Una certificación del Instituto Costarricense de Investigación y Enseñanza en Nutrición y Salud (Inciensa) publicada este lunes por una página de Facebook dedicada a la difusión de información falsa no hace referencia a que en Costa Rica haya 855 casos positivos de COVID-19 al 13 de abril.
Por el contrario, el documento hace referencia a que dicho laboratorio ha procesado a la fecha 855 pruebas que han dado positivo y 2693 que han dado negativo en infección por COVID-19. El Ministerio de Salud reiteró, una vez más, que el número de pruebas no es igual al número de personas testeadas: esto se debe a que hay pruebas que deben repetirse, pruebas que salieron negativas y al hacer otra dio positiva, entre otras muchas variables.
El Ministerio señaló que de las 855 pruebas positivas indicadas en la certificación, 510 corresponden a muestras procesadas para certificar que una persona confirmada con COVID-19 ya está recuperada. Solo Inciensa tiene permitido hacer las pruebas para certificar que una persona con COVID-19 ya está recuperada.
El protocolo nacional vigente, y recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), consiste en que a una persona con diagnóstico de COVID-19 positivo se le deben hacer dos pruebas con un margen de 24 horas una vez cumplido el plazo de 14 días después del diagnóstico, para verificar si ya está recuperado.
Si una de esas pruebas da positivo, el proceso debe repetirse. Precisamente, debido a este protocolo -a diferencia de Chile- Costa Rica tiene hoy solo 62 personas recuperadas, y no 345 que para esta fecha ya cumplieron su periodo de 14 días después de haber recibido el diagnóstico de confirmación.
Bajo el supuesto de que ninguna prueba deba repetirse, cosa que no ocurre del todo pues hay pruebas indeterminadas, controles de calidad, entre otras muchas variables, una persona confirmada es sujeta de una prueba, una persona descartada una prueba y una persona recuperada dos pruebas con diferencia de 24 horas.
De la cantidad de muestras confirmadas señaladas en la certificación de Inciensa, 510 son pruebas para certificar recuperaciones y las restantes 345 son para confirmar y reconfirmar el diagnóstico de casos sospechosos de COVID-19.
"Reiteramos que siempre haremos un manejo transparente de la información, como lo hemos realizado desde el primer caso confirmado por COVID-19", señaló la institución.
Manipulación de la información pese a advertencia expresa
La certificación del Inciensa se emitió luego de una solicitud de información solicitada por Allan Arburola Valverde, quien le pidió al Inciensa que le detallara cuántas muestras (no personas) por COVID-19 se habían procesado en ese laboratorio y cuál era la cantidad de muestras negativas y positivas (no personas) obtenidas hasta la fecha.
Al contestar la gestión, la directora general del Inciensa, Lissette Navas Alvarado explícitamente le aclaró a Arburola que había una diferencia entre personas testeadas y muestras procesadas. Sin embargo, el perfil de Facebook que publicó la información manipulada ignoró ese detalle para generar controversia.