Son cinco los cantones de la Península de Nicoya (Nicoya, Hojancha, Nandayure, Santa Cruz y Carrillo) que concentran una alta población centenaria.
La esperanza de vida en la Península de Nicoya, catalogada como Zona Azul, supera el promedio nacional de 77,25 años en los hombres y los 81,9 años en las mujeres, según datos del Ministerio de Salud. Además, cuenta con una población superior a los 5.000 habitantes mayores de 75 años.
Diferentes estudios demuestran que una serie de factores como el mantenimiento de una vida activa (realización de actividad física/movimiento), caracterizados por desplazamientos constantes y las actividades diarias acompañadas de fuerza física y sobre todo caminatas; una dieta rica en verduras, legumbres y frutas con tendencia a la reducción de cantidad de alimentos altos en calorías; el tener un propósito de vida, evitar el estrés crónico; el mantener un sentido de utilidad dentro de la familia o comunidad y frecuentes relaciones sociales; así como la predominancia de actitudes espirituales o creencias religiosas, son clave la longevidad de esta población y que estos factores no solo inciden en una menor tasa de mortalidad, si no en envejecer de forma activa y con condiciones de salud integral óptimas.
Cabe destacar que la dieta centenaria está caracterizada por productos frescos y de temporada, el consumo local de productos orgánicos y autóctonos, con bajo grado de procesamiento. Una comida típica en la península de Nicoya, por ejemplo, consiste en frijoles negros, arroz blanco, plátanos, otras frutas y vegetales; pequeñas cantidades de huevos, lácteos y carne; y tortillas de maíz caseras. Todos estos alimentos se cultivan localmente y son recién preparados.
Los frijoles negros y el arroz forman una proteína completa y suministran los aminoácidos que necesita el cuerpo humano.
La variedad de frutas y verduras locales, como bananos, plátanos, papaya, calabaza, maíz, el uso de quelites, culantro de coyote y pejibaye, ofrece carbohidratos, potasio, fibra, vitaminas y minerales.
El consumo de maíz es clave de la longevidad de dicha población, y entre sus características se destacan:
- Su alto aporte de fibra la cual mejora el proceso de digestivo y ayuda a la salud intestinal mejorando el proceso de evacuación; y del hígado, incrementando las enzimas antioxidantes y desintoxicantes de este órgano depurador. Además, un adecuado consumo de fibra se relaciona prevención y mejora en las enfermedades cardiovasculares (hipertensión arterial), reducción del colesterol, control de la diabetes y control de peso corporal.
- Posee características de agente anti mutagénico, gracias a su alto contenido de antocianinas y flavonoides que actúan como antioxidantes naturales y anticancerígenos.
- Es vitaminas del complejo B y vitamina C, sustancias que ayudan a neutralizar los radicales libres.
- El consumo de maíz con proceso de nixtamalización, técnica tradicional de elaboración que consiste en una cocción alcalina que comienza cuando se cuece el grano de maíz con cal (cal al 1% a una proporción de maíz) durante 40 a 90 minutos. Una vez cocida se deja en reposo en el agua de cocción de 8 a 18 horas, para que los granos se suavicen y aflojen la cáscara. Finalmente se muele el nixtamal en molino o metate para obtener la masa (Paredes et al., 2009; Figueroa, 2010). El proceso de nixtamalización incrementa la calidad nutricional del grano al aumentar la disponibilidad de proteínas y calcio, lo cual a su vez ayuda a la salud de los tejidos musculares y de los huesos; aunado al trabajo de campo característico de nuestros indígenas y campesinos de antaño. Todo lo anterior disminuye reduce el riesgo de osteoporosis enfermedad que se manifiesta como una fragilidad de los huesos por pérdida de masa del sistema óseo.
Pero no solo lo que comen es lo que ayuda a estos costarricenses a vivir vidas tan largas y saludables; también ayuda lo que beben. El agua de la península de Nicoya es la más dura de todo Costa Rica, lo que significa que tiene la mayor concentración de calcio. Un consumo adecuado de calcio en la dieta ayuda a mantener la función de los nervios, músculos y huesos a medida que envejecemos.
Para disfrutar de los beneficios de la dieta de la zona azul, sigue lo que hacen los nicoyanos y visita los mercados locales de agricultores, que se pueden encontrar en la plaza central de cada ciudad los fines de semana, o disfruta de comida sana y casera, mínimamente procesada. Volver a nuestras raíces puede ser la clave de una vida longeva y saludable.
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