En la conferencia de prensa posterior Consejo de Gobierno del 8 de febrero, el presidente Rodrigo Chaves Robles anunció la firma de un reglamento que provocará que las panaderías, pastelerías, ebanisterías, talleres, remodelaciones y actividades de servicios ya no requerirán viabilidad ambiental de la Secretaría Técnica Nacional Ambiental (SETENA) del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) para funcionar.
Las autoridades indicaron que dichas actividades representan el 65% de las iniciativas de muy bajo, o bajo impacto ambiental que ingresan normalmente a la SETENA.
Dentro de esta categoría se pueden además mencionar, todas las obras o proyectos de mejora, reparación y reconstrucción que se ejecuten en infraestructura pública o privada, no requieren viabilidad ambiental. Todas las actividades agrícolas que se han cultivado en algún momento en fincas, incluyendo la rotación, la renovación de cultivos, así como el cambio de actividad agropecuaria a otra actividad agropecuaria, tampoco requerirán de la Viabilidad.
Para oficializar el reglamento el gobierno llevó a cabo un proceso de reforma del Reglamento de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) en donde la SETENA apoyó activamente y se contó con la participación de los diferentes sectores del país.
Chaves Robles calificó de “inadmisible" el gasto de recursos de SETENA en actividades de bajo y muy bajo impacto ambiental y que los emprendedores de proyectos tengan que invertir entre 180 mil y 300 mil colones en recursos propios, "en un trámite completamente burocrático, que poco beneficia al ambiente, o al país".
El ministro de Ambiente y Energía, Franz Tattenbach Capra, explicó que el nuevo Reglamento pretende asegurar una mayor presencia de la SETENA en el campo, para verificar el cumplimiento de los compromisos ambientales adquiridos.
EL MINAE y la SETENA, deben enfocarse en el análisis y seguimiento ambiental de los proyectos de mayor impacto ambiental, y en las áreas con mayor presencia de ecosistemas vulnerables ambientalmente . No en trámites de escritorio burocráticos que datan del 2004. Nada hacemos controlando lo pequeñito si no le damos seguimiento a lo grande”, detalló el jerarca.
En los cambios la administración destacó:
- Mayor resguardo para el ambiente, con Medidas Ambientales con indicadores de seguimiento y monitoreo ambiental para todos los formularios e instrumentos de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Mayor Responsabilidad al Consultor ambiental en el proceso de Evaluación de Impacto Ambiental.
- Simplifica trámites, no solicita requisitos que competen a otras instituciones y a otros momentos de los proyectos, por ejemplo, el permiso de ubicación de las plantas de tratamiento, que ya está regulado por el Ministerio de Salud.
- No se crean nuevos requisitos, ni obligaciones, ni nuevas tarifas, se reducen los costos por Estudios de Impacto Ambiental (EsIA), en un 50%.
- Se reducen los plazos de revisión para todos los formularios, e instrumentos de evaluación de parte de la administración.
- Se reduce en un 32,9% los términos de referencia de los EsIA, adelgazándolos para que se presenten requisitos que sean solamente competencias de la EIA.