Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) concluyeron este lunes que hay "muchas posibilidades" de que una bala disparada por uno de sus militares matara el 11 de mayo anterior, "por error", a la periodista palestina-estadounidense, Shireen Abu Akleh, mientras daba cobertura a una redada de la FDI en el Campamento de Refugiados de Yenín, al norte de Cisjordania.

Aunque Israel acusó inicialmente a milicianos palestinos de haber sido los responsables de la muerte de la periodista, la investigación interna llevada a cabo por el Ejército determinó que "hay muchas posibilidades de que Shireen fuese alcanzada accidentalmente por un disparo de las FDI".

Según el informe final del que se han hecho eco medios internacionales, el militar responsable del disparo cometió un "error de identificación" y abrió fuego contra la periodista, "pensando que lo hacía contra un miliciano palestino". La "confusión" se dio pese a que Shireen Abu Akleh portaba su chaleco antibalas con distintivo grande con la palabra 'PRENSA' y y un casco, característico de las zonas en conflicto.

Abu Akleh con un chaleco con la palabra "PRENSA" como el usado el día de su muerte. Créditos: Al Jazeera Media Network - CC BY-SA 4.0. Abu Akleh con un chaleco con la palabra "PRENSA" como el usado el día de su muerte. Créditos: Al Jazeera Media Network - CC BY-SA 4.0.

El informe descarta que el tiro contra la comunicadora, que tenía más de 25 años de carrera para el medio internacional Al Jazeera, fuera una "bala perdida", sino un disparo intencionado hacia su cabeza, causándole la muerte.

Un alto mando militar del Ejército de Israel, que realizó una conferencia de prensa virtual para exponer el informe, afirmó que "por supuesto [el soldado] no la identificó como periodista". Alegó que la reportera estaba en un cruce a unos 200 metros de donde militares israelíes y milicianos palestinos mantenían un intenso intercambio de fuego.

La Fiscalía de Israel ha descartado abrir una causa penal por los hechos, alegando que tras hacer un interrogatorio y analizar los hechos encontró que "no existe sospecha de que se cometiera un delito penal". El Ejército también descartó acciones al determinar que sus tropas "actuaron de acuerdo a las reglas internas de combate". 

La familia de la comunicadora reaccionó al informe con un comunicado en el que acusa a Israel de “tratar de ocultar la verdad y evitar su responsabilidad por matar a Shireen Abu Akleh”, y anunció que presionará para que el asunto se juzgue en la Corte Penal Internacional y para que el Gobierno del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, investigue de forma “creíble, independiente y exhaustiva” la muerte de una de sus ciudadanas, ya que la reportera tenía también esa nacionalidad.

Nuestra familia no está sorprendida por este resultado, ya que es obvio para cualquiera que los criminales de guerra israelíes no pueden investigar sus propios crímenes.

Meses antes de este informe, agencias internacionales de noticias determinaron, con base en sus propias investigaciones y reconstrucciones de los hechos, que Abu Akleh fue asesinada por un disparo israelí, pese a que las autoridades de ese país insistían en negarlo. El disparo se dio, además, mientras la periodista huía de la zona donde se estaban llevando a cabo los enfrentamientos.

La Oficina de la ONU sobre Derechos Humanos, con sede en Ginebra, determinó tras una investigación en el campo que toda la información recabada apuntaba que la periodista murió por un disparo del ejército israelí. El Gobierno de Joe Biden presionó a Israel para que investigara los hechos y sentara responsabilidades; además, aunque el gobierno de Palestina entregó la bala extraída del cuerpo de la periodista a Israel, el análisis balístico fue "inconcluso" porque el proyectil "estaba demasiado dañado".

Abu Akleh murió a los 51 años. Su funeral también fue objeto de polémica y condena internacional, cuando agentes de la policía israelí armados con macanas atacaron a los portadores del ataúd, quedando grabados en imágenes que fueron ampliamente difundidas.

Con información de El País y Europa Press.