Solamente el opening, con la voz fantasmagórica de Plumm, y su pieza “You are the one”, sumado a una imagen estilo trip hop clásico británico, es más que suficiente para complacer los sentidos.
Pero si eso no es suficiente, no se puede dejar pasar por alto una serie de Apple que incluya en su soundtrack “Teardrop”, versión original de Massive Attack, y también en cover.
Si aún requiere más, la trama es atrapante. Gabriel es un agente francés y Alison trabaja para la inteligencia británica. Juntos salvan el día mientras luchan porque su propio pasado no los consuma. Es difícil definir quién es sincero y quién engaña cuando ambos juegan a dos bandas.
La serie tiene una marcada influencia francesa ya que cuenta con producción de ese país, pero también tiene producción inglesa, y desde su título juega con esta relación franco-británica. La palabra liaison es inglesa, pero su origen es francés y se usa para designar las relaciones de amantes, como la de Alison y Gabriel.
Vincent Cassel es Gabriel, el rudo (y la cara le ayuda), tiene amplia experiencia haciendo papeles de tipo duro y curtido. Desde los roles en películas eminentemente cómicas (Asterix y Obelix: el reino medio), pasando por las satíricas (Doberman) hasta las netamente dramáticas (Irreversible).
Su compañera es Eva Green, Alison, la misteriosa (Green siempre ha sido una musa gótica que ha recorrido todos los matices del negro). Sabe darle oscuridad a sus personajes al mismo tiempo que fuerza, lo que la hace despuntar incluso en películas de calidad mediocre (si, estamos hablando de la nefasta “300: Rise of empire”).
El Hollywood Reporter consideró que la serie se prestaba más para una sola puesta de 100 minutos que para seis capítulos de una hora cada uno. Ahora, es cierto que la tensión sexual entre los personajes inicia siendo casi tan inflamable como un molotov, y que a mitad de la serie se vuelve casi una “simple relación de exs". Es cierto, sí, pero quedémonos con lo bueno del Reporter: la descripción que hace del protagonista como un agente “súper cool y muy eficaz”, ciertamente los seis capítulos valen la pena de ser vistos.
Nuestros protagonistas enfrentarán muchos problemas bastante actuales en un viejo continente políticamente incorrecto. Xenofobia, manipulación política, privatización del estado, corrupción legislativa y, principalmente, la amenaza del miedo al terrorismo. Y que se moverán de un país a otro para detener el complot que puede poner en juego, no solo la política de sus países sino del mundo.
Para comprender la historia de Gabriel y Alison, debemos movernos a finales de los noventa, cuando ambos son jóvenes activistas en una sociedad francesa llena de protestas y represión política. Acá es necesario hacer un paréntesis histórico para recordar que Francia no solamente es baguettes y vino, y que fue hasta 1996 que detuvo 30 años de pruebas nucleares en la Polinesia Francesa. Los habitantes del archipiélago tienen hoy alta incidencia de cáncer y esperan todavía una disculpa (que no llega) por parte del gobierno francés.
Ese es el caldo de cultivo para Liaison, que presenta la cara mala de Europa. Una Francia llena de política sucia (sin contar con la previa mención a su colonialismo), o una Inglaterra que juega siempre el papel de estar dentro o fuera, a conveniencia. Todo ello salpicado por los conflictos de Oriente Medio y aderezado con hackers sirios.
Así que, finalmente, pongámonos políticos, ya que el tema se presta. Citando al sociólogo Zygmunt Bauman, en su obra Tiempos líquidos:
El miedo está ahí, y explotar su caudal en apariencia inagotable y autorrenovable es una tentación a la que muchos políticos estiman difícil resistirse".
Eso es Liaison, miedo puro, político. Siendo conducido de manera magistral por los dos protagonistas, en varias locaciones europeas, al ritmo del mejor trip hop y la textura vocal de Plumm.
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