Iniciativa evidencia cómo las armas profundizan las brechas de género en Costa Rica.
La Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano presentó la campaña digital “La Violencia No Tiene Un Solo Rostro”, una iniciativa que busca evidenciar el impacto de la violencia armada y cómo esta afecta de forma diferenciada a hombres, mujeres y personas de la comunidad diversa.
La campaña, desarrollada en colaboración con People In Need, tiene como objetivo contrarrestar la desinformación y promover una comprensión más profunda de las desigualdades de género vinculadas al uso de armas. A través de redes sociales y su sitio web institucional, la Fundación comparte información, análisis y testimonios que muestran los distintos rostros de la violencia armada.
La creación de “La Violencia No Tiene Un Solo Rostro” surge de los hallazgos del taller “Violencia armada y género”, realizado por la Fundación Arias con la participación de la Dirección General de Armamento, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Universidad Estatal a Distancia (UNED) y el Poder Judicial.
El encuentro evidenció que la violencia armada está fuertemente influenciada por las dinámicas de género y que las normas culturales y sociales sobre los roles masculinos y femeninos determinan la forma en que las personas viven, ejercen o sufren la violencia.

Los datos revelan que los hombres y niños son las principales víctimas mortales de homicidios con armas de fuego, mientras que las mujeres y niñas enfrentan un aumento de la violencia letal en el hogar. Asimismo, las personas LGBTQI+ continúan siendo blanco de ataques motivados por prejuicio e intolerancia, de los cuales el 39% en América Latina y el Caribe se cometen con armas de fuego.
María del Sol Hidalgo, oficial de programa de la Fundación Arias, señaló:
La violencia armada refleja las desigualdades más profundas de nuestras sociedades. Solo reconociendo sus rostros podremos transformarla”.
Los resultados del taller también mostraron que los hombres jóvenes enfrentan un mayor riesgo de morir por armas de fuego, influenciados por modelos de masculinidad dominante que asocian la fuerza y el control con el poder. Estas mismas normas perpetúan la violencia y dificultan la búsqueda de soluciones pacíficas.

Por su parte, las mujeres son las principales víctimas de violencia letal en el ámbito privado, donde el hogar se ha convertido en el lugar más peligroso. En la mayoría de los casos, las agresiones provienen de parejas o familiares, y el uso de armas de fuego ha incrementado la letalidad de estos hechos.
Las personas LGBTQI+, por otro lado, enfrentan altos niveles de riesgo debido a crímenes de odio y violencia motivada por prejuicios hacia quienes no se ajustan a los roles tradicionales de género y sexualidad.
La Fundación destacó que la violencia armada no se limita al daño físico: deteriora el tejido social, genera miedo e inseguridad, limita el acceso a servicios esenciales y frena el desarrollo económico y comunitario. Estas consecuencias afectan con mayor fuerza a las poblaciones más vulnerables, profundizando los ciclos de exclusión, desigualdad y pobreza.
Entre los contenidos de la serie se incluyen:
- La violencia armada: un obstáculo al desarrollo humano y la paz
- La violencia armada tiene rostros inesperados: el impacto de género más allá de los estereotipos
- La violencia armada contra mujeres y niñas dentro de los espacios de confianza
- La violencia que ataca la identidad: crímenes de odio contra la comunidad LGBTQI+




