Vicepresidenta del colegio de Químicos afirma que el agua 100% pura no existe en fuentes de agua natural.
El Colegio de Químicos de Costa Rica sostiene que un comité técnico debería realizar una revisión integral del Reglamento para la Calidad del Agua potable. El ente agremiado considera necesario un análisis sistemático de la implementación de plaguicidas en el país, en todas sus fases, desde que se importan, la gobernanza y regulación hasta la forma en que se aplican y la disposición final de residuos, tomando en cuenta sustentos técnicos y científicos.
Esta responsabilidad debe implicar una revisión periódica e integral de este reglamento para que se actualice según los nuevos desafíos, detallaron los químicos.
El colegio asegura que con la creación de un comité técnico multidisciplinario e interinstitucional se velará por la correcta forma de aplicar el reglamento, la actualización periódica y otros aspectos que permitan que las personas costarricenses tengan agua de calidad potable.
Asimismo, respaldan que en la reforma del reglamento se incluya el análisis de riesgo para valorar la vulnerabilidad de las fuentes de agua del país en las que pueda haber una posible contaminación con sustancias químicas en una concentración que representen un peligro para la salud y el ambiente.
El Colegio de Químicos cuestiona que se hayan realizado análisis de riesgos, pero que no se ha tenido una comunicación adecuada que permita que las comunidades, grupos de interés e instituciones puedan comprenderlos para la correcta toma de decisiones.
La vicepresidenta del colegio de Químicos, Noemy Quirós, afirmó que el agua 100% pura no existe en fuentes de agua natural.
Para eso se establece en el análisis de riesgos un riguroso estudio que determina la presencia de plaguicidas y otras sustancias químicas con sus valores máximos permitidos, de tal manera que sea segura para consumo humano y proteja la salud de las personas”.
La reforma despierta críticas
En semanas recientes, ecologistas denunciaron que el Ministerio de Salud busca modificar el Decreto Ejecutivo Nº 38924-S, lo que podría aumentar los niveles máximos de plaguicidas en el agua de consumo humano. Según los defensores del ambiente, la propuesta permitiría Valores Máximos Admisibles (VMA) que superan hasta en 800 veces los límites vigentes, sin incluir estudios o criterios técnicos claros.
Actualmente, el reglamento establece que el valor máximo admisible de plaguicidas en agua potable es de 0,1 microgramos por litro.
Por su parte, el Ministerio de Salud defendió la propuesta al señalar que la reforma incluye herramientas preventivas, como la creación del "Valor de Alerta", que permitiría identificar riesgos de forma temprana y tomar medidas fundamentadas en análisis técnicos. La cartera también afirmó que las modificaciones no buscan "legalizar" la presencia de plaguicidas en el agua potable.
La posición del Ministerio fue respaldada por la Alianza para la Sostenibilidad Agrícola (ASA), conformada por la Cámara Nacional de Agricultura y Agroindustria (CNAA), la Cámara de Insumos Agropecuarios (CIA) y la Asociación de Formuladores y Comercializadores de Agro insumos de Costa Rica (Asoagro).
ASA argumentó que el límite actual de 0,1 microgramos por litro es una copia de la normativa europea que no se ajusta a la realidad tropical de Costa Rica. También señalaron que no considera factores como las condiciones climáticas, los tipos de suelo y la incidencia de plagas en el país.