Últimamente oímos que ya viene el lobo, o peor aún, que el lobo ya llegó. Este símil es usado para ilustrar la inminencia de la crisis que se nos viene encima, debido a la difícil situación fiscal de nuestro país. El clima que encontramos hoy en día ya no es de especulaciones, sino de un genuino temor en la que los especialistas aseguran que, si no damos un giro en el rumbo, las semanas o meses de estabilidad en nuestro país podrían estar contados.

Aquellos que vivieron como adultos en los 80's nos advierten de la similitud de esta coyuntura con aquella época. Pero muchos de los lectores éramos pequeños y con dificultad podemos imaginarnos la dimensión de la crisis de esos días.

En las últimas semanas, muchos expertos nos han dado atisbos de cómo podría ir empeorando la situación de nuestro país, y es conveniente tratar de retratar de forma general como podría darse esto.

Al tener más gastos que ingresos (como ahora) y no tener como financiarlos (como podría pasar) el inicio de la debacle sería cuando el estado no pueda honrar las deudas u otras obligaciones, como contratos, salarios o pensiones. A esto es lo que se conoce como "default".

Los mercados internacionales reaccionarían con temor bajando (aún más) nuestra calificación de la deuda y haciendo imposible colocar más créditos internacionales, por lo cual el Gobierno tendría que recurrir al mercado interno para financiarse. También existe la posibilidad de que, al no tener como pagar salarios, el Gobierno deba recurrir al Banco Central para emitir moneda.

Todo lo anterior elevaría las tasas de interés, aumentando la inflación y costo de la vida. Si las tasas de interés suben, se detendría la actividad económica ya que el costo de endeudarse sería muy alto, ya sea para consumo personal, emprendimientos o tener más capital de trabajo.

Al ponerse nerviosos los actores económicos, inversionistas podrían sacar dólares del país y muchos otros tratarían de refugiarse en la estabilidad de esta moneda para proteger sus ahorros o capital, lo que a su vez dispararía el tipo de cambio, haciendo imposible honrar deudas en esa moneda para quienes ganan en colones pero tienen deudas en dólares. Esto también encarecería las importaciones y productos que compramos.

Por estas razones y muchas otras, aumentaría el costo de la vida y el desempleo, con todos los costos o problemas sociales que esto conlleva, como pobreza, falta de acceso a la educación, violencia y criminalidad.

Creo que cualquier economista podría explicarlo mucho mejor. Sin embargo, es sumamente importante que todos comprendamos tanto como sea posible que nos estamos jugando el destino de nuestro país y concienticemos la importancia de hacer la parte que nos corresponde antes de que ya sea muy tarde.

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