EDITORIAL

Costa Rica ha venido afrontando con seriedad la emergencia internacional causada por la enfermedad COVID-19. Se esperaba que los diputados, en temas de salud pública, tuviesen mucho cuidado en sus declaraciones, en sus propuestas, y que tuviesen posiciones de respaldo a la institucionalidad que ha estado operando, pues nada es más peligroso en tiempos de amenaza de epidemia que la desconfianza hacia las autoridades sanitarias.

Lamentablemente, a punto de entrar a su tercer año de labores, no terminamos de decepcionarnos de posiciones que no podemos calificar -como menos- de tremendamente irresponsables por parte de los padres y madres de la Patria; y que solo tenemos como antecedente la populista moción aprobada para solicitarle al Ministerio de Educación Pública que no promulgara un protocolo para la prevención del suicidio en centros educativos.

Este miércoles, 24 legisladores aprobaron una moción con falsedades e imprecisiones para solicitarle "vehementemente" a la ministra de Educación, Giselle Cruz, que suspenda "de inmediato" y por un plazo de 15 días las lecciones en los centros educativos de todo el país ante la presencia de casos de COVID-19 en Costa Rica.

La moción, impulsada por el bloque de tránsfugas de Restauración Nacional y algunos diputados del PUSC y el PLN, señala que "los estudiantes se constituyen en una población altamente vulnerable al contagio de esta enfermedad", lo cual es tremendamente falso.

Según han demostrado numerosos estudios científicos durante los últimos meses, el COVID-19 solo es peligroso para población adulta mayor y personas con condiciones médicas pre-existentes, tales como diabetes, cardiopatías, hipertensión, cáncer o enfermedades que comprometen el sistema inmune.

Lo anterior, además, no significa que esas poblaciones en riesgo siempre enfermen gravemente por culpa del COVID-19, ya que solo el 5% de los casos confirmados a nivel mundial se ha clasificado como grave o crítico.

El Ministerio de Salud ha insistido en todas sus comunicaciones y conferencias de prensa que los menores de edad no son parte de la población en riesgo y que solamente cerrarán los centros educativos que registren casos dentro de su comunidad (padres, madres, tutores, estudiantes, profesores, administrativos, etc.) con el fin de realizar desinfecciones durante un plazo de 10 días.

Esta medida no es antojadiza ni mucho menos carente de una base técnica-científica (como sí lo es la posición de esos diputados). Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió durante la pandemia de A H1N1 lineamientos a seguir para el cierre de centros educativos.

La medida, dijo la OMS, es efectiva para reducir la transmisión en el centro educativo y la comunidad en general, y acá es donde se encuentra la clave para comprender por qué a hoy, miércoles 11 de marzo del 2020, cerrar centros educativos es prematuro y podría ser contraproducente:

"El principal beneficio para la salud del cierre proactivo de la escuela proviene de frenar la propagación de un brote dentro de un área determinada y, por lo tanto, allanar el pico de infecciones. Este beneficio se vuelve especialmente importante cuando la cantidad de personas que requieren atención médica en el pico de la pandemia amenaza con saturar o abrumar la capacidad de atención médica. Al reducir la velocidad de propagación, el cierre de escuelas también puede ganar algo de tiempo a medida que los países intensifican las medidas de preparación o acumulan suministros de vacunas, medicamentos antivirales y otras intervenciones.

¿Ubican el punto central? El cierre de centros educativos es una medida destinada a detener la propagación de la enfermedad (lo que científicamente se conoce como transmisión comunitaria), sin embargo, Costa Rica sigue sin tener presencia de ese tipo de transmisión.

Aunque los casos confirmados llegaron este miércoles a 22, 16 casos (es decir, el 72%) corresponden a personas que tuvieron contacto con el paciente super-contagiador que labora en el Hospital San Rafael de Alajuela y que enfermó en Panamá. A todas esas personas las autoridades sanitarias les han ubicado y han hecho las pruebas necesarias para confirmar o descartar si han sido contagiados, con el fin de evitar que se vuelvan también propagadores del COVID-19.

Otros casos corresponden a personas que provenían de países donde sí existe transmisión comunitaria, sin embargo, el seguimiento que las instituciones encargadas de la materia han realizado ha permitido identificarlos, localizarlos a ellos y sus contactos en caso de que desarrollen síntomas. Ejemplo palpable de esto es el caso de algunos extranjeros que, a pesar de haber visitado distintos puntos del país antes de desarrollar síntomas, no registran otras personas contagiadas ligadas a ellos.

Dado que no se está ante el escenario para que se suspendan lecciones a nivel nacional, la decisión de cerrar centros educativos concretos durante un plazo de 10 días para hacer las desinfecciones profundas es la medida adecuada y proporcional por el momento. No está de más recordar que el COVID-19 tiene un periodo de incubación de 1 a 14 días, siendo que la mayoría de casos presenta síntomas a partir del día cinco, por lo que el plazo de la orden sanitaria también tiene respaldo científico por ese lado.

Y como si no les bastara con colocar hechos falsos en los considerandos de la moción, los diputados la aprobaron dirigida hacia la ministra de Educación, pese a que ella ha sido insistente en que el ente rector de la materia en este momento es el Ministerio de Salud. Por ello no puede no destacarse la contundente respuesta dada por la ministra a los legisladores.

Ellos [el Ministerio de Salud] son los especialistas en epidemiología y la emergencia es epidemiológica. No pueden tomarse decisiones de cierre general desde otros criterios.

La posición de esos 24 diputados tampoco toma en cuenta un factor que la OMS sí destacó en su momento durante la pandemia anterior: la medida de cerrar centros educativos debe estar acompañada de medidas que limiten el contacto entre los estudiantes, ya que si ellos se congregan en un entorno que no sea una escuela, continuarán propagando el virus y los beneficios del cierre de la escuela se reducirán en gran medida. O peor aún: en lugar de mantenerse dentro de su vivienda, los niños serían llevados a lugares públicos donde hay mayor riesgo de exposición a enfermedades.

Además, si el Gobierno optara ahora por suspender el curso lectivo, pero no adopta medidas que permitan que esos menores sean tutelados por un adulto responsable, existe la circunstancia de que -como en muchos hogares- esos niños pasen a ser cuidados por otros familiares -como los abuelos- que sí constituyen una población vulnerable que en este momento es indispensable proteger.

Alertó la OMS: "Paradójicamente, si bien el cierre de la escuela puede reducir la demanda máxima en los sistemas de atención médica, también puede interrumpir la provisión de atención médica esencial, ya que muchos médicos y enfermeras son padres de niños en edad escolar". Nada más que agregar.

El MEP giró instrucciones para que todos los días los estudiantes sean instruidos en el protocolo de tos, estornudo y lavado de manos. Es decir, se está aprovechando el curso lectivo para enseñarles a protegerse de la enfermedad, y con ello a su núcleo familiar.

Finalmente, la OMS también advirtió en 2009 que la decisión de suspender el curso lectivo puede comprometer los programas sociales altamente beneficiosos basados ​​en la escuela, como la provisión de comidas, y para nadie es un secreto que en nuestro país, muchos niños dependen de la alimentación que le otorgan los centros educativos.

Dice un dicho que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones, pero los hechos acaecidos no nos permiten sostener con algún grado de probabilidad que los diputados estén actuando de buena fe. Por el contrario, sus actos meten ruido innecesario en el ambiente y socavan la credibilidad del Ministerio de Salud, que es la institución que cuenta con los expertos y la asesoría internacional para afrontar esta emergencia, tal y como el país logró hacerlo durante la pandemia de gripe A H1N1 años atrás.

Por eso ¡zapatero, a tus zapatos! Este no es un tema para politiquear. Los diputados además de legislar deberían usar su exposición pública para divulgar la información oficial, replicar los protocolos de tos, estornudo y lavado de manos; y ponerse a disposición de las autoridades expertas en el tema para afrontar juntos esta emergencia internacional.

Breves

— Luis Salazar, exasesor legal de Casa Presidencial, compareció ante la Comisión UPAD donde se abstuvo de responder todas las preguntas realizadas por los diputados.

— La moción para pedir la suspensión del curso lectivo fue inicialmente rechazada con una votación de 23 vs. 24, sin embargo, se aprobó una moción de revisión para repetir dicha votación.

En el segundo turno, la moción fue aprobada con 24 votos a favor y 23 en contra. Sin embargo, la ministra Cruz respondió pocos minutos después a los legisladores.

— El Plenario aprobó dispensar de todos los trámites el expediente 21.796 que autoriza a la Caja del Seguro Social a cambiarle el fin a un terreno de su propiedad (sí, absurdo) para que pueda destinarlo a construir infraestructura para la propia institución...