En el mundo de la economía es importante recordar que los bienes son escasos y el internet es un bien que también es limitado. Se han preguntado ¿qué sucedería si nos llegáramos a quedar sin internet por saturación? Actualmente se está compartiendo demasiada información por diferentes aplicaciones y en diferentes sitios de internet. Alguna de esta información es muy valiosa y nos instruye. Sin embargo, existe información de otro tipo: alguna es creada por los que hacen virus cibernéticos (con la intención de sacar provecho de la crisis actual) pero, además, a la gente le gusta compartir chistes, canciones, videos profesionales o caseros y sobre todo noticias (reales y falsas).

La Pandemia por COVID19 es un momento de altísima tensión a nivel mundial y se ha incrementado el estar compartiendo demasiada información a todos los grupos como si tuviéramos que estarlos alimentando continuamente de información. Tal vez se cree que esto acerca a las personas, pero he realizado varias pruebas de enviar algo en lo que requiero que me respondan y no lo hacen, casi nadie se detiene a leer. Posiblemente está ocurriendo lo que una vez sucedía con el correo electrónico, que llegaban tantos correos masivos que la gente ni los veía, les llamábamos los correos basura o repetidos. Lamentablemente mucha de esta información se queda guardada en los dispositivos o en nuestros espacios en la nube.

La mayoría de la gente pertenece a estos grupos en los que se envía toda esta información, es decir, estamos multiplicando los “bytes” que se vuelven a multiplicar cuando se reenvía; y me ha tocado, al igual que a muchos/as de ustedes, por ejemplo, recibir siete veces el mismo video o la misma foto de una noticia falsa. Esto desgasta dos recursos que también son escasos, nuestro tiempo y nuestro uso de datos. Al primero —y más importante— no me voy a referir, porque con este cada quien decide lo que quiere hacer, aunque no estaría de más prestar atención a los efectos psicológicos que conlleva dedicar mucho tiempo a leer demasiada información. Pero con relación al segundo, sugiero que no se envíen noticias, igual todos/as las buscamos por nuestros medios. Dejemos los chats para lo que fueron creados, grupos que querían comunicarse mediante texto o para compartir algún vínculo de interés de páginas confiables porque, además, tenemos que cuidarnos de no compartir enlaces que puedan tener virus cibernéticos. Así estaríamos haciendo un uso más razonable del internet.

Por otro lado, los archivos que guardamos en la nube tienen que tener respaldo en alguna parte del mundo, en servidores que consumen muchísima energía para que podamos tenerlos disponibles. Así que sería importante que cada persona dedicara un poquito de su tiempo a borrar toda la información de su nube que considere descartable y de paso, también, limpiar un poco su computadora y/o teléfono. Es muy entretenido y provechoso.

El virus cibernético también lo combatimos frenando la desinformación y recordando que todos los recursos son limitados, incluso el uso de internet. Hay una mayor cantidad de personas utilizando internet para poder trabajar desde sus casas, para comunicarse con seres queridos que no puedan visitar, muchos cursos de las universidades se están haciendo virtuales, más personas están viendo noticias; pero sobre todo los gobiernos deben estarse pasando mucha información valiosa entre sus integrantes y realizando reuniones en línea para poder hacer frente a la pandemia que hoy vivimos, mismas reuniones virtuales que se necesitan para poder hacer su trabajo. Aquí es donde debemos cuestionarnos ¿Qué nos pasaría si por estar pasando información —de la cual desconocemos su procedencia— se diera una saturación en estos tiempos del internet?

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