El 14 de diciembre de 2017 se publica el Decreto Nº 40766-C en La Gaceta Nº 237, donde se declara al Juego de los Diablitos del Pueblo Brunka como Patrimonio Cultural Inmaterial. En su considerando # 5 se afirma que es un evento que representa el drama histórico, la lucha y la resistencia indígena contra el europeo en la época de la conquista.

El juego, conocido también como danza o baile de los Diablitos del Territorio Indígena Brunka de Boruca, ubicado en Buenos Aires de Puntarenas, representa simbólicamente a través de la parodia, el enfrentamiento violento de los nativos brunkas con los europeos. Esta, se lleva a cabo desde el 30 de diciembre al 2 de enero de cada fin y principio de año. 

Originalmente es conocido como Cagrúˇ, Cabrúˇ o Cagbrúˇ rójc en lengua brunka, se desarrolla a manera dramática y a través de procesiones o recorridos alrededor de la comunidad, donde los personajes centrales son los enmascarados (Cagbrúˇ rójc), en representación de los antiguos brunkas, enfrentándose a la violencia de un aparato en forma de toro (Samán), representando a los invasores españoles. 

¿Qué significa Cagbrúˇ rójc? Algunas personas mayores lo han traducido al español como “Guerreros que vienen detrás del sol”. Y otras personas como Henri Pittier, al comparar el idioma brunka con el bribri o el cabécar, concluye que la traducción de esa palabra al descomponerlo en dos partes các (sol, día o tiempo) y brúˇ (persona de gran rango) está fuertemente relacionado con la resistencia y la lucha indígena a través del tiempo.

Las características de esta ceremonia en cuanto a los participantes se detectan a simple vista, pues los enmascarados llevan vestimentas de saco de gangoche, textil brunka, hojas de plátano y hasta pintura a base de sustancias naturales como tintes y arcilla. Pero predomina el indispensablemente elemento de la máscara, que lleva el sentido de darle drama a la ceremonia, pues este elemento representa la conexión del brunka actual con su historia y la bravura de sus ancestros. Por otro lado, el antagónico personaje del Samán, se compone de una armazón de varillas naturales de guayabo, fuertemente amarrado entre sus piezas, forrado con saco de gangoche, un saco llamado “morro” en la parte superior y sujeto en la parte frontal una pieza de madera de mora en forma de cara de toro.

La complejidad de esta ceremonia es amplia, empezando por la jerarquía, pues existen los cagbrúˇ soreˇka o diablos mayores que son los principales en usar un caracol o cuernos para dar órdenes, luego los arreadores (mayores y arreadores usan su mascara detrás de la cabeza con la cara descubierta), cuya función es ser la mano derecha de los diablos mayores al usar sus bastones de mando y la enorme variedad de cagbrúˇrójc con sus vestimentas e impresionantes mascaras hechas a mano según su inspiración. Fuera de estos, pero que tienen el duro trabajo de organizar y gestionar meses antes esta celebración es la Comisión de Cagbrúˇ rójc. Acompañando todo este entramado, está la música, a través del pito, la caja (flauta y tambor) y acordeón, pues con la ausencia de estos muchas veces se ordena detener el recorrido por la comunidad. El ritmo que emiten se altera según la etapa de la ceremonia, por ejemplo, durante las confrontaciones de los cagbrúˇ rójc contra el Samán es airoso, pero durante los últimos momentos de la ceremonia es lento y melancólico. 

Es importante destacar que conforme pasen los días, los participantes interpretarán sus personajes de la manera más apasionante posible, motivados por representar mejor su traje y su mascara, por las creencias espirituales y la tradición oral que tienen como pueblo, pues las capacidades performáticas de los enmascarados varían y cambian cada instante. Las escenas por lo general se pueden enumerar de la siguiente manera:

Convivio: el 30 de diciembre por la noche, se da una convivencia y recibimiento en la casa de los Cagbrúˇ rójc en el centro de la comunidad. 

Nacencia: el 31 de diciembre a las 0 horas se da la Nacencia de los Cagbrúˇ rójc, donde estos hacen recorridos por la comunidad hasta el amanecer. Es la aparición de los enmascarados sin el aparato con forma de toro. 

Primer día, 31 de diciembre: luego de las 8:00 am se da el reinicio de la ceremonia. Los participantes reciben el desayuno por parte de distintas familias, para empezar los recorridos por la comunidad. Sin embargo, aparece un nuevo personaje: el Samán. Este irrumpirá en la paz de los cagbrúˇ rójc todo el día hasta terminar. Cuando el ocaso llegue, el Samán, tratado como un animal real debe ser “amarrado” hasta el día siguiente.

Segundo día, 1 de enero: con la misma dinámica que el 31 de diciembre pero sumados más enmascarados.

Tercer día, 2 de enero: la confrontación entre cagbrúˇ rójc y el Samán, está por culminar. Por la mañana se mantiene la misma dinámica que los días anteriores, pero al ser las 3:00 pm el Samán derrota a cada Cagbrúˇ en un ritual llamado Tumbazón. Al terminar de caer todos los enmascarados, el Samán huye triunfante, pero el diablo mayor toca su caracol y los cagbrúˇ rójc resucitan para buscar al Samán y sacrificarlo en una hoguera donde se da paso el ultimo ritual de la matanza o repartición de los restos del Samán, en señal de triunfo del pueblo brunka sobre el invasor.   

Para las personas brunkas, estas fechas son las más esperadas, pues catalogan a esta fiesta cultural, como una de las más representativas de la cultura milenaria. Su trascendencia es capaz de convocar a personas indígenas y no indígenas nacionales y extranjeras reforzando así el orgullo por la identidad y la motivación por proteger el legado que los antiguos confiaron a sus descendientes.

A nivel económico, esta ceremonia interactúa con la organización de diferentes grupos comunitarios y turísticos, que tienen una participación fundamental para el progreso local, a lo cual también se le denomina como “fiesta tradicional”, pues está compuesta por turnos y ventas de arte, en áreas específicas como el salón comunal y en los talleres de artesanía de la comunidad. 

Los tres días de la ceremonia y de la fiesta tradicional, Boruca contempla lugares de disfrute cultural, de convivencia familiar y de recibimiento turístico, acompañado de música tradicional y de ambiente lleno de identidad cultural brunka.

Esta ceremonia es una de las más antiguas del país y la única manifestación cultural capaz de narrar una historia antigua de violencia a través de la mofa, una historia de resistencia a través de la dramaturgia al aire libre y de forma cíclica. 

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