Puede ser por optimismo a partir de las noticias recientes sobre las investigaciones de los dirigentes de algunas municipalidades de este país. Sin embargo, lo que me inspira, y considero una responsabilidad, es que hablemos e iniciemos una conversación crítica en la cual analicemos a las municipalidades y el papel tan fundamental que tienen en la estructura de gobernanza y la realidad en que vivimos.
Los gobiernos locales o municipalidades son el actor llamado a dirigir y guiar los esfuerzos de los distintos actores territoriales bajo objetivos comunes de desarrollo. Esta responsabilidad nace desde el ordenamiento jurídico-administrativo costarricense, en el cual las municipalidades tienen un papel relevante en la gestión y administración de los intereses y servicios locales. En Costa Rica, para cada cantón existe, necesaria y automáticamente, una municipalidad, y es la institución a través de la cual los habitantes de un mismo cantón promueven y administran sus propios intereses.
Solemos identificar las municipalidades por sus servicios de manejo de residuos sólidos, limpieza, administración de cementerios, construcción de vías públicas y parques, o porque conceden los permisos para la construcción y patentes comerciales. Pero más allá de los servicios y acciones tradicionales, me gustaría enfocarme en el rol de liderazgo y guía que las municipalidades y su cabeza al frente juegan en el territorio. Consciente o inconscientemente, a medias o ejecutado con la responsabilidad que implica; las municipalidades son el ente que fomenta el desarrollo o lo frena, que habilita oportunidades equitativas en el territorio o permite el abandono de ciertas zonas y poblaciones.
Las funciones de las municipalidades están claramente definidas y tienen gran amplitud de acción. Existen casos donde no se cumplen a plenitud debido a falta de recursos, capacidades específicas u otras razones. Pero esto es solo parte de su rol territorial. El otro e igualmente importante es su responsabilidad de liderazgo, articulación y guía territorial. Liderazgos clave dentro de las estructuras de gobernanza necesarios para promover desarrollo en un territorio.
La gobernanza es una estructura vertical y horizontal. Es la estructura utilizada para coordinar, planificar, gestionar y ejecutar desarrollo en sus múltiples dimensiones. Y las municipalidades se vuelven trascendentales porque tienen el potencial de ser un articulador dentro de esta estructura de gobernanza. Articuladores entre los actores a nivel nacional y local, entre la institucionalidad y el empresariado, entre la ciudadanía y sus gobernantes. En pocas palabras, pueden ser el actor que promueva condiciones para acciones alineadas, organizadas, y vinculadas en cada territorio.
No es sorpresa entonces que me refiera a quienes ocupan el espacio a la cabeza de cada municipalidad, los alcaldes y alcaldesas, como uno de los liderazgos más importantes en este país. Y como este tema es amplio y se puede analizar desde múltiples perspectivas, quisiera entonces referirme a algunos temas que considero fundamentales para entender el potencial que reside en estos actores locales, y por qué debería importarnos, y mucho.
Su valor se fundamenta en su posición cercana con el territorio y sus habitantes. Desastres, poblaciones desesperadas, crisis de empleabilidad, necesidades básicas, transformaciones lentas o abruptas, pandemias o cualquier situación que impacte el territorio, es parte de los que las municipalidades conocen de cerca y con lo que trabajan directa o indirectamente. Esta proximidad a la comunidad los convierte en la autoridad más accesible y el gobierno a nivel local con el conocimiento más actualizado. Por lo tanto, este entendimiento de la realidad es valioso en cuanto se traduzca en decisiones responsables, en priorizaciones inclusivas y equitativas, en información para uso de otros actores, en visiones a futuro coherentes con la realidad e identidad del territorio.
Consecuentemente, los gobiernos locales —y quién ostente su liderazgo— poseen una gran capacidad potencial de ser también un canal. Un medio de comunicación que al final determina su posición para articular y alinear actores en objetivos comunes. Al mismo tiempo, esto es una responsabilidad por visibilizar y dar voz a las distintas realidades del territorio. Esto puede leerse como algo muy abstracto, pero en realidad es fundamental para la evolución hacia los modelos sostenibles de manera más eficiente, y evitando contradicciones en el actuar de los actores que promueven el desarrollo.
Una razón más para entender por qué el actuar de las municipalidades es relevante y sustancial en el país, es a partir de su posición “en el medio”, como articulador de las estructuras a nivel vertical y horizontal. En tal posición tiene la posibilidad de ser un corrector y defensor de los intereses locales. Lo ideal sería una realidad donde los actores están alineados y sus acciones son definidas por objetivos comunes y responsables. Pero todos sabemos que no es lo que sucede en muchos casos. Por lo tanto, si a nivel global o nacional las acciones no son las adecuadas hacia las necesidades de un territorio, y sus desafíos económicos, sociales o ambientales; una municipalidad y gracias a su autonomía puede ser un corrector, direccionando sus acciones y guiando a otros actores locales para responder y articular las acciones locales hacia procesos que sean adecuados para el territorio y los objetivos locales.
Cierro volviendo al momento actual, y lo que debe significar para todos los procesos de investigación de un número importante de los alcaldes del país. Cada caso de investigación de corrupción, bajo un sentido autoanalítico, debe reafirmarnos la necesidad de un mayor involucramiento civil. Y esto inicia por exigir, atentos y claros en el potencial que reside en estas instituciones y personas. Exigir a quienes intenten llegar a estos puestos y cualquiera de elección popular, a las estructuras de control, al trabajo de cada municipalidad. Pero, exigir desde una perspectiva constructiva y sobre todo informada, más allá de titulares, o mensajes enviados viralmente. Exigir desde el conocimiento y el análisis crítico, desde la empatía y la comunicación asertiva y respetuosa. Cada territorio en este país tiene sus particularidades, fomentemos un gobierno local que entienda estas particularidades, que sea catalizador de desarrollo, que tenga apertura al cambio en busca de procesos de mejoramiento y casa de líderes responsables para cada uno de los cantones de este país.
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