A poco menos de un mes que inicie el periodo de campaña electoral el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) ha publicado datos que revelan ciertas particularidades del mercado laboral en el país que deben ser atendidas. En este sentido la idea de este artículo es de carácter informativo sobre el estado de la situación del mercado laboral costarricense con una serie de reflexiones que pueden generar temas de discusión de política pública en los próximos cinco meses hasta las elecciones nacionales.

En este contexto vale la pena preguntarse: ¿Es una tasa de desempleo baja sinónimo de un mercado laboral que genera bienestar a la ciudadanía en Costa Rica? ¿Está el mercado creando los suficientes empleos para asegurar este bienestar? Para ayudar a los lectores a responder esta pregunta revisaremos estadísticas oficiales publicadas para el trimestre móvil de mayo a julio de cada año en temas de población ocupada, tasa de desempleo, participación laboral, calidad del empleo, y equidad en el acceso.

Los recientes datos publicados por el INEC revelan que el país emplea a un total de 2.141.163 personas; este dato representa el 50,3% de la población en edad de trabajar, de 15 años o más, del país. La tasa de ocupación, al momento en que se comparan los años previo a pandemia (2011-2019 con promedio de 54,9%) y el último cuatrienio (2022-2025 con un 51,6%) se evidencia una diferencia de 3,3 p.p. por debajo respecto al primero, pero una mejora significativa con respecto a la pandemia dado el alto nivel de desempleo registrado durante esta crisis.

Costa Rica: Tasa de ocupación, trimestre móvil mayo-julio, 2011-2025

Sin embargo, pese a esta recuperación un dato que preocupa es la creación de puestos de trabajo. Con respecto al mismo periodo del año pasado, el país ha perdido 53.170 puestos, viéndose afectadas en su gran mayoría las mujeres ya que representan poco más de tres cuartas partes de estos puestos perdidos (76,4%). La situación se agrava en lo que llevamos del 2025, ya que la pérdida de puestos de trabajo acumulada es de 72.944 personas menos ocupadas en el país.

La lógica podría indicar que con la pérdida de empleos la tasa de desempleo esté más bien aumentando. Mas los datos revelan lo contrario, el último dato registra que el 6,7% de la fuerza de trabajo se encuentra desempleada. En términos absolutos se traduce a cerca de 154 mil personas siendo, de la serie de datos disponible, el valor observado más bajo y cerca de 33 mil personas menos que el mismo periodo del 2024.

En un análisis de más largo plazo, los años previos a la pandemia la tasa de desempleo registró un promedio de 9,7%, durante 2020-2021 la tasa fue de 20,9% motivada por las restricciones de movilidad que limitaron la actividad económica a nivel mundial y en los años posteriores la tasa se ha ubicado por debajo del promedio previo a pandemia (9% entre 2022-2025).

Costa Rica: Tasa de desempleo, trimestre móvil mayo – junio, 2011-2025

En este punto se evidencia una situación particular, menos cantidad de personas ocupadas y menos cantidad de personas desempleadas. ¿Qué está pasando con el mercado laboral costarricense? Al abordar el tema de la participación en el mercado laboral se observa que es el valor más bajo registrado en la serie comparada, se ubica en torno al 53.9%.

Lo anterior indica que, de la población en edad de trabajar (15 años o más) un total de 2.294.587 personas se encuentran activas en el mercado laboral. Para poner en perspectiva, durante 2020, a pesar de las restricciones de movilidad que afectaron la actividad económica, el país promedió 2.382.962 personas activas en el mercado laboral; esto representa cerca de 88 mil personas más que en la actualidad.

En un análisis de largo plazo, al comparar los años previos a la pandemia se evidencia que los tres últimos años se ubican 4 p.p. por debajo, al ubicarse en torno a una tasa de participación del 56,8%, valor incluso por debajo de los años afectados por la pandemia que presentaron una tasa promedio del 58,5% (2020-2021). Esto deja en claro la tendencia a la baja que se presenta desde 2019 cuando se tocó el punto máximo y que no se ha podido retornar a los valores pre-pandemia.

Costa Rica: Tasa neta de participación, trimestre móvil mayo-julio, 2011-2025

En lo que respecta a la población fuera de la fuerza de trabajo, comparando el mismo periodo entre 2024 y 2025 este grupo incrementó en 138.091 personas y en lo que llevamos del 2025 un total de 118.995 personas han salido de la fuerza de trabajo.

Si se desagrega el dato de la población fuera de la fuerza de trabajo por disponibilidad, el 97% se ubican dentro de la categoría de aquellas personas que “no desea trabajar, con limitaciones de edad o discapacidad, con obligaciones familiares o personales, no disponible por enfermedad o por la época”. El restante 3% se encuentra disponible con limitaciones (2,6%) o desalentada (0,4%). Otro elemento por considerar es que 3 de cada 10 personas que están fuera de la fuerza de trabajo tienen entre los 25 y 59 años, años que se consideran productivamente importantes.

Hasta este punto se puede indicar que, considerando la baja tasa de ocupación y la baja tasa de participación, el resultado de una tasa de desempleo, la más baja para el periodo 2011-2025, no quiere decir que el mercado laboral costarricense esté creando mayores opciones de trabajo sino más bien que las personas están saliéndose de este mercado.

En cuanto a la calidad del empleo, a pesar de que la informalidad reflejó una reducción cercana a los 3 p.p. a nivel nacional sigue siendo un tema importante por atender en el país. Lo anterior considerando que poco más de dos terceras partes (36,9%) de los ocupados trabaja de manera irregular y sin protección dentro del marco normativo y de seguridad social del país. Especial atención se debe poner en el grupo de trabajadores independientes, esto considerando que de cada diez trabajadores informales ocho (84%) desempeñan sus actividades de manera independiente.

En cuanto a la equidad en el acceso al empleo, históricamente las mujeres presentan una mayor tasa de desempleo que los hombres. En el largo plazo, el promedio de la brecha entre hombres y mujeres en condición de desempleo ha sido de 147,9. Esta brecha lo que explica es la relación de la tasa de desempleo de mujeres entre la tasa de desempleo de hombres, interpretándose que entre más cercano el resultado a 100 existe mayor paridad en cuanto a las personas desempleadas bajo esta perspectiva de género.

Costa Rica: Tasa de desempleo y brecha de género

En este caso las mujeres presentan una tasa cercana a un 50% superior a los hombres, en los últimos dos años esta brecha se ha reducido y se ubica en torno al 18%, sin embargo, pareciera que no es un tema que más mujeres se están empleando dado que en 2025 la cantidad de mujeres ocupadas se vio reducida en 40.620 en comparación con el mismo periodo del año anterior.

En su conjunto, las estadísticas analizadas muestran un panorama que va más allá de una tasa de desempleo baja. Menos personas ocupadas, menos personas desempleadas y una menor participación laboral pintan un escenario en el que los datos, por sí solos, pueden dar una imagen distorsionada de la realidad. Es aquí donde el análisis deja de ser un simple ejercicio numérico y se convierte en una discusión sobre el verdadero estado del mercado laboral costarricense.

La tasa de desempleo más baja en más de una década debería ser motivo de celebración, pero en realidad es un espejismo. Lejos de ser el reflejo de un mercado laboral saludable, el descenso en el desempleo ocurre porque miles de personas han abandonado la búsqueda de trabajo. Es decir, menos gente trabaja y menos gente busca empleo. ¿Puede un país conformarse con este tipo de “mejoría”?

La baja participación laboral nos enciende las alarmas. Para el periodo 2011-2025, no se registra otro año con tan poca población en edad de trabajar participando activamente el en mercado, ni siquiera en plena pandemia. Este dato, unido con la menor cantidad de personas ocupadas y desempleadas, sugiere un desencanto estructural, que podría decirse que hay quienes no ven sentido o atractivo en buscar empleo, ¿será que el mercado no está ofreciendo oportunidades dignas? ¿tenemos problemas estructurales que no logran alinear oferta con la demanda? Un país que deja a su población en edad productiva fuera de la economía está hipotecando su futuro y perdiendo competitividad frente a sus pares.

A esto se suma que la pérdida de empleo golpea con más fuerza a las mujeres, que concentran tres cuartas partes de los puestos eliminados. Si bien la brecha de desempleo entre hombres y mujeres se ha reducido, ello no significa que más mujeres estén trabajando, sino que menos mujeres permanecen en el mercado. Es un retroceso silencioso en la equidad laboral que debería encender las alarmas de la política pública.

Finalmente, un tercio de la fuerza laboral sigue atrapada en la informalidad, sin seguridad social ni protección de derechos. Aunque se ha visto una leve mejoría, la realidad es que la informalidad constituye la norma para miles de personas, sobre todo independientes. ¿De qué sirve tener empleo si no garantiza estabilidad ni un futuro seguro?

En síntesis, el mercado laboral costarricense no está generando bienestar de manera inclusiva. Los datos muestran un estancamiento en la creación de empleo, una caída en la participación laboral y una desigualdad de género persistente. Más que celebrar un desempleo bajo, deberíamos preguntarnos: ¿qué clase de mercado laboral estamos construyendo y para quién?

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