101 premios Nobel de distintas disciplinas y geografías , entre los que se encuentra el 14º Dalai Lama, piden a los líderes mundiales que mantengan los combustibles fósiles bajo tierra para concretar su compromiso con la acción climática. El llamado se produce en vísperas de la Cumbre de Líderes sobre el Clima, organizada por el Presidente estadounidense, Joe Biden.

En la carta abierta, se destaca la crisis climática como el mayor problema moral de nuestro tiempo. Además, reconocen que los gobiernos han tardado demasiado en responder a las advertencias compartidas por la ciencia y los movimientos ambientalistas.

La carta indica que el Acuerdo de París no menciona ni el petróleo, ni el gas ni el carbón. Y mientras tanto, la industria de los combustibles fósiles sigue planificando nuevos proyectos que los bancos siguen financiando.

Según el último informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, en 2030, se producirá un 120% más de carbón, petróleo y gas de lo que es compatible con la limitación del calentamiento a 1,5 °C.”

Permitir la expansión continua de esta industria es inadmisible. El sistema de combustibles fósiles es global y requiere una solución global, una solución por la cual debe trabajar la Cumbre de Líderes sobre el Cambio Climático. Y el primer paso consiste en dejar los combustibles fósiles bajo tierra”, dice la carta

Cabe resaltar que la inacción climática encabeza el Informe de Riesgos Globales 2021 del Foro Económico Mundial como "una amenaza existencial para la humanidad".

Los Nobel señalan que los combustibles fósiles son uno de los grandes impulsores de la crisis climática y este nivel de amenaza requiere una cooperación mundial comparable a la de crisis mundiales anteriores, ya sea la proliferación de armas nucleares, el agotamiento de la capa de ozono o la amenaza de las minas antipersonal.

Con la representación de 17 grandes economías responsables del 80% de las emisiones y del PIB mundial, la Cumbre de Líderes sobre el Clima podría ser un hito decisivo para la cooperación mundial en la COP26, así como el esfuerzo de Estados Unidos por volver a colocar el clima en el centro de su diplomacia.

La carta de los premios Nobel expone su llamamiento a los líderes mundiales para que inicien un nuevo capítulo de cooperación internacional que permita:

  • Poner fin a la nueva expansión de la producción de petróleo, gas y carbón, de acuerdo con los mejores datos científicos disponibles, tal y como señalan el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente;
  • Eliminar gradualmente la producción actual de petróleo, gas y carbón, de forma justa y equitativa, teniendo en cuenta las responsabilidades de cada país en el cambio climático y su dependencia respectiva hacia los combustibles fósiles, y capacidad de transición;
  • Invertir en un plan de transformación que garantice el acceso al 100% a las energías renovables en todo el mundo, que apoye a las economías dependientes para que se alejen de los combustibles fósiles y que permita a las personas y a las comunidades prosperar a través de una transición global justa.

Al respecto, Leymah Gbowee (Liberia), Premio Nobel de la Paz 2011 por su labor en favor de los derechos de las mujeres señaló que la paz es la existencia de un entorno en el que las personas prosperan y tienen cubiertas sus necesidades en el contexto de un planeta sano.

En medio de nuestra crisis climática, esta paz está en riesgo y es el Sur Global -las mujeres en particular- el que sufre los peores impactos. Ahora es el momento de que los jefes de Estado de todo el mundo se unan al servicio de las personas y de nuestro planeta, y utilicen la Cumbre como plataforma de lanzamiento para un futuro mejor y más limpio".

También, Shirin Ebadi (Irán), premio Nobel de la Paz 2003 por su labor en favor de los derechos humanos enfatizó en que los derechos humanos son una norma universal y que muchos de ellos -el derecho a una buena salud, a una alimentación sana y a medios de subsistencia adecuados- se ven perjudicados por el cambio climático y hacen que los ya vulnerables lo sean aún más.

Ante el cambio climático, el respeto de estos derechos es responsabilidad de todas las naciones. Se trata de una crisis global que atraviesa fronteras, océanos y culturas, y que requiere una respuesta global inmediata y una muestra de solidaridad internacional".