La Unión Europea aprobó este viernes un mecanismo que, en su aplicación rigurosa y extrema, podría impedir la exportación de las vacunas de Pfizer, AstraZeneca y Moderna contra la COVID-19, como parte de un pleito con las farmacéuticas y especialmente con el Reino Unido, que abandonó el bloque comunitario.

Según informaron medios de comunicación internacionales, la Comisión Europea liderada por Ursula von der Leyen adoptó el mecanismo de control de exportaciones hasta finales de marzo, en lo que constituye la primera medida antimercantilista de la UE desde la creación de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) en 1951, según informó France 24.

La medida surge en medio de fuertes disputas entre los países de la UE y las casas farmacéuticas, a quienes acusan de incumplir con los contratos suscritos para suministrar vacunas contra el coronavirus. Según El Mundo de España, la medida entrará en vigor este sábado.

Con el mecanismo en marcha, toda empresa farmacéutica que quiera exportar vacunas fuera de la Unión Europea (y hayan sido producidas en países de ese bloque), sea cual sea el destino final, tendrá que remitir antes una serie de formularios estandarizados a las autoridades aduaneras del país en el que esté la planta productora, para que luego ese país decida si aprueba o no la exportación, analizando de previo si dicho envío no pone en riesgo el cumplimiento de las entregas contratadas; de hacerlo, el país queda autorizado a confiscar la carga o autorizar la salida de solo una parte.

La medida, tildada de "egoísmo de la UE" surge después de que funcionarios del bloque visitaran las instalaciones de AstraZeneca en Bélgica para corroborar que las justificaciones de la farmacéutica para entregar solo el 25% de las dosis pactadas para febrero son reales.

El caso de AstraZeneca tiene tres frentes de batalla: la Unión Europea, la propia empresa y el Reino Unido. La farmacéutica le dijo a la UE que no podrá entregar las dosis pactadas para febrero; AstreZeneca firmó un contrato con el Reino Unido para producir allí la vacuna, pero el gobierno demanda su visto bueno para que dosis de vacuna allí producidas salgan del país.

Para contraatacar la UE pidió la publicación del contrato que firmó con AstraZeneca, pero la empresa liberó el documento de 41 páginas con un 95% de su contenido tachado o censurado.

Lo que el contenido no oculto sí permite ver es que AstraZeneca afirmó que no tenía obligaciones con otros países que implicaran un eventual incumplimiento contractual, por lo que la UE acusa que las vacunas que se está dejando el Reino Unido corresponden a los países comunitarios. Asimismo, el contrato entre ambas partes señala que la UE tiene derecho a tener vacunas de dos plantas de producción británicas.

El gobierno de Boris Johnson ha acusado un "nacionalismo de vacunas" por parte de la UE tras la adopción de la medida, pero El Mundo dio cuenta de que la realidad es que ese país ha impedido que las dosis producidas en su territorio acaben saliendo de sus fronteras, hasta tanto no esté cubierta la necesidad para la población local.

De la eventual confiscación de la UE, que ahora quiere "jugar con las mismas reglas que aplica Reino Unido", quedarán excluidas las entregas por razones humanitarias a países vecinos del sur y este de la Unión Europea; así como 92 países de rentas bajas y medias que se inscribieron al mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La medida no ha caído bien tampoco en ese organismo.

Mariângela Simão, subdirectora general de la OMS para el Acceso a Medicamentos y Productos Sanitarios, dijo que la prohibición de exportación de vacunas de la Unión Europea es una tendencia preocupante.

A pesar del conflicto, la farmacéutica y la UE tratan de resolver el problema sin recurrir a la vía legal. Si finalmente las vacunas acordadas no se entregan, o se distribuyen con demora, la obligación de pago por parte del bloque comunitario quedará suspendida hasta que se efectúe el reparto de las dosis.

Con Estados Unidos y Reino Unido por delante de la Unión Europea en el ritmo de vacunación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene previsto reunirse el domingo 31 de enero con los consejeros delegados de las farmacéuticas con las que se firmó el contrato de compra.

Si se activa la aplicación más fuerte de la medida de la UE, otros países que han suscrito contratos con Pfizer, AstraZeneca y Moderna verán sus entregas reducidas o confiscadas.

Pfizer tiene fábricas en Francia, Bélgica y Alemania; y Moderna en España y Francia; AstraZeneca cuenta con plantas en Bélgica y Holanda, además de las dos del Reino Unido. Costa Rica, por ejemplo, recibe las vacunas de Pfizer producidas desde Bélgica.