Dentro de la población de alto riesgo frente a la pandemia por COVID19 se encuentran los pacientes oncológicos. ¿Cómo funciona la enfermedad en pacientes oncológicos? ¿Deben seguir asistiendo a citas? ¿Y los pacientes que reciben quimioterapia? ¿Qué hacer si soy un paciente con leucemia? 

En Delfino.cr decidimos abordar el tema junto a dos especialistas de la salud: la microbióloga especialista en hematología máster en gerencia de la calidad, doctora Ingrid Muñoz Núñez, y el médico el Jefe de Clínica del Servicio de Hematología del Hospital San Juan de Dios y presidente de la Asociación Costarricense de Hematología, doctor Álvaro Fabián Jiménez Morales.

Los especialistas comentan que actualmente las recomendaciones a pacientes oncológicos se basan en la experiencia acumulada en el manejo de crisis similares como la pandemia de influeza AH1N1 en 2009, y otros en la experiencia que comparten centros como los italianos y españoles. 

Jiménez abre comentando que las personas con tratamiento oncológico tienen características generales específicas para hacer frente a una enfermedad como el coronavirus:

  • La enfermedad oncológica por sí misma es un factor debilitante del sistema inmune y en general de la persona.
  • La mayoría de las terapias asociadas al cáncer producen disminución de los mecanismos de inmunidad.
  • La mayor incidencia de cáncer se ve en población adulta mayor, esta población además tiene alta probabilidad de presentar comorbilidades tipo hipertensión, diabetes o problemas cardiopulmonares.

Además advirtió que: 

Estos factores hacen que el paciente oncológico tenga hasta tres veces más riesgo de presentar una enfermedad grave que la población general de alto riesgo, incluidos: adultos mayores, embarazadas, personas con obesidad, hipertensión y diabetes”.

¿Deben seguir asistiendo a citas programadas?

La mayoría de la gente que ha recibido tratamiento contra el cáncer en el pasado (especialmente si ya transcurrieron varios años) es propensa a haber recuperado una función inmunológica normal, pero cada persona es diferente. Es importante que todas las personas con cáncer, hablen con un doctor que entienda su situación e historial médico, advierte la American Cancer Society.

Muñoz señala que en general se recomienda que todo paciente que tiene tratamiento oral, no curativo o paliativo sea valorado en consultas no presenciales, telefónicas o mediante algún medio digital disponible. No obstante, añadió: 

Los pacientes con tratamiento curativo que ya iniciaron el mismo deben seguir asistiendo de forma presencial, considerando todas las medidas de aislamiento social, además, los centros de atención deben asegurar mecanismos de tránsito intrahospitalario diferenciados y disminuir el tiempo de estancia hospitalaria al máximo”.

¿Y si reciben quimioterapia?

El presidente de la Asociación Costarricense de Hematología indicó que las recomendaciones generales establecen que todo paciente que presente una enfermedad oncológica curable no retrase el inicio del tratamiento. Además, los pacientes que ya lo hayan iniciado deben seguir el tratamiento hasta completarlo.

También detalló que en el caso de los pacientes en los cuales se pueda retrasar el inicio del tratamiento sin influir en su pronóstico final puede considerarse un tiempo de espera. Y que, en pacientes que tienen enfermedades incurables o de manejo paliativo, deben considerarse tratamientos orales o terapias menos intensas para evitar someterse al riesgo de la enfermedad.

“A todo paciente en quimioterapia o que vaya a iniciar la misma se le debe informar del riesgo aumentado de complicaciones y muerte en caso de que se infecte por SARS-CoV-2 durante el tratamiento”, alertó Jiménez. 

¿Hay peligro con las personas que reciben un trasplante?

Ya en sí los trasplantes son procedimientos riesgosos para contraer infecciones, coinciden ambos expertos. Señalan que esto es debido a que el tratamiento usado para aumentar su éxito, llamado acondicionamiento, provoca un estado de inmunosupresión intensa que elimina todos los mecanismos de defensa. Además, muchos pacientes deben recibir terapias inmunosupresoras para evitar complicaciones del trasplante y esto perpetúa el estado de técnica.

Ante estos panoramas debe privar en cada paciente el balance de riesgo beneficio de realizar el procedimiento bajo condiciones de pandemia”, comentó la microbióloga especialista en hematología.

Asimismo, Jiménez acotó que los pacientes que vayan a recibir un trasplante están ante dos situaciones: 

  1. Tiene una enfermedad curable pero de alto riesgo en donde el trasplante es su opción curativa.
  2. Tienen una enfermedad incurable pero el trasplante mejora la sobrevida.

En el primer caso: Muñoz dice que debe establecerse la posibilidad real de cura para el paciente. En enfermedades como las leucemias agudas esperar 1 a 2 meses puede significar la diferencia entre la vida y la muerte. No realizar el trasplante a tiempo puede significar la pérdida de su única opción de vida y esto se valora contra el riesgo de fallecer si contrae la infección de SARS-CoV-2.

Otro detalle asociado al trasplante es que los donantes podrían convertirse en vectores de transmisión viral. Por esto se recomienda la cuarentena de 2 semanas al donante antes del procedimiento de extracción de médula ósea para disminuir el riesgo de contagio y además realizar el examen de detección de SARS-CoV-2 en ambos.

En el segundo caso: Recomienda que el procedimiento se retrase el mayor tiempo posible y considerar terapias de mantenimiento. 

¿Qué hacer si soy un paciente con leucemia o linfoma en estos momentos?

En general las leucemias se pueden clasificar en agudas y crónicas. 

Las leucemias agudas se consideran una urgencia hematológica ya que su expectativa de vida es de semanas o pocos meses y no se puede retrasar su tratamiento. Las leucemias crónicas en muchas ocasiones se diagnostican en fase indolente o asintomática y permiten esperar antes de iniciar un tratamiento, incluso algunas pueden no requerirlo”, explicó el experto

En el caso de los linfomas el concepto es muy similar. En general los linfomas agresivos se considera curables, cuanto menos extendida esté la enfermedad mejor pronóstico tiene el paciente, por lo que su tratamiento no se debe retrasar. Muchos de los linfomas indolentes presentan una ventana que no requiere tratamiento y en caso de requerir debe establecerse la posibilidad de retrasarlo o atenuarlo, según Jiménez.

En cualquiera de los casos los pacientes deben acudir a consulta y realizarse todos los exámenes que se le hayan indicado para que el médico hematólogo pueda valorar su caso específico”, finalizó.