25 compuestos farmacéuticos hallados en cuerpos de agua presentaron un nivel de riesgo entre medio y alto para la salud ambiental.
Un reciente estudio del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA), de la Universidad de Costa Rica (UCR), encontró un total de 37 compuestos farmacéuticos en distintos cuerpos de agua costarricenses.
El estudio se efectuó en 163 puntos de muestreo, en los cuales se incluyeron aguas de hospitales, plantas de tratamiento, rellenos sanitarios, fincas ganaderas, porcinas, lecheras, así como ríos costarricenses.
De los 37 compuestos hallados, 25 presentaron un nivel de riesgo entre medio y alto para la salud ambiental, mientras que nueve son los que encabezan la lista crítica de contaminantes prioritarios por su alta frecuencia de detección y su elevado nivel de peligrosidad ambiental.
Entre esos nueve contaminantes críticos está la cafeína en primer lugar, seguido por la difenhidramina (antialérgico), el acetaminofén y la lovastatina, muy usada para reducir el colesterol.
Posteriormente, se encuentran el gemfibrozilo (utilizado para controlar la grasa en la sangre), la ciprofloxacina (un antibiótico contra infecciones), el ibuprofeno, la doxiciclina (un antibiótico contra infecciones respiratorias o de piel) y la norfloxacina (otro antibiótico empleado contra las infecciones urinarias).
Carlos Rodríguez Rodríguez, investigador del CICA-UCR y uno de los líderes del estudio, comentó que los residuos farmacológicos entran dentro de la categoría de contaminantes emergentes que están llegando al ambiente por varios caminos.
Uno de esos caminos es cuando el fármaco es ingerido y es parcialmente metabolizado por el cuerpo. Por medio de las excreciones, parte del compuesto se libera y es capaz de generar algún riesgo toxicológico al quedar en las aguas urbanas que van a las plantas de tratamiento”.
Otra de las posibles vías por las que estos contaminantes estarían llegando al ambiente es por la mala disposición de los fármacos vencidos o en desuso, aseguró el experto.
Según comentó Rodríguez Rodríguez, es usual que los fármacos se desechen de manera incorrecta en la basura común o se viertan directamente en el inodoro o en el fregadero. Esto facilita que lleguen a los sistemas de alcantarillado y, posteriormente, a las plantas de tratamiento, o bien, directamente a los cuerpos de agua.
¿Qué hacer?
El estudio de la UCR representa un insumo para enfocar esfuerzos de mitigación de la contaminación por fármacos en América Latina, los cuales “deben ser tomados en cuenta como una primera preocupación durante la implementación de políticas ambientales relacionadas con productos farmacéuticos en la región”, cita la investigación.
Los investigadores insisten en que el manejo de medicamentos vencidos o en desuso no es un detalle menor, son contaminantes que pueden afectar el ambiente y hasta regresar al ser humano de manera indirecta en cualquier momento.
Ante eso, los resultados del estudio constituyen un primer paso urgente para incentivar un cambio cultural en el manejo de los medicamentos vencidos, a fin de que sean desechados en puntos especializados.
Otro elemento es motivar un rediseño de las plantas de tratamiento de aguas para que puedan eliminar estos compuestos.
Además de la necesidad de hacer conciencia, desde ya los científicos de la UCR están investigando cómo efectuar mejoras en las plantas de tratamiento con tecnologías de vanguardia, como la oxidación avanzada. Esto con el potencial de degradar estos compuestos e implementar buenas prácticas en el sector pecuario para reducir el ingreso de antibióticos y otros fármacos al ambiente.
Por último, con base en los resultados de este estudio, así como la identificación de los compuestos de mayor riesgo para el ambiente, trabajan en colaboración con el Comité Nacional de Vertidos. El objetivo es promover una nueva versión del reglamento de vertidos que incorpore, por primera vez, el monitoreo de los compuestos prioritarios identificados por la UCR.
Esta sería la primera vez que se estaría trabajando con la identificación de fármacos a nivel nacional para términos regulatorios, que es algo bastante innovador a nivel de América Latina.
Este es parte del equipo investigador del Centro de Investigación en Contaminación Ambiental (CICA-UCR) que logró detectar residuos farmacológicos de alto peligro ambiental en ríos, mares y suelos de Costa Rica. Fotografía: UCR.