Es terrible lo que sucede en Ucrania, pero nos despierta del sueño en que nos sumió el fin de la Guerra Fría evento que posibilitó la extensión y globalización universal de la economía de mercado, al ser esta la dimensión económica de la política liberal-democrática.

Este error garrafal ya había sido visto y experimentado con la I Guerra Mundial época en la que dominaban las economías capitalistas, pero en la que se gestaba la infancia del modelo democrático de vida y de organización política. La economía de mercado en esa época no impidió la guerra. Tampoco lo hizo en la segunda conflagración mundial.

Las causas del fenómeno de la guerra y de la paz no son entonces económicas o por lo menos no se explican única y exclusivamente por este factor. El mercado libre ayuda y mucho lo que se denota en la actitud China, un estado totalitario, hacia la invasión rusa, manteniéndose distante del conflicto lo que ayuda a la causa de la paz.

Con la caída de la URSS, occidente cometió un grave error. Se creyó suficiente impulsar un modelo económico y estimular las instituciones y valores que impulsan la economía de mercado, sin reparar en que lo decisivo era instaurar y consolidar las instituciones democráticas y liberales entendiéndose este último concepto en los términos en los que lo concebía Tocqueville, como una forma de vida, la menos incivilizada.

En Rusia no hay prensa libre e independiente, tampoco un sistema adecuado de división de poderes, ni pesos y contrapesos, ni un Poder Judicial independiente. Rusia es una autocracia, no un Estado de Derecho, y en buena medida esa realidad es la que explica las cosas tan feas que ocurren en ese país, empezando por el miedo, el engaño y el control como forma de la política.

Desecho, entonces, en este comentario la hipótesis de que la guerra es la continuación de la política por otros medios y con mayor razón hago a un lado aquella otra tesis que sostiene que la guerra es la solución a los problemas del mercado.

Tampoco creo, como hemos visto, que un mercado abierto garantiza por sí mismo la paz. Se requiere de mucho más. Se necesita una hegemonía política y cultural de las instituciones democráticas como requisito sine qua non de la paz, y es esto únicamente lo que puede salvar a la humanidad del retroceso al salvajismo al que se nos quiere llevar con la guerra. Por ello mismo la situación en Ucrania no nos puede ser ajena ni podemos mirarla con indiferencia.

En su opúsculo, “La Paz Perpetua”, escrito en 1795, Kant, el filósofo de la moral y de la ética en la política, sostuvo la tesis de que la paz sólo podía ser garantizada por un gobierno mundial entendiendo por ello, una institución universal de derecho, ya sea un Gobierno mundial liberal-democrático o un sistema mundial de instituciones democráticas que hagan las veces y garanticen la forma de vida democrática o en sus palabras, la visión liberal y democrática de mundo.

Sobre la guerra y la paz y los postulados que en este ese orden de cosas pregona Kant, se dice que serían:

  1. No debe haber guerra. Este es un imperativo categórico
  2. El estado de paz es producto de la voluntad, de la razón, esto es se trata de un logro político de los gobiernos y/o sus instituciones internacionales sucedáneas, por el estilo de la ONU. Luego la Paz debe ser instaurada.
  3. La Paz no es un aplazamiento de la guerra pues el estado con el que se está en guerra es el mismo con que después se tendrá que compartir en paz.
  4. Los ejércitos deben desaparecer.
  5. En la guerra no todo se encuentra permitido pues hay acciones que constituyen crímenes de guerra (ius in bellum).

Todos estos factores que menciona Kant son de orden político, pero el filósofo prusiano creía que a ello debía aunarse aspectos estructurales, a saber:

  • La economía de mercado que garantiza la libre circulación de mercancías y personas, que lleva a la armonía y a la cooperación a partir de los intereses económicos lo cual sería una condición necesaria para una lógica de Paz.
  • El sistema republicano de gobierno, lo que hoy día entenderíamos como Estado de Derecho.

La Rusia de Putin no satisface hoy día ninguna de estas dos condiciones, luego esa situación en sí misma es una amenaza a la Paz mundial, lo cual por supuesto no se puede solucionar con guerra. La solución al problema ruso debe transitar por modificar ambos aspectos y la primera medida es lograr la Paz en Ucrania por vía de la diplomacia.

Recientemente el señor Zelenski, presidente de Ucrania indicó a los medios de comunicación que la guerra debe terminar por vía de la diplomacia. Europa y Estados Unidos deben tomar esa palabra y poner el acento en esa dirección.

Hay que hacerle caso a Einstein que cuando le preguntaron sobre alguna arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica, respondió sin ambages que la mejor de todas era la Paz.

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