Este 19 de noviembre, en el Día Internacional de la Mujer Emprendedora, celebramos el papel crucial de las mujeres en el desarrollo económico y social. Esta fecha busca empoderar a las mujeres que emprenden, alentando la creación de iniciativas que fortalezcan comunidades y economías a nivel global.
En Costa Rica, cinco de cada diez pymes están lideradas por mujeres, según la Cámara de Comercio. Sin embargo, persisten barreras como el acceso limitado a financiamiento y a redes empresariales de apoyo; de hecho, de acuerdo con el Banco Mundial, las pymes de mujeres enfrentan una probabilidad un 20% menor de obtener crédito formal que sus pares masculinos. Este panorama se agrava en sectores como la tecnología, donde las disparidades de género son aún mayores.
Apoyar a las mujeres emprendedoras no solo es una cuestión de justicia e igualdad de oportunidades, sino también una estrategia para el desarrollo económico sostenible. Estudios indican que, si las mujeres participaran en el mercado laboral de forma igualitaria, el producto interno bruto (PIB) de América Latina podría aumentar hasta en un 34%.
Un factor clave detrás de estas barreras es el sesgo inconsciente. Un estudio elaborado por la organización Alterna refleja que las mujeres reciben preguntas de “prevención” enfocadas en riesgos, mientras que a los hombres se les consulta sobre oportunidades de crecimiento. Esto puede reducir hasta siete veces el financiamiento disponible para emprendedoras. Erradicar estos prejuicios y fomentar evaluaciones justas es esencial para abrir más oportunidades.
Desde la Fundación CRUSA, creemos que es momento de repensar la forma en que apoyamos y promovemos el emprendimiento femenino en Costa Rica. Impulsar políticas públicas inclusivas, fomentar alianzas público-privadas y crear programas de financiamiento específicos para proyectos liderados por emprendedoras son acciones necesarias para equilibrar el terreno y construir una economía más inclusiva y diversa.
Programas de incubación como Constelar, brindan herramientas técnicas y financiamiento a mujeres lideresas en áreas STEM. Este esfuerzo ha demostrado que, con el apoyo adecuado, las mujeres pueden liderar soluciones innovadoras, generar empleo local y contribuir con el desarrollo sostenible, especialmente en estos campos dominados por el sector masculino.
Las empresas gestionadas por mujeres tienen mayor probabilidad de invertir en sus comunidades y adoptar prácticas responsables con el medio ambiente. Ejemplos como el fondo Catalyzer, ahora Devela Capital, donde el 66% de las empresas beneficiadas son lideradas por mujeres, demuestran que la equidad en la inversión es una oportunidad transformadora.
En este Día Internacional de la Mujer Emprendedora, hago un llamado a la sociedad costarricense, el sector privado y las instituciones públicas a unir esfuerzos para que trabajemos juntos para construir un ecosistema inclusivo que les permita a las mujeres alcanzar su máximo potencial y contribuir con una Costa Rica más próspera, sostenible e inclusiva.
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