Esta nota fue originalmente publicada en inglés en el diario del Centro para la Ética PeriodísticaCentro para la Ética Periodística de la Escuela de Periodismo y Comunicación Colectiva de la Universidad de Wisconsin-Madison.

El 20 de Julio del 2020 Costa Rica despertó con noticias trágicas. María Luisa Cedeño, una anestesióloga y jefa del área de servicios de Anestesiología y Recuperación del Hospital CIMA, de 43 años, fue asesinada en el hotel La Mansión Inn en Manuel Antonio, Quepos. Fue encontrada en su habitación después de un fin de semana de relajación en una de las playas más reconocidas de Costa Rica.

La muerte de Cedeño provocó una cobertura periodística intensa. Pero el medio costarricense llamado Teletica, uno de los canales televisivos tradicionales en el país, destacó por su cobertura poco ética de la muerte de Cedeño.

Su programa semanal (7 Días), el cual se dedica al periodismo interpretativo, sacó al aire un reportaje el 31 de agosto del 2020 llamado “El crimen de la habitación número 3”. La historia rápidamente despertó crítica por parte de las instituciones nacionales en Costa Rica e indignación en redes sociales, con críticas acusando la historia por desequilibrio y el uso de una recreación para un caso que aún está bajo investigación por parte de las autoridades costarricenses.

El Instituto Nacional de la Mujer (INAMU), el Colegio de Médicos y el Colegio de Periodistas hablaron públicamente en contra de 7 Días. El director del programa, Rodolfo González, quien es periodista y abogado, procedió a disculparse públicamente el 2 de setiembre del 2020 por parte del medio y de Bárbara Marín, la periodista responsable de llevar a cabo el reportaje. Teletica luego eliminó la historia de su sitio web.

Mientras que las recreaciones son utilizadas con mayor frecuencia para documentales, su uso en el periodismo es un tema delicado a nivel ético. El Código de Ética de la Sociedad de Periodistas Profesionales (Society of Professional Journalists) menciona que las recreaciones deben ser “nombradas claramente”. Las directrices periodísticas de PBS para documentales de formato largo Frontline, también mencionan que las recreaciones “deben estar clara e inconfundiblemente nombradas” y que “programas de asuntos públicos en particular deben utilizar estos recursos con mucho cuidado”.

El programa de 7 Días parece haber carecido de ese cuidado. De acuerdo con Larissa Arroyo, abogada costarricense especializada en derechos humanos y directora de la asociación ciudadana ACCEDER, la recreación, que presenta la víctima como “suelta” y consumiendo alcohol, no funcionó para informar, sino que más bien sirvió para dar una “lección” moral para María Luisa Cedeño, su familia y las mujeres en general; una [lección] que pretende mostrar que ciertos comportamientos corren el riesgo de que maten a cualquier mujer.

“Se convierte en un caso emblemático. Es una mujer exitosa. Es una mujer profesional. Es una mujer social y culturalmente realizada”, dijo Arroyo. “Y a pesar de eso, le termina ocurriendo esto”.

“En el caso de periodismo”, dijo Arroyo, “es muy importante que se sepa abordar. Es muy importante que no tengamos ejemplos como este porque al final no se está cumpliendo con la labor de informar”.

Para Alejandro Fernández, un periodista costarricense senior de datos en PlayStation, el reportaje de 7 Días presentó muchas suposiciones e imágenes actuadas sin ningún contexto significativo.

“Ellos empiezan a asumir y agarrar imágenes [o vídeos] actuados de situaciones que en realidad no sabíamos”, dijo Fernández. “Eso es muy doloroso para todo el mundo. Si usted no cuida eso, más que todo en televisión, esto se convierte como en cualquier otra narrativa absurda de los malos y los buenos, de amor y odio. Se convierte en una novela”.

Recreaciones como representaciones simbólicas 

El uso de una recreación como herramienta creativa para contar historias de crimen es una “pendiente resbaladiza” porque puede actuar como un estresante para la audiencia, la víctima y los familiares de las víctimas. Para Sarah Shourd, una periodista estadounidense informada en trauma y ex becaria del John S. Knight Fellowship de la Universidad de Stanford, las recreaciones merecen atención crítica.

“Yo creo que tenemos que ser más cuidadosos de la audiencia siendo engañada por nuestro uso de herramientas creativas, [y] las recreaciones creativas siendo una de esas herramientas”, dijo Shourd.

Para ella, el periodismo tiene la responsabilidad de tomar en cuenta el impacto de las historias en las vidas de las personas al igual que entender las recreaciones como representaciones simbólicas de una historia.

“Recreación tiene la palabra crear. Está usando la forma humana para crear la ilusión de un evento”, dijo Shourd. “Eso es un territorio peligroso cuando usted está utilizando un cuerpo humano real para representar simbólicamente la vida de otro ser humano”.

Este territorio peligroso en el caso de Cedeño fue reforzado por el hecho de que su caso aún está en investigación. Para Shourd, las recreaciones son una herramienta inherentemente poco ética mientras un caso legal está en curso porque interfiere con el proceso.

“Es completamente poco ético crear una representación de un crimen como si fuese la verdad cuando el crimen aún está siendo investigado y se está llevando a cabo el proceso en el sistema legal y judicial”, dijo Shourd.

El aspecto poco ético de las recreaciones no está limitado a preguntas de representación. También hay componentes psicológicos serios. ¿Cómo afectan las recreaciones a la audiencia, la víctima y los familiares de la víctima?

El impacto psicológico de las recreaciones

De acuerdo con la Dra. Debra Lee Kaysen, una psicóloga clínica estadounidense y profesora del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento del Centro Médico de la Universidad de Stanford, cuando se está llevando a cabo una historia de un tema sensible como la violencia contra la mujer, las fuentes deben tener control sobre su narrativa.  De lo contrario, el periodismo corre el riesgo de exponer a las víctimas en un espacio público.

“Realmente se trata de ayudar a alguien a entender qué va a suceder con su historia”, dijo Kaysen. “Y lo que pueda pasar con ello en un espacio público y cuáles son los pros y contras para esa persona”.

La misma regla aplica al entrevistar a los familiares de la víctima.

El impacto de las recreaciones en las audiencias es otra consideración ética crítica. En casos de violencia contra la mujer, las dramatizaciones pueden reforzar los mitos sobre la violencia contra la mujer, incluyendo que la violencia fue culpa de la mujer por cómo andaba vestida o que es responsabilidad de la víctima no ser agredida.

“A menudo esas [recreaciones] han sido hechas de una manera tan dramática que puede reforzar algunas de esas creencias”, dijo Kaysen. “Y lo hace ver más como una película, algo que usted experimenta pasivamente versus realmente escuchar la historia en las propias palabras de la persona”.

La Dra. Elana Newman, una psicóloga clínica estadounidense, Directora de Investigación del Centro Dart para Periodismo y Trauma de la Escuela de Posgrado de la Universidad de Columbia y profesora de psicología en la Universidad de Tulsa, dijo que la violencia sensacionalista puede servir como un disparador para las personas que están sufriendo el duelo y puede ser angustioso, desmoralizante e insensible. Para evitar el sensacionalismo y una narrativa dañina, Newman se refiere a las recomendaciones generales del Centro Dart para la cobertura periodística.

Estas incluyen: ser respetuoso, tomarse su tiempo, ser honesto sobre la información que necesita, ser bien claro sobre su consentimiento informado, permitirle a la sobreviviente llevar la iniciativa, sugerir que traigan apoyo con ellas, no apurarse y no preguntar detalles que no son esenciales.

“Muy a menudo les pregunto a los periodistas que escriban y vuelvan a leer lo que escribieron y piensen: si este fuese mi familiar o alguien que amo, ¿hay algo que quiera cambiar en el tono?”, dijo Newman.

De acuerdo a Mary Rogus, una profesora asociada estadounidense de periodismo en la Escuela E.W. Scripps de Periodismo en la Universidad de Ohio y ex reportera televisiva, productora y productora ejecutiva, las recreaciones nunca deberían ser utilizadas por la re-victimización que esto implica.

“Éticamente, no creo que se deberían de usar por el potencial de re-victimizar a las víctimas y los familiares del crimen”, dijo Rogus. “Esto viola el principio ético básico de no engañar a la audiencia”.

“Usted puede generar todo tipo de daño a quienes estaban tratando de superar la pérdida o lesión a un ser querido”, dijo Rogus.

Las implicaciones periodísticas de las recreaciones

Roguse les enseña a sus estudiantes cómo reportear este tipo de historias de manera respetuosa al hacer una pregunta básica.

“¿Cómo reportearía usted la historia si el sexo no fuese parte de ella?”, dijo Rogus. “Trátela igual. No trate la historia diferente. Así es cómo nos deshacemos de un poco del estigma y esa es la manera en que las víctimas se sienten más cómodas hablando”.

Al igual que Rogus, el Dr. Chris Allen, un profesor estadounidense de periodismo de la Universidad de Nebraska Omaha y ex productor de noticias televisivas y editor televisivo, cree que las recreaciones nunca son una buena elección en historias noticiosas televisivas porque no están retratando la verdad.

“El periodismo es contar historias basado en hechos y usted no puede hacer una recreación sin tomar licencia con los hecho. Y eso nunca es bueno”, dijo Allen. “La víctima en el vídeo no es la víctima. Los perpetradores en el vídeo no son los perpetradores. El crimen no es el crimen. Nunca es una recreación precisa de lo que creemos que pasó”.

Para Allen, las recreaciones son una manera poco ética de contar la historia.

“Cuando ponemos a alguien más en el rol vivo de la víctima, es casi como un desgarro en la tela de la realidad ética”, dijo Allen.

Él también cree que esto agrega a crear una narrativa falsa sobre las mujeres.

“Cada vez que le echamos la culpa a la mujer o hacemos a la mujer indefensa, dañamos la realidad para las mujeres: para las niñas creciendo viendo esto, para las adolescentes, para las jóvenes adultas y para las mujeres de edad avanzada”, dijo Allen.

“Creamos una narrativa falsa sobre las mujeres y en esa manera, empoderamos a aquellos hombres en nuestra sociedad que están predispuestos a la violencia. Los empoderamos a que continúen creando la violencia contra la mujer”, dijo Allen.

Para la Dra. Donna Halper, profesora estadounidense asociada en la Universidad de Lesley, ex deejay, directora de música, consultora de radio y la mujer acreditada por descubrir a la banda de rock clásico Rush, los reporteros que están abordando temas sensibles deben activamente cuestionar su propio proceso periodístico.

“Es mucho más fácil contar la historia por medio de las narrativas y los estereotipos de su cultura hasta que alguien los cuestiona”, dijo Halper.

Cuestionar el proceso significa ser justo con los hechos.

“Cuando yo entreno periodistas, les enseño dos cosas: sean justos con los hechos y no se adelanten a los hechos”, dijo Halper. “Si usted no tiene la información, nada más no la invente. No especule. No adivine. No ponga dos cosas juntas que puede que no hayan estado juntas. Usted no es un experto legal, usted es un reportero”.

Ser justo con los hechos implica buscar todas las versiones de la historia para que haya un balance, fairness y proveer contexto de una manera ética.

El contexto no estaba presente en el reportaje que 7 Días sacó al aire en Costa Rica. Para el periodista costarricense Fernández, esta carencia de contexto llevó a que la historia tuviese el enfoque erróneo.

“El abordaje social y el framing que hacemos como sociedad de estos eventos queda distorsionado. No refleja lo que está pasando. No nos enfocamos en lo importante”, dijo Fernández. “Se les olvida que a fin de cuentas mataron a una mujer. Se empieza a convertir en toda una narrativa absurda. Mataron a un ser humano y cada vez pasa con más frecuencia”.

Para Fernández el reportaje plantea una pregunta muy básica y esencial, “¿qué aprendemos como sociedad de esto? ¿Cuál es la moraleja?”

El Centro para la Ética Periodística contactó dos veces al director y periodista costarricense Rodolfo González. Los mensajes fueron dejados en visto y sin contestar. La reportera costarricense Bárbara Marín también fue contactada. Ella sí contestó y tenía apertura para dar una entrevista, pero nunca la dio porque debía tener la aprobación del director Rodolfo González. El caso de María Luisa Cedeño aún sigue bajo investigación por las autoridades costarricenses.
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