Sé que lo que salga de aquí será una especie de collage angustiante, pero eso es lo que nos ofrece la realidad nacional, un cuadro lleno de parches de malos augurios para la democracia costarricense.

Nuestro remedo de Trump, el populista, arbitrario y mentiroso Rodrigo Chaves tiene guerra abierta contra la institucionalidad del país, mientras casi todos los grupos políticos representados en la Asamblea Legislativa responden sin fuerza y con lentitud o de plano conspiran con el Ejecutivo, como los diputados de Nueva República; ya sabíamos que esto sería así, pues el jefe de bancada, Fabricio Alvarado, había cantado en su momento sus amores por Trump y Bolsonaro. Fabricio no iba a perder la oportunidad de festejar a otro destructor con Biblia.

El cambio histórico que prometió el facho criollo pasa por corromper la autonomía de todas las instituciones, que la ostentan gracias a la Constitución Política, también pasa por ensuciar la cara verde del país, que tan buenos frutos le ha dado a Costa Rica. En esto, lamentablemente, le hizo el juego la Asamblea Legislativa enterrando el Acuerdo de Escazú. Tuvimos allí la confabulación de los mercaderes y los “provida”, nunca peor utilizado el término. Yo me pregunto si acaban con el ambiente y desmerecen la naturaleza dónde pondrán sus cigotitos y embrioncitos “bebé”. La visión economicista y miope hizo pasar a Costa Rica por una de las peores vergüenzas. Todavía resuenan en mis oídos las falsedades dichas por David Segura afirmando que los comunistas querían el Acuerdo de Escazú para expropiar empresas. Este cristiano parece que borró el VIII Mandamiento de su libro sagrado.

Los embates de Chaves a los otros poderes son absolutamente preocupantes y el inesperado acercamiento de Juan Diego Castro (otrora crítico acérrimo de Chaves) a figuras ligadas al gobierno asusta aún más. Si en algo tiene razón Castro es que Chaves es un recién llegado al país y es evidente que no tiene aprecio por sus instituciones.

La necesidad de desprestigiar a la prensa del país, que tiene el presidente, debería encender alarmas. Todo medio de comunicación tiene su propia tendencia ideológica y eso en una democracia es saludable. El uso del apelativo “prensa canalla”, acuñado por Juan Diego Castro, no puede ser más ruin. Confundir el trabajo de la prensa con persecución a las figuras de gobierno no trae nada bueno y siempre está ligado con gobiernos autoritarios. Por otro lado, el autobombo que se hace el presidente cada miércoles, que hace pensar en las “mañaneras” de Andrés Manuel López Obrador (otro populista) no es correcto, allí tenemos en el contenido medias verdades y mentiras descaradas, algunas importantes y muy peligrosas como las que ha dicho el presidente sobre la educación superior pública o estúpidas e innecesarias, como la que dijo sobre el asaltante del bus de San Isidro de Heredia (con la “pulsera” en la pierna). La mitomanía de este señor habla del poco respeto que tiene por el pueblo costarricense.

La doble moral que maneja el presidente con desvergüenza es otra cosa que debería preocuparnos: Si algunos miembros de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social tienen parientes que trabajan en la Caja señala conflicto de intereses, pero si Silvia Castro, prima hermana de la ministra de Educación Katharina Müller y presidenta de la Ulacit, es parte de la “Ruta de la Educación” ahí no hay problema alguno para el presidente de la república. Yo sí veo uno enorme, la señora Castro no solo es pariente cercana de la ministra, también tiene grandes intereses en la educación superior privada y ha atacado a las universidades públicas. Es interesante destacar que ni Chaves ni la señora Müller se educaron en alguna de las universidades públicas de país y tampoco están dispuestos a defenderlas, como lo estamos los que sin ellas no habríamos podido aspirar a la educación superior. Müller dijo al respecto: “… por suerte con este gobierno se está logrando una apertura con el sector privado". ¿Habrá que explicarle a doña Katharina qué significa la “P” en la sigla del ministerio que lidera?

Lamentablemente parece que la “Ruta de la Educación” seguirá los derroteros de la “Ruta del Arroz”.

Aunque ya renunció, la estela de daño de Joselyn Chacón es importante. Entre los “logros” de la exministra están el desmantelamiento del grupo técnico para la vigilancia de COVID- 19, influenza y otras enfermedades respiratorias del Ministerio de Salud y el ataque a la Comisión Nacional de Vacunación. Pero que podíamos esperar de una joven que contrató a un trol para una campaña de vacunación (si le creemos) y llamó feminazis a las feministas.

Rodrigo Chaves duplicó el salario de sus ministros para hacer esos puestos interesantes, pues en su cabeza no existe el concepto de vocación de servicio, pero cuando Álvaro Ramos como presidente de la Caja Costarricense de Seguro Social, descongeló el aumento a los trabajadores de la CCSS, que el mismo Chaves había firmado siendo ministro de Hacienda de la pasada administración (y sí, la culpa es del PAC), el presidente lo destituye, deshaciendo una de las pocas cosas buenas que ha hecho. Chaves no quiere cerca a gente con criterio propio.

Chaves quiere el poder en la Caja, en el ICE, en la Defensoría de los Habitantes en las universidades públicas y más y más. Es un megalómano por eso miente, manipula, exagera y no soporta a los que le contradicen.

Ahora Chaves se dice gerente del país y estamos perdidos si este señor no sabe la diferencia entre dirigir una empresa y ser un jefe de Estado.

El actual presidente dijo que su elección fue “un accidente histórico”, en eso estoy totalmente de acuerdo con él, pero si no reaccionamos con firmeza las lesiones a nuestro país y a nuestra democracia serán históricas también.

Thomas Mann dijo en 1938:

El objetivo de la democracia es, por lo tanto, la educación, el desarrollo intelectual, la nobleza de espíritu y la nobleza de espíritu es el arma más importante para impedir que la democracia degenere en una democracia de masas, en la cual la demagogia, la estupidez, la vulgaridad y los instintos humanos más bajos ganen terreno, hasta que inevitablemente den luz al hijo bastardo de la democracia: el fascismo”.

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