El periodismo riguroso y objetivo es un pilar de nuestra democracia; fiscaliza, informa y eleva el debate público. Sin embargo, cuando la objetividad se cambia por una cobertura parcial y sesgada, que solo cuenta una parte del relato, se le hace un flaco favor a la ciudadanía. Con preocupación, durante los últimos meses, hemos sido testigos de una cobertura desequilibrada y prejuiciada por parte del Semanario Universidad sobre los esfuerzos del país en telecomunicaciones y ciberseguridad, sacrificando los hechos contundentes por una narrativa de ataque y confrontación que no se apega a la realidad.
El más reciente artículo publicado sobre el tema se centra en una supuesta alianza “contra la tecnología china”, una interpretación simplista y malintencionada de una cooperación internacional mucho más amplia y beneficiosa para el país. Como hemos explicado de forma transparente y reiterada, la defensa de la infraestructura crítica de Costa Rica se realiza contra todas las ciberamenazas, sin importar su bandera o procedencia.
La cooperación técnica no reembolsable con el Gobierno de los Estados Unidos, por aproximadamente 25 millones de dólares, tiene un objetivo claro: robustecer la protección de nuestras plataformas digitales y servicios esenciales. Su alcance es general, tal y como se le explicó en reiteradas ocasiones al periodista; no se trata solo de redes 5G. Querer enmarcar esto como un acuerdo bilateral contra un tercer país es, o una profunda incomprensión de la ciberseguridad global, o un intento deliberado por generar controversia donde no la hay.
Lo que el redactor parece omitir, convenientemente, son los enormes aciertos de la administración Chaves Robles que hoy permiten que los operadores estén en pleno despliegue de redes 5G en todo el territorio nacional, bajo reglas claras, seguras y que fomentan la competencia. Mientras el Semanario Universidad se enfoca en fabricar intrigas geopolíticas, los costarricenses comienzan a ver los beneficios de una política pública coherente y visionaria que desató nudos—y corrupción—que por años frenaron el avance tecnológico del país.
Nuestra visión de Estado ha rendido frutos tangibles, reconocidos a nivel mundial. Gracias a una estrategia robusta y a colaboraciones estratégicas, hemos fortalecido nuestras capacidades de manera exponencial. Este progreso se refleja en múltiples mediciones internacionales. En el más reciente Índice Global de Ciberseguridad (GCI) de la UIT, el país demostró un avance significativo al mejorar su calificación de 67.45 a 75.07, lo que nos consolida en el TIER 3 de naciones con alto compromiso en la materia. Asimismo, este desarrollo es reafirmado por el National Cyber Security Index (NCSI) de Estonia, índice en el cual Costa Rica escaló 13 posiciones, pasando del puesto 77 al 64 a nivel mundial.
Estos logros no son casualidad; son el resultado de un trabajo serio que ha llevado a que otras naciones de la región se acerquen a nosotros para aprender de nuestra experiencia y modelo de gobernanza digital.
Parte de este éxito radica en apostar por la soberanía tecnológica. La cooperación en ámbitos tecnológicos con socios como la Unión Europea, Corea del Sur, Japón y Estados Unidos nos ha permitido explorar y capacitar a nuestro ecosistema digital. Los modelos de redes abiertas (Open RAN) han sido parte de esa cooperación y permiten un enfoque que promueve la diversificación de proveedores, evita la dependencia de una única empresa y fomenta la innovación local. Criticar esta decisión estratégica, como lo hace el artículo al señalar que es “la tecnología menos empleada a nivel global”, es ignorar que liderar también significa abrir camino e innovar, asegurando que el futuro de nuestras telecomunicaciones no quede en manos de un único proveedor, independientemente de su país de origen.
Desde el MICITT seguiremos trabajando con total transparencia, colaborando con todos los socios internacionales que, bajo principios de respeto mutuo, nos ayuden a alcanzar nuestro principal objetivo: proteger a Costa Rica y garantizar que los beneficios de la transformación digital lleguen a cada rincón del país. Instamos al Semanario Universidad a propiciar un debate más constructivo, uno que se base en los hechos y que reconozca los avances que, sin duda, están posicionando a nuestra nación como un referente de ciberseguridad y desarrollo tecnológico en el mundo.
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