Hoy día la innovación es clave para el desarrollo económico y social, las universidades públicas desempeñan un papel fundamental. Estos centros de enseñanza actúan como catalizadores del conocimiento que impulsan avances científicos, culturales, artísticos y tecnológicos e impactan directamente en la sociedad. Las universidades se convierten en parte fundamental del concepto de quíntuple hélice, donde se integran con las empresas, los gobiernos y la sociedad para desarrollar acciones conjuntas que impulsan la innovación y el desarrollo en los países o regiones.
Este enfoque colaborativo demanda que la universidad adopte un papel como agente de creación y transferencia de conocimiento, tras identificar oportunidades de mejora, así como problemas y necesidades de la sociedad y los sectores productivos. Según lo evidencian investigaciones recientes, las relaciones dinámicas entre las universidades y otros agentes de los ecosistemas de innovación (gobiernos y empresas), impulsan la ciencia, el desarrollo tecnológico y la innovación, tanto en América del Norte y Europa como en América Latina y el Caribe.
Pero en comparación con sus pares de países desarrollados, las universidades latinoamericanas presentan brechas importantes en su vinculación con las empresas, instituciones y otros actores sociales. La formación de capital humano y la generación y difusión del conocimiento muestra baja alineación con las necesidades y desafíos planteados por la sociedad y los sectores productivos. La adopción de prácticas como el desarrollo de patentes, licenciamientos, spin-offs, y otras formas de vinculación efectiva con otros agentes aún son escasas en el contexto académico latinoamericano.
Las universidades facilitan la aplicación del conocimiento en el sector productivo mediante patentes, startups y alianzas con la industria, al impulsar la creación de empresas innovadoras como incubadoras y programas de emprendimiento, y proveer educación de alta calidad que permite a los profesionales adaptarse a los cambios y liderar transformaciones. Además, promueven la interdisciplinariedad y el trabajo en equipos multidisciplinarios.
El concepto de la quíntuple hélice representa una interacción colectiva que incluye cinco subsistemas: los sectores académico y empresarial, el gobierno, la sociedad civil y el entorno natural o medio ambiente. En este modelo la innovación y el desarrollo sostenible requieren la participación de múltiples actores para generar soluciones efectivas a los desafíos contemporáneos: la universidad, que genera y transfiere conocimiento y forma profesionales capacitados; la industria que aplica el conocimiento para el desarrollo de productos y servicios innovadores; el gobierno, que crea políticas públicas para facilitar la colaboración y financiar la innovación; y la sociedad civil, que participa en la cocreación de soluciones, para que la innovación responda a necesidades reales y con impactos positivos en el ambiente.
El papel activo de las universidades en la quíntuple hélice genera múltiples beneficios para la sociedad. La colaboración con el sector productivo fortalece la economía y mejora la competitividad global, y permite que la innovación no solo se centre en la rentabilidad, sino también en resolver problemas sociales y ambientales. La investigación académica impulsa el desarrollo de tecnologías avanzadas que transforman industrias, y se crean programas educativos alineados con las demandas del mercado laboral. Se garantiza así que los futuros profesionales cuenten con las habilidades necesarias para enfrentar los retos de un mundo en constante cambio.
Las universidades también sensibilizan sobre la importancia de la innovación y la sostenibilidad. A través de programas de educación continua, actividades de divulgación científica y la integración de metodologías de aprendizaje basadas en proyectos reales, fomentan una mentalidad innovadora en los estudiantes y en la comunidad en general. Esto se traduce en una mayor participación de la sociedad en los procesos de innovación y en la generación de un ecosistema de aprendizaje constante.
Para que las universidades sean motores efectivos de la innovación dentro de la quíntuple hélice, es fundamental implementar estrategias específicas. Se debe incentivar la investigación aplicada con impacto en el sector productivo y social, crear infraestructuras que potencien la innovación como parques tecnológicos, incubadoras y centros de innovación para fortalecer la transferencia de conocimiento, desarrollar convenios con empresas y gobiernos que garanticen la aplicabilidad de las investigaciones y diseñar mecanismos de inversión en innovación que permita a los proyectos escalar. También es fundamental fortalecer los programas de emprendimiento universitario y brindar al estudiantado y academia las herramientas y el apoyo necesario para convertir sus ideas en proyectos viables y sostenibles.
Otro aspecto clave es internacionalizar la educación superior. Las universidades deben fomentar la movilidad académica y la cooperación con instituciones extranjeras, de modo que se fomente el intercambio de conocimientos y experiencias que potencien la innovación global. La adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial y la bioeconomía también juega un papel esencial en la transformación del ecosistema universitario y en su capacidad para generar soluciones disruptivas.
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio. Delfino.CR es un medio independiente, abierto a la opinión de sus lectores. Si desea publicar en Teclado Abierto, consulte nuestra guía para averiguar cómo hacerlo.