El viceministro de Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, ha avisado este miércoles de la posibilidad de que se produzcan "incidentes" con la OTAN que podrían "escalar", al tiempo que ha insistido en las "garantías de seguridad" que pide Moscú.
"No hay garantías de que no habrá incidentes, no hay garantías de que estos incidentes puedan escalar en una dirección completamente innecesaria", ha indicado Grushko en declaraciones al canal de televisión Rossiya 24, recogidas por la agencia de noticias rusa Interfax.
Grushko, que ha insistido en que "los riesgos, por supuesto, surgen", ha señalado que Rusia está "extremadamente preocupada" por el envío de armamento a Ucrania en el marco de la invasión y ha hecho hincapié en que "todo en esta situación es muy peligroso".
De forma paralela, ha declarado que Moscú presta atención a "cualquier manifestación de razonabilidad" por parte de la OTAN, si la Alianza "dice que no tiene planes o intenciones". "Estoy indica que todavía hay, al menos, cierta cordura que está presente en las acciones de la OTAN", ha recalcado, antes de matizar que "están interesados" en que el bloque "tome una posición que proteja sus propios intereses nacionales".
En este sentido, ha reiterado que el asunto de las "garantías de seguridad" seguirá siendo "clave" para Rusia en un futuro "previsible". Moscú pide, entre otras cosas, que la OTAN no se expanda hacia el este. "Si se resuelve este tema de las garantías, entonces se podrá pensar en alguna nueva arquitectura de relaciones, tanto con la Alianza como con otras organizaciones que existen actualmente en esta región", ha continuado.
En este sentido, ha recordado que Moscú "ha estado advirtiendo todo este tiempo" de que si no se logra resolver la situación "políticamente, sobre la base del consenso, sobre la base del equilibrio de intereses", tendrán que "tomar las medidas" que crean "necesarias". "Pero entonces será demasiado tarde para preguntar por qué lo hicimos", ha remachado.

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Economía rusa bajo presión
El Kremlin ha reconocido este miércoles que la economía rusa "está bajo una gran presión" por las sanciones internacionales impuestas en respuesta a la invasión militar de Ucrania, antes de recalcar que Moscú responderá "con dureza" ante estas medidas punitivas.
El portavoz de la Presidencia rusa, Dimitri Peskov, ha reconocido que las sanciones son "un duro golpe", si bien ha matizado que "hay un margen de seguridad" para mantener la economía en pie. "Moscú había calculado distintos grados de reacción, desde la más suave hasta la más dura", ha explicado.
Asimismo, ha incidido en que las autoridades rusas "adoptarán medidas" y "acciones" ante la "naturaleza hostil" de las sanciones internacionales, "que buscan sacudir y socavar la integridad de la economía rusa", según ha informado la agencia rusa de noticias Interfax.
"Ante estas condiciones, y dado que estas medidas inamistosas no tienen precedentes, es necesario actuar con dureza, inteligencia y claridad", ha apuntado, al tiempo que ha criticado la "realidad histérica" en torno al gasoducto Nord Stream 2, con el que Rusia iba a exportar gas directamente a Alemania.
"El sentido común y la capacidad económica hablan claramente de la necesidad de lanzar este proyecto lo antes posible", ha dicho, si bien ha reconocido que "la histérica realidad hace que esto sea imposible ahora", después de que Alemania suspendiera los procedimientos ante la invasión de Ucrania.
De esta forma, Peskov ha hecho hincapié en que "hacer ahora previsiones es algo inútil". "Esperemos que la histeria termine en algún momento. Entonces tendrá lugar un análisis sobrio de la situación, en lugar de haber histeria", ha argüido, antes de derivar a la empresa la situación de los inversores en el proyecto.