El empresario dijo que su salida marca el fin de su trabajo en la Oficina de Eficiencia Gubernamental (DOGE), con la que buscó reducir el gasto federal.
Elon Musk anunció este miércoles que dejará su puesto como asesor del presidente Donald Trump, tras encabezar durante meses los esfuerzos para reducir y reformar la burocracia federal desde su rol como Empleado Especial del Gobierno (SGE, por sus siglas en inglés).
El empresario informó su decisión a través de una publicación en X, su red social:
"Concluido mi tiempo programado como Empleado Especial del Gobierno, quiero agradecer al presidente @realDonaldTrump la oportunidad de reducir el gasto excesivo. La misión de @DOGE solo se fortalecerá con el tiempo como un estilo de vida en el gobierno", escribió.
Un funcionario de la Casa Blanca, que pidió el anonimato, confirmó la salida del magnate. La noticia se da un día después de que Musk criticara abiertamente el proyecto legislativo más importante de la administración Trump, al que calificó como "una ley de gasto masivo que socava el trabajo de DOGE".
"Una ley puede ser grande o puede ser hermosa, pero no sé si puede ser ambas", dijo en una entrevista con CBS, en referencia al nombre bajo el cual el Congreso estadounidense tramita la iniciativa: The One, Big, Beautiful Bill.
El proyecto, impulsado por los republicanos en la Cámara Baja y actualmente en debate en el Senado, combina recortes fiscales con medidas más estrictas en migración. El presidente Trump, al ser consultado sobre las críticas, defendió su agenda y aseguró que aún podrían hacerse cambios.
"No estoy feliz con ciertos aspectos, pero estoy encantado con otros", dijo desde la Oficina Oval. "Vamos a ver qué pasa, todavía queda camino por recorrer".
Musk ya había expresado frustración por la lentitud y resistencia dentro del aparato gubernamental. En declaraciones al Washington Post, dijo que subestimó la dificultad de lograr reformas: "La situación de la burocracia federal es mucho peor de lo que pensaba", afirmó. "Intentar mejorar las cosas en D.C. es, por decirlo suavemente, una batalla cuesta arriba".
Durante su gestión, Musk buscó recortes por un billón de dólares, pero no logró alcanzar esa meta. Aun así, el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, agradeció su trabajo y prometió avanzar con las recomendaciones de DOGE. Entre ellas, se incluyen recortes por $1100 millones a la Corporación de Radiodifusión Pública y $8300 millones en asistencia exterior.
Algunos legisladores republicanos han compartido las críticas de Musk. El senador Ron Johnson, de Wisconsin, dijo estar “seguro” de que hay suficiente oposición para frenar el proyecto hasta que el liderazgo “se tome en serio” la reducción del gasto.
Por su parte, el senador Mike Lee, de Utah, afirmó que la versión del Senado “será más agresiva” o “no pasará”. Y el congresista Thomas Massie, de Kentucky, destacó los comentarios de Musk como respaldo a su decisión de votar en contra en la Cámara Baja.
La Oficina Presupuestaria del Congreso estima que las provisiones fiscales del proyecto aumentarían el déficit en $3.8 billones durante la próxima década, aunque algunos ajustes a programas sociales reducirían el gasto en poco más de $1 billón.
Líderes republicanos sostienen que el crecimiento económico compensará los efectos sobre la deuda, pero entidades como el Comité para un Presupuesto Federal Responsable estiman que la ley añadiría $3 billones a la deuda, incluyendo intereses, en los próximos diez años.
Mientras tanto, Musk anunció que enfocará sus esfuerzos nuevamente en sus empresas como Tesla y SpaceX, y reducirá su involucramiento político: "Creo que ya hice suficiente".