El evento El Niño de 2023–2024 causó un estrés por calor sin precedentes y una severa pérdida de corales en Isla del Caño y el norte de la Península de Osa.

Nuevos hallazgos científicos de Innoceana, publicados el pasado 20 de noviembre en la revista PeerJ, demuestran que el evento El Niño de 2023–2024 causó un estrés por calor sin precedentes y una severa pérdida de corales en Isla del Caño y el norte de la Península de Osa.

El estudio documenta un cambio drástico del dominio de los corales al de las algas de césped (turf algae), lo que indica un punto de inflexión ecológico para una de las reservas marinas más importantes de Costa Rica que afectará directamente a las comunidades locales y al turismo.

Liderada por la directora de investigación de Innoceana Costa Rica, Caroline Palmer, inmunóloga de corales y ecóloga de arrecifes, la investigación se basa en cuatro décadas de datos satelitales de la temperatura superficial del mar y en exhaustivos estudios de arrecifes realizados entre 2023 y 2024.

Los resultados muestran que las temperaturas promedio de la superficie del mar alrededor de Isla del Caño aumentaron casi un grado Celsius durante 40 años, culminando en las temperaturas más altas registradas durante el reciente evento El Niño, con un estrés por blanqueamiento casi el doble que el del evento de 1998.

Los investigadores reportan una disminución del 40% en la cobertura de corales vivos en todos los sitios encuestados y varios sitios perdieron más del 50%. Las algas de césped (turf algae) aumentaron en más del 70%, lo que demuestra que un área de arrecife considerada históricamente resistente ahora muestra signos de colapso ecológico.

“Durante mucho tiempo se pensó que los arrecifes de Isla del Caño en el Pacífico Tropical Oriental eran resistentes al calentamiento, pero este evento El Niño los llevó más allá de sus límites”, afirmó Palmer.

Las temperaturas del océano se mantuvieron más altas durante más tiempo que en cualquier momento de los últimos cuarenta años, y ahora estamos viendo una rápida pérdida de corales y un cambio hacia el dominio de las algas, lo que significa que es poco probable que estos arrecifes se recuperen sin esfuerzos de restauración específicos”.

El estudio presenta una nueva herramienta, el Índice de Viabilidad de Recuperación Ecológica (ERFI, por sus siglas en inglés), para brindar a los responsables de la toma de decisiones una comprensión más clara de qué sitios de arrecife tienen más probabilidades de recuperarse por sí mismos y cuáles necesitarán esfuerzos de restauración activa.

En el estudio, los sitios Chorro y Esquina mostraron el mayor potencial de recuperación, mientras que Ancla, San Josecito y Barco Profundo obtuvieron la clasificación más baja.

Desde Innoceana detallaron que la Isla del Caño necesita una estrategia de restauración guiada por la ciencia que reúna a socios locales, operadores turísticos y autoridades de conservación. En un comunicado a la prensa alertaron:

Este no es un problema futuro, está sucediendo ahora, y se necesitará que trabajemos todos juntos para lograr una recuperación significativa”.

Los hallazgos destacan un llamado urgente a la restauración específica de sitios y a una mejor gestión del turismo y de los factores estresantes locales. Innoceana está actualmente avanzando en un plan regional de restauración y monitoreo a cinco años que se alinea con las prioridades nacionales de conservación y las nuevas directrices globales sobre la recuperación de arrecifes.

El artículo completo, titulado El Niño-driven phase shift to algal dominance on Isla del Caño’s coral reefs: implications for urgent restoration, está disponible en acceso abierto a través de PeerJ.