En las últimas semanas, algunos sectores del país han expuesto su preocupación ante la depreciación del colón y la inflación que experimenta el país. A lo cual, una propuesta que ha surgido para mitigar o solventar el tema, ha sido la dolarización de la economía costarricense.

Si bien es cierto, esta es una medida que ha sido adoptada por otros países como, por ejemplo, Ecuador y el Salvador, no existen, a criterio de quién les escribe, suficientes razones para que el país lo promulgue. Al respecto, como pregunta básica de análisis: ¿Qué implicaciones nos traería esta medida?

En primer orden, esta política nos haría renunciar a acciones de política monetaria. Estas son utilizadas de acuerdo con el momento del ciclo económico. Por ejemplo: cuando una economía se encuentra en un declive o recesión, el Banco Central puede promulgar una política monetaria expansiva, que baje las tasas de interés, lo cual es trasladado a un aumento la inversión y consumo, generando un aumento del Producto Interno Bruto (PIB).

Opuesto al ejemplo anterior, si la economía empieza a crecer de forma exorbitante, se genera un aumento en el PIB y con una oferta constante o que no aumenta en la misma proporción que el PIB, hará que experimentemos un aumento generalizado en el nivel de precios. Por tanto, si la economía sufre de inflación por variables endógenas, el Banco Central puede promover una política monetaria contractiva, lo cual genera una disminución generalizada de los precios.

De hecho, valorando el quehacer del Banco Central de Costa Rica en el periodo del 2011 al 2021, este ha logrado controlar la tasa de inflación. Donde, la variación en los precios promedio de este periodo fue de 2,57%. Esto sin contar la coyuntura de los precios actuales, ya que, esta responde a una inflación importada.

Uno de los efectos de la guerra entre Ucrania y Rusia ha sido el aumento en el precio de los combustibles. Esto porque la oferta de estos disminuyó y su demanda no lo hizo, lo cual se trasladó a un incremento el precio. Al ser un bien intermedio, esto genera que haya un aumento en los costos de producción en las empresas, lo cual se moviliza a los precios de bienes finales que consumimos a diario.

Dado que los importadores de combustible, así como de otros bienes que han experimentado este problema, requieren de más dólares, por lo que la demanda y consecuentemente el precio de los dólares tienden al alza; determinando de esta manera el tipo de cambio. A esta conjugación de circunstancias se le llama depreciación de la moneda. Y perjudica a los importadores y beneficia a los exportadores, dado que, los primeros tendrán mayores ingresos; y mayores costos para los segundos.

Y es precisamente por lo expuesto, que en las últimas semanas se ha hablado de una inflación superior al 7%, en razón precisamente de los factores exógenos a la economía costarricense. Ahora bien, retomando el tema, la propuesta de dolarizar la economía asegura ser una solución en el tanto no se experimentaría una depreciación de la moneda y ayudaría a disminuir la variación en precios.

Considerando lo expuesto, nos podemos preguntar ¿dejaremos de experimentar de los efectos de una inflación importada? La respuesta, desde mi punto de vista, es no. El precio de los combustibles y de otros bienes en el mercado internacional siguen al alza lo cual, como se mencionó, es trasladado a los costos de producción y a los precios finales.

En caso de que el Banco Central de Costa Rica haya tomado malas decisiones en los últimos años y estuviésemos experimentando de una elevada inflación, esta quizá podría ser solventada con la dolarización. Sin embargo, esto no ha sucedido.

Aunado a esto, si el país renuncia a su política monetaria, tendremos que asumir las acciones de la Reserva Federal, esto ya que, dependeríamos de una moneda que es controlada por los Estados Unidos. Por lo que, la variación en los precios estaría sujeta a un país que toma decisiones de acuerdo con su economía. Sin considerar las repercusiones que pueda traer a la de otros países que se hayan dolarizado.

Para ejemplificar lo dicho, y en un análisis comparativo, la inflación en los últimos 10 años es controlada, y baja. Por otra parte, otros países como Ecuador, que han adoptado esta medida, tenían una coyuntura distinta. Según datos del Banco Mundial, la inflación promedio una década antes de la dolarización en el país sudamericano fue de 44,22%. Por lo cual, la adopción de esta medida podría llegar a solventar sus problemas inflacionarios.

Observamos primero, una enorme diferencia entre uno de los problemas que esta política solventaría. Donde, evidentemente el país sudamericano si tenía serios problemas inflacionarios. Pero más allá de esto, no podemos ni debemos promulgar política a partir únicamente de las experiencias de otros países. Esto ya que, como dice Cameron Rondo, en su libro Historia del Pensamiento Económico, los países tienen características culturales, geográficas, y políticas distintas, lo cual hará que una política de un país no sea 100% replicable en otro.

En conclusión, la economía es muy similar al ser humano, ambos pueden enfermarse o tener periodos de prueba. Y para lograr encontrar una solución adecuada, deben de realizar un diagnóstico sustentando y ajustado a la realidad para poder determinar que política o bien, siguiendo la metáfora, que medicamentos puede recetar.

La dolarización es una posible solución para algunas economías, pero la coyuntura de Costa Rica nos muestra que para el país esta no es una solución. Midiendo el costo de oportunidad, esta medida nos limita para poder realizar acciones de política económica, lo cual nos puede generar mayores problemas, como no poder realizar política monetaria que los beneficios que nos trae esta propuesta; que sería un control en la depreciación de la moneda. La cual, aún puede ser controlada por el Banco Central.

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