial. Al establecer un marco legal y regulador, buscamos fomentar prácticas empresariales sostenibles, gestión adecuada de residuos y considerar criterios de economía circular en la toma de decisiones.
Esta iniciativa política ofrece varias oportunidades. Primero, puede impulsar la innovación y la investigación en prácticas circulares y tecnologías limpias, lo simboliza una oportunidad de atracción de inversiones y consecuentemente estimular el crecimiento económico en sectores sostenibles. Además, fomenta la colaboración entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil para trabajar juntos hacia una economía más verde.
La realidad es que tenemos en la economía circular una alternativa atractiva que busca redefinir qué es el crecimiento. Esto implica separar la actividad económica del consumo excesivo de recursos naturales y eliminar la generación de residuos y contaminantes del sistema productivo, desde la etapa de diseño de bienes y servicios dando la oportunidad a las empresas de sobresalir en los mercados a través del valor agregado.
El 27 de junio anterior se presentó la Estrategia Nacional de Economía Circular, pero este es un primer paso que requiere reforzarse con la aprobación del marco regulatorio que proponemos en el proyecto de ley para avanzar hacia la reconversión de la industria y que ésta adopte el modelo de circularidad. La estrategia y el proyecto de ley son instrumentos complementarios, es decir, la ley viene a instrumentalizar la estrategia. Por ejemplo, la estrategia incluye entre las barreras identificadas para avanzar hacia una economía circular, la falta de regulación que permita el desarrollo de nuevos modelos de negocios circulares, así como la falta de instrumentos financieros. Es ahí donde entra en juego el papel del proyecto de ley que presentamos, justamente crea ese marco regulatorio habilitante e incentivos fiscales para facilitar esa transformación.
Quiero destacar que considero fundamental contemplar el tema de la educación ambiental como motor de desarrollo. En esta línea, es importante destacar que en esta línea el proyecto de ley contempla el abordaje adecuado desde el Ministerio de Educación en cuanto a la formación de consumidores informados y responsables. Pero la educación ambiental no se limita solo a los centros educativos o las poblaciones más jóvenes. Una propuesta integral que busque la transformación de los modelos de producción y consumo requiere necesariamente el compromiso de las organizaciones del Estado en lo que respecta a capacitación, desarrollo tecnológico, acompañamiento, investigación y formación.
Como con cualquier iniciativa, el éxito de este proyecto de ley dependerá de su implementación efectiva y monitoreo constante. El cumplimiento de las regulaciones y el compromiso continuo de todos los actores involucrados serán fundamentales para lograr resultados positivos. También será esencial evaluar el impacto socioeconómico y ambiental del proyecto a medida que avanza para garantizar que realmente contribuya al bienestar de la población.
Nuestro país ha sido un pionero en políticas ambientales progresistas y en la promoción de energías renovables. Es el momento de ir más allá. La economía circular en Costa Rica, representa una iniciativa política valiosa para abordar los desafíos ambientales y promover un modelo económico más sostenible. Su implementación y seguimiento adecuado son cruciales para lograr los resultados deseados y avanzar hacia un futuro más responsable y verde para el país. En esta línea, no omito recordar a los y las costarricenses que las puertas de mi despacho se encuentran abiertas y que el trabajo por delante es grande. En la comisión viene el proceso de mejoramiento de la propuesta y la participación de los diferentes actores es fundamental.
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