Iniciativa de la UCR, UNA y UNED combina entrevistas, talleres y producción de materiales didácticos en lengua cabécar.

Un proyecto impulsado por la Universidad de Costa Rica (UCR), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED) busca fortalecer el idioma cabécar ante amenazas como los modelos educativos tradicionales que paulatinamente dejan de tomar en cuenta las particularidades de los pueblos indígenas.

Se trata de Siwá Pakö, un proyecto interuniversitario de investigación y acción social en las áreas cabécares, que opera en conjunto con el Trabajo Comunal Universitario (TCU-688).

De esta unión de universidades públicas surgió la idea de proponer una forma distinta de entender la educación: desde la comunidad, el diálogo intercultural y el respeto por los saberes ancestrales.

La UCR destacó que la iniciativa, que se lleva a cabo en comunidades como Kabébata, Sinoli, Shikiari, Yoldi Kichá, Nori y Blori, combina entrevistas, talleres y producción de materiales didácticos en lengua cabécar. El proceso se construye junto con los líderes comunitarios y sabios tradicionales. Con esto buscan demostrar que el conocimiento está más allá de la academia.

Uno de los grandes logros del trabajo es la creación de recursos educativos como juegos, laminarios y videos que fortalecen el uso del idioma en espacios escolares y comunitarios. De esta manera, la niñez de la zona aprende en su lengua materna, a la vez que se revaloriza el rol de los ancianos como portadores de la memoria oral.

Alianza para transformar la educación

Durante la implementación del proyecto, integrantes de la UNA, UCR y UNED llevaron a cabo entrevistas en lengua cabécar, registraron relatos orales sobre mitología, medicina tradicional y formas de vida, y se dio la validación de todos los contenidos de manera participativa. Esto garantizó que los materiales creados fueran pertinentes y respetuosos con la cultura.

Además, se impartieron talleres educativos que promovieron el aprendizaje intergeneracional y el uso del idioma en espacios escolares, algo fundamental para fortalecer la identidad y el sentido de pertenencia de las nuevas generaciones.

La UCR compartió que el proyecto, adicional al impacto local, también transformó a quienes participaron desde las universidades. En una nota a la prensa ampliaron:

El estudiantado aprendió a investigar sin imponer, a enseñar desde el diálogo, y a entender que la educación intercultural no es una moda ni una obligación legal, sino una necesidad real para construir una sociedad más justa”.

Las instituciones académicas ahora tienen el desafío de garantizar la sostenibilidad de este modelo, expandirlo a otras comunidades y consolidar políticas educativas que reconozcan a los pueblos indígenas como creadores de contenido educativo, no únicamente como receptores.