Luego de retirarse de los juegos olímpicos de Tokio 2020 como una forma de resguardar su salud mental, Simone Biles, cuádruple campeona olímpica en gimnasia artística, comentó: “No somos solo atletas. Somos personas, al fin y al cabo. Y a veces tenemos que dar un paso atrás”. Esta impactante noticia hizo que algunos hablaran de cobardía. Otros hablamos de valentía.

Que hoy se hable más de salud mental ayuda a que se desmitifique ese tema y permite que muchas personas conozcan y reconozcan sus límites. Además, esto hace que entre quienes atraviesan por situaciones de estrés y presión excesiva surjan algunas preguntas clave. ¿Por qué debo pasar por esta situación? ¿Por qué y por quién?

El estrés es una respuesta que prepara al organismo ante ciertas situaciones; es decir, no todo tipo de estrés es perjudicial. Algunas veces el estrés beneficia la salud y ayuda a aumentar el rendimiento. El problema existe cuando es excesivo y supera la capacidad de cada persona. La dosis recomendable de estrés recuerda el conocido refrán popular: “ni tanto que queme al santo, ni tan poco que no lo alumbre”.

Estrés laboral

El estrés excesivo en el ámbito laboral deja señales como el aumento de ausentismo, la alta rotación de personal, la desmotivación, el aumento de errores en la producción o una gran cantidad de incidentes. El estrés laboral es un “enemigo” que usualmente se olvida o se ignora en la mayoría de las evaluaciones de riesgo.

Según un informe publicado en nuestro país por el Consejo de Salud Ocupacional, en 2016, el estrés laboral es un conjunto de reacciones psicológicas, emocionales y conductuales, que surge debido a factores extremadamente exigentes y produce en la persona trabajadora la impresión de que no es posible hacer frente a esa situación. Esta sensación produce altos niveles de angustia, que pueden causar efectos perjudiciales en la salud.

El impacto del estrés difiere de una persona a otra. Sus posibles consecuencias van desde trastornos mentales hasta enfermedades cardiovasculares o músculo esqueléticas. También puede generar problemas para conciliar el sueño, dificultad para enfrentar los problemas, sentimientos de tristeza, depresión o abuso de drogas como el alcohol. Por esto es necesario que ese tema sea relevante y se converse sobre sus consecuencias en los espacios de trabajo.

En el 2013, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) reveló que las mayores causas de ausentismo laboral por razones de salud mental se producen como consecuencia de la depresión y el estrés. Ese mismo año, los costarricenses acumularon 365.712 días de incapacidad por estrés. Las personas que resultaron más afectadas estaban en el rango de edad entre los 20 y los 64 años.

Riesgos y oportunidades

Según la Organización Mundial de la Salud, un ambiente de trabajo saludable es uno en el que los trabajadores y empleadores trabajan en conjunto para mantener un ambiente seguro, saludable y de bienestar para todas y todos. Esto orienta la forma en que debemos desarrollar el ambiente de trabajo: no solo concentrándonos en los peligros que producen consecuencias físicas sino también observando los peligros que pueden afectar nuestra salud mental.

Los riesgos psicosociales relacionados a organización, diseño, y malas condiciones en el trabajo, son las causas más comunes del estrés. Por esa razón, los empleadores deben trabajar en promover, proteger y crear un espacio de trabajo saludable. Para esto, se pueden incluir técnicas que promuevan la salud mental, entendiendo las necesidades y oportunidades de los diferentes colaboradores que pertenecen a la compañía.

Además, es importante desarrollar e implementar políticas de salud mental que incluyan estrategias para potenciar el desarrollo profesional y la promoción de una dinámica de trabajo en la que todos participen de la toma de decisiones. De igual manera, es muy importante que las compañías ofrezcan apoyo y asesoría de profesionales competentes en el área de la salud.

La salud mental es un estado de bienestar que nos permite enfrentar el estrés habitual de la vida y trabajar productivamente. La productividad debe ir siempre de la mano de la salud y la seguridad. Todos queremos en nuestras compañías a personas destacadas y comprometidas, como la atleta Simone Biles. Es responsabilidad de todos avanzar en la defensa de la salud mental, de manera que esas personas no estén obligadas a dar un paso atrás.

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