Hay gestos que definen a un país. En Costa Rica, pocos son tan poderosos como el brazo extendido de un niño recibiendo su vacuna. Fue así como, en 1973, nos despedimos de la poliomielitis y, desde entonces, hemos mantenido coberturas de inmunización cercanas al 99 % en muchas de las vacunas para niños.

«La medicina es una ciencia social, y la política no es más que medicina a gran escala» —recordaba Rudolf Virchow mucho antes de que existiera la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Ese eco debería guiar cada decisión sanitaria que tomamos.

Don Felipe (72 años) y el refuerzo contra la COVID‑19

Don Felipe vive en Barrio Amón y, tras un infarto, cada respiración es un pequeño triunfo. Sabe que el virus que paralizó al mundo aún circula, pero también sabe que la nueva dosis de refuerzo le ofrece la mejor armadura posible. «Quien cura una enfermedad puede ser el médico más hábil, pero quien la previene es el más seguro», aconsejó Thomas Fuller en el siglo XVII. Felipe cita la frase mientras ajusta su mascarilla y se despide: piensa regresar a casa caminando, despacio, para disfrutar de la fresca tarde.

La doctora Yock y la vacuna conjugada contra neumococo

En el Hospital, la doctora Yock recorre urgencias como si fuera un tablero de ajedrez: cada cama libre es un movimiento pensado y calculado para optimizar la atención. Cuando llegan las lluvias, las neumonías complican la partida, muchos virus respiratorios circulan al mismo tiempo, y detrás de ellos vienen las bacterias. Los estudios de las nuevas vacunas conjugadas contra el neumococo de mayor valencia prometen reducir ingresos y necesidad de antibióticos «Las vacunas son como el cinturón de seguridad en los vehículos: reducen el riesgo de un golpe serio», recuerda la Dra. Yock. Ella sonríe: cada cinturón bien abrochado libera recursos para pacientes que no pueden esperar.

Laura (30 semanas de embarazo) y la protección frente al VRS

Laura prepara la habitación del bebé mientras escucha llover. Sabe que, todos los años, el virus respiratorio sincicial (VRS) convierte los pasillos de hospital de niños en un laberinto de cunas y oxígeno. Pero escuchó en las noticias que una vacuna administrada durante el embarazo puede reducir hospitalizaciones en los primeros seis meses de vida del recién nacido y que la CCSS ya la está aplicando a partir de las 32 semanas de embarazo, eso la tranquilizó. Laura acaricia su vientre y piensa en aquella gratitud silenciosa: la de un bebé que respirará sin notarlo.

Un legado que respira futuro

Costa Rica no llegó hasta aquí por casualidad. Somos un país que privilegia la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. Orgulloso de la frase: salud sin riqueza, haciendo alusión a que la salud es más valiosa que la riqueza material.

De la mano de un sinfín de personas, el país incorporó la vacuna contra rotavirus, varicela, papilomavirus, influenza, la pentavalente que combina protección contra 5 infecciones: difteria, tétanos, tosferina, hepatitis B, polio y Haemophylus influenzae tipo b, además de las vacunas contra neumococo, sarampión, paperas y rubéola, etc. Enfermedades por algunos olvidadas gracias a las buenas coberturas del país. También, hemos avanzado, pasando del calendario vacunal tradicionalmente pediátrico a un concepto más amplio: vacunación a lo largo de la vida. Enfatizando que parte del envejecimiento saludable es tener protección contra virus y bacterias causantes de neumonía que pueden dar al traste con nuestra salud.

Por suerte, el panorama del control de las infecciones respiratorias es prometedor, vacunas contra VRS para embarazadas con protección para sus bebes; vacunas contra influenza, neumococo, VRS para adultos de riesgo; anticuerpos monoclonales como nirsevimab y clesrobimab (aún no disponibles en el país) para recién nacidos reduciendo su riesgo de enfermar y de morir a causa del VRS.

El logro no se mide solo en porcentajes, sino en historias como la de Felipe, la de la doctora Yock y la de Laura: tres generaciones unidas por la convicción de que la prevención es un acto de vida.

Cuando Felipe celebre por un año más sin hospitalizaciones, cuando la doctora Yock libere una cama crítica y cuando Laura escuche el primer llanto de su hijo, entenderemos que las vacunas son historias contadas en susurros; son el futuro respirando con plena libertad en el pecho de un país que nunca dejó de creer en la ciencia.

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