Hoy en día la discusión de todos los días es la aprobación de nuevos impuestos para poder generar la confianza ante un organismo internacional que eventualmente nos dará un crédito, algo que podríamos decir normal considerando que cualquier acreedor tendrá la necesidad de tener garantías de que su crédito será honrado en tiempo y forma.

El problema que reciente la parte empresarial formal es que los impuestos siempre son para los mismos, como dice un adagio tributación quiere “cazar en el zoológico” las fiscalizaciones se desarrollan sobre las empresas con modelos tradicionales y que tienen un control estatal como permisos, patentes o alguna obligación que los mantiene en algún registro oficial y sobre los que se generan los planes de fiscalización.

Los planes de fiscalización de la Administración Tributaria siguen dejando de lado los nuevos modelos de hacer negocios, la economía digital, los esquemas colaborativos mediante plataformas. Y sigue siendo la norma que los procesos de fiscalización se lleven en los negocios debidamente inscritos ante la Administración Tributaria y algún grado de formalidad.

Asimismo, los controles tecnológicos que se han implementado, aunque supremamente valiosos ya que ayudarán a mejorar la lucha contra la evasión, dejan de lado los modelos donde no se emite una factura electrónica, donde el mecanismo de pago es el efectivo, donde la cancelación de la compra de un bien o servicio se realiza en una cuenta en el exterior, donde el intercambio de bienes y servicios es la moneda de pago, entre otros.

A modo de ejemplo, la Agencia Estatal de Administración Tributaria el homólogo de Tributación en España empezó en el 2016 con 21.500 notificaciones a agentes económicos que alquilan propiedades por medio de alguna plataforma, aumentando estas al 2017 en 136.600 avisos, lo que logró aumentar la recaudación en un 40.5% alcanzando cerca de los 522 millones de euros en impuestos, simplemente con una estrategia por parte de la AEAT de empezar a vigilar las propiedades que se presentan en las diversas plataformas que ofrecen hospedaje en España.

Hoy en día es claro que existen una competencia desleal entre los hoteles formales y una serie de agentes económicos que no se encuentran supervisados y por lo tanto no colaboran con impuestos ni cargas sociales.

Existe sin lugar a duda una necesidad de más recursos en el estado costarricense y todos los estados a nivel mundial, sin embargo, esta situación sería más tolerable si todos contribuyéramos y no existiera un exceso de control y de formalidades solamente contra algunos agentes económicos lo que crea una competencia desleal.

Asimismo la Administración tributaria debe enrollarse las mangas y empezar a fiscalizar todos estos agentes que se salen de la economía formal, precisamente las nuevas tecnologías que se ven como un enemigo deben ser la palanca para poder controlarlos ya que hoy en día se publican en páginas web la oferta de bienes y servicios, las operaciones se tranzan en canales de ventas web donde se deja rastro electrónico de las operaciones, los bancos son depositarios del dinero de estas operaciones, de tal forma que decir que no existe forma de controlarlos o seguir insistiendo todos los años sobre los mismos contribuyentes no es justificable.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.