Cuando nos comunicamos, el primero en hablar es el cuerpo. Primero, habla la ropa que nos pusimos, o si bien, se dirá todo si estamos desnudos, primero habla la mirada, primero hablan los gestos, si estamos de espaldas, si estamos sentados, si levantamos una ceja, si nos mordemos los sabios, si sonreímos o estamos a punto de llorar. Cuando nos comunicamos primero habla nuestro cuerpo… las manos, los pies, el abrazo, o el terrible saludo indiferente apenas levantando el mentón, cuando nos comunicamos, el primero que habla es nuestro cuerpo.

La comunicación no verbal puede ser tan importante como la comunicación verbal y generalmente lo olvidamos, de hecho, algunos estudios sugieren que hasta el 93% de la comunicación humana es no verbal, no es poca cosa. La comunicación no verbal puede darnos información sobre la emoción, la intención, la actitud y la personalidad, por ejemplo, una sonrisa puede indicar felicidad o simpatía, mientras que una postura tensa puede indicar ansiedad o incomodidad, desagrado.

La comunicación no verbal también puede ser culturalmente específica, en algunos países  los gestos y expresiones faciales son tan efusivos que pueden tener diferentes significados y todo es cultural mientras que en otros lugares del mundo "ok" con el pulgar y el índice juntos puede ser considerado positivo, pero ofensivo en otras culturas. No en vano reza el dicho, “al lugar que fueres, has lo que vieres”, aplica también para entender cómo comunicarnos cuando estamos fuera de este pedacito de tierra.

Los elementos de la comunicación no verbal pueden ser conscientes o inconscientes y claro está algunos aspectos de la comunicación no verbal, como los movimientos corporales, pueden ser involuntarios e inconscientes, mientras que otros, como el uso intencional de expresiones faciales, pueden ser más conscientes.

¿Cuánta atención estamos poniendo a nuestra comunicación no verbal? Ya nos vimos al espejo y pudimos ver cómo caminamos, llevamos la espalda recta o lo hacemos encorvados, nos escondemos detrás de unos lentes oscuros todo el día, ¿o enfrentamos la vida con los lentes del entusiasmo?

Cuando nos comunicamos primero habla el cuerpo, así que dicho esto, podemos intuir, qué nos irá a decir la pareja al acercarse suavemente ó el/la jefe al llegar al escritorio ó al encender la cámara, también podríamos entender lo que alguien quiere decirnos sin palabras cuando nos mira a los ojos, por otro lado, también podremos decidir qué comunicar sin hablar, podremos decidir que estamos renovados, decididos a conquistar el mundo a como dé lugar.

Sin hablar, podremos pedir ayuda, también sin decir una palabra podremos hacer sentir miedo, angustia, enojo, molestia, a los demás, no sólo por lo que nuestro cuerpo dice al caminar, sino también por lo que dice el entorno, hasta los emojis o avatar que elegimos para las redes sociales son elementos que comunican y proyectan nuestro ser, sin embargo, al ser tan amplia, la comunicación no verbal tiene un gran inconveniente; su  interpretación la hará otro ser humano, otro cuerpo que también está hablando sin hablar, y que decodificará el mensaje según sus creencias, según el momento que esté pasando su vida, según sus propios sentimientos, según su propia identidad.

Yo recomiendo al instante de ver alguien, ser siempre el/la primera en hablar, y reafirmar lo que dice el cuerpo o de una vez, explicar lo que queremos que diga.

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