El Banco Popular entra en escena.

Resulta fácil perderse entre la maraña de titulares, noticias y chismes que rondan el proceso de resolución de Coopeservidores. Abundan los rumores, la información no verificada y el desconocimiento en temas técnicos.

Hoy sabemos más de 200 asociaciones solidaristas que representan a más o menos 140.000 trabajadores, tenían inversiones en esta cooperativa. Es importante que los patronos de esos afiliados tengan claras las implicaciones de la aprobación del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) de la oferta del Banco Popular, mediante la cual este banco adquiere parte de los activos y pasivos de la Cooperativa, es decir, una parte del llamado Banco Bueno.

“¡Se perdió el 50%!”  

Al igual que la ignorancia, esa afirmación es atrevida.  Veamos:

  • Digamos que una asociación tenía invertido en Coopeservidores fueron 10 millones de colones*.
  • De esos 10, el Banco Popular garantizó que se devolverán 6 millones. O sea, nos quedan 4 al descubierto.
  • De esos 4, el Banco Popular reconoció que se pagará el 50%. O sea, recuperamos 2 más, para un total de 8 millones recuperados, 2 al descubierto.
  • Para tratar de recuperar ese saldo al descubierto, el administrador de la resolución de Coopeservidores está haciendo gestiones para seguir colocando los activos y pasivos de la Cooperativa. Si sus esfuerzos prosperan, entonces la recuperación será mayor. ¿Cuánto mayor? Es muy temprano para saberlo.

En otras palabras; en este ejemplo se recuperan 8 de 10 millones de colones invertidos, es decir un 80%. Y aún hay chance de recuperar más.  Si fuese cierto que se perdía el 50%, solo hubiéramos recuperado 5.  Aquí podemos encontrar otro ejemplo.

En resumen: Hay un piso de pérdida, que es un 50% de inversión realizada por encima de 6 millones de colones, y aun no se ha fijado un techo de recuperación.

Un 50% ¿De qué?

El 50% del piso de pérdida corresponde al 50% de la inversión que hizo la Asociación en Coopeservidores. No corresponde a la totalidad del capital de la Asociación.

En términos generales, hay 3 escenarios partiendo del monto de la inversión que queda al descubierto:

  • Este monto puede ser absorbido por los excedentes de la asociación. Es sería el mejor escenario, porque significa que el ahorro obrero y el aporte patronal (la cesantía) están intactos. Eso sí, este año, los excedentes serán menores o no se pagarán del todo.
  • Este saldo al descubierto comprometió total o parcialmente el aporte obrero. Recordemos que los afiliados que se retiren de la Asociación o terminen su relación laboral, tienen derecho a recibir su aporte patronal. Pero la Asociación no tiene cómo devolver un aporte que ya no existe. Nadie está obligado a lo imposible.

¿Repartimos el impacto proporcionalmente entre todos los asociados? ¿Buscamos financiamiento para recuperar esa porción? ¿Le pedimos a los asociados un aporte extraordinario? ¿Se paga el aporte obrero ese aporte a pagos de polaco? Eso dependerá de lo que decida cada Asociación, ojalá con asesoría especializada.

  • La porción no recuperada comprometió el aporte patronal, es decir, el auxilio de cesantía. El más delicado de todos los escenarios ¿Cómo pagarla a los afiliados que salen de la empresa, si no hay con qué? Recordemos que, aunque el patrono haya trasladado la cesantía a la Asociación, mantiene la obligación de pagarla, al menos en el caso del despido con responsabilidad patronal.

Esos escenarios y la combinación entre ellos, deja claro que ya el daño está hecho y es imposible salir intactos. Queda escoger entre lo más malo y lo menos malo.

Lo más malo sería renunciar al modelo solidarista. Sus beneficios han sido evidentes y esta crisis no se la podemos atribuir al modelo como tal.

Lo más malo sería escoger opciones que le representan gastos adicionales a la asociación en un momento en que cada colón cuenta.

Lo más malo sería dejar a la asociación por su cuenta, cruzándose de brazos, a ver qué hacen.  Lo ocurrido nos afecta a todos, no solo a la asociación.

Lo más malo sería tomar una decisión desinformada o impulsiva.

Lo más malo sería que los afiliados abandonen la asociación tratando de proteger su ahorro, sin darse cuenta que, al hacer eso, afectan a todos.

Lo más malo sería dejar a la asociación sola cuando más necesita apoyo.

Las autoridades han insistido en que el fenómeno Coopeservidores es una situación aislada y que no ha contagiado al resto del sistema financiero, es decir, que no es orgánica.

El modelo de la asociación, por el contrario, se caracteriza por su organicidad: todos somos parte de la asociación de alguna manera. El patrono se sienta en la Junta Directiva, las posiciones de representación patronal (gerentes, directores, managers, etc) usualmente son afiliados; el impacto que tiene la administración de la cesantía en la reducción de litigios laborales; sus créditos blandos, programas sociales y de ahorro, distribución de excedentes, que tanto han contribuido en el bienestar de los beneficiados.

¿Y los responsables?

Será en la sede penal donde se determinará quiénes tienen la culpa de todo lo ocurrido.  Puede ser que el Ministerio Público identifique a los responsables, lo qué hicieron y cómo lo hicieron, los llevan a juicio y reciben una condena.

Sin embargo, la recuperación del dinero dependerá de los bienes que tengan las personas condenadas. O de que se determine que hubo responsabilidad de los entes estatales y se le exija una indemnización por la vía contencioso-administrativa.

Ninguna de las dos cosas ocurrirá en el futuro cercano. Para cuando se llega a una condena en firme, ya Coopeservidores no existirá, no tendrá bienes que puedan ser usados para indemnizar a los afectados y será una noticia vieja, recordada solo por quiénes sufrieron su impacto.

Disclaimers

El caso Coopeservidores tiene muchos matices. Nos hemos concentrado en el que corresponde a las asociaciones solidaristas, por el impacto que representa para sus afiliados, los trabajadores.

Esta columna no sustituye el análisis legal y financiero que se realice para cada caso específico.

*Este ejemplo es una simplificación que no toma en cuenta, por ejemplo, intereses acumulados, obligaciones vencidas, etc.

Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.