¿Está Rusia a punto de invadir Ucrania? ¿Implican las movidas de Putin un deseo real de invadir, o solo buscan generar presión sobre Occidente? ¿Si Rusia invade, sería una invasión a gran escala, o una limitada a las regiones prorrusas, para emular lo acontecido en Crimea hace pocos años?
Seguramente sobre su cabeza han saltado cuestionamientos similares frente a los numerosos titulares que indican que Rusia está por invadir Ucrania. Para determinar si la posibilidad de invasión es real, es necesario remitirnos a los hechos.
Primero: desde hace algunos meses Rusia comenzó a acumular tropas a lo largo de la frontera con Ucrania (cerca de 130 000 soldados se encuentran hoy peligrosamente cerca del punto fronterizo), también misiles, baterías antiaéreas, tanques, armamento pesado y divisiones traídas desde el lejano oriente ruso y Siberia se han desplegado a lo largo de la frontera, en Bielorrusia y en la Península de Crimea, todo lo cual ha implicado un movimiento logístico importante, propio de cualquier país que acumula fuerzas antes de una ofensiva. Si todo fuera parte de un teatro del presidente ruso, ¿por qué tomarse tantas molestias?, ¿por qué rodear totalmente a Ucrania, por tierra y mar? La acumulación de efectivos y armamento es el primer indicador de que una invasión puede tener lugar.
Segundo: el despliegue de tropas rusas alrededor de su vecino naturalmente disparó todas las alarmas en Occidente desde meses atrás, y frente a esto, Rusia aprovechó para enviar un pliego de exigencias a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que incluían el retiro de tropas de la Alianza Atlántica de Rumania y Bulgaria, la paralización de todo movimiento militar de la Alianza en Europa del Este y la exigencia de que la OTAN elimine toda la infraestructura militar instalada luego de 1997 en la región. Es decir, más que un documento base para negociar o exigir que Ucrania no entre a la OTAN, Rusia planteó un cambio drástico del status quo geopolítico en Europa, el cual evidentemente no fue aceptado por Estados Unidos y sus aliados. Así, con la OTAN rechazando las peticiones por excesivas, Rusia hoy puede “lavarse las manos” y decir que intentó negociar, justificando una acción militar en aras de ese nuevo estatus deseado.
Tercero: Informes de inteligencia y altos mandos de Estados Unidos, el Reino Unido y la OTAN han señalado tajantemente que Putin se prepara para invadir. Esto puede ser un indicador de que Rusia en serio piensa invadir, o una estrategia de Occidente para que la eventual invasión rusa no sea una acción inesperada sino más que anunciada, lo cual podría disuadir a Moscú a posponer sus planes para tiempos en donde los servicios de inteligencia estadounidenses y británicos no aseguren con tanta vehemencia que una invasión tendrá lugar. Sin embargo, declaraciones como las que dio el presidente estadounidense ayer, en donde afirmó que “Rusia va a atacar Ucrania en los próximos días y tiene en la mira la capital, Kiev. Una ciudad de 2,8 millones de personas inocentes”, inclinan más a pensar que la invasión es inminente.
Cuarto (lo que pasa hoy, el escenario de guerra cobra fuerza): Hoy mismo en las regiones prorrusas de Donetsk y Lugansk los líderes autoproclamados Denis Pushilin y Leonid Pasechnik han anunciado que Ucrania está a punto de atacarlos, y han ordenado a su población evacuar masivamente hacia Rusia, “a partir de hoy, 18 de febrero, se está organizando un traslado masivo de la población a Rusia”, señaló Pushilin, líder de Donetsk. Todo esto parece ser una artimaña de Moscú para justificar su invasión, o lo que es conocido como un ataque de bandera falsa (un fabricado ataque a las regiones prorrusas de Ucrania que permita a Rusia justificar su invasión). Esto ya está teniendo lugar, con una explosión de un coche bomba en Donestk atribuida a Kiev, y la retórica de los líderes prorrusos que anuncian que Ucrania piensa invadirlos.
Con todo esto, es más que probable que Rusia invada en los próximos días, la pregunta es si será una invasión limitada a estas regiones (Donestk y Lugansk), donde Rusia ya tiene un amplio control, o si el Kremlin se piensa tomar todo el país. Todo apunta a un movimiento limitado, pero la ambición rusa de volver a un estatus similar al de Guerra Fría en Europa del Este no permite descartar la invasión a gran escala.
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