El vino de coyol es una de las tradicionales bebidas que el Ministerio de Cultura ha reconocido como patrimonio inmaterial de la provincia de Guanacaste. Sin embargo, no existe una robusta documentación que pueda establecer con claridad una hipótesis sobre el origen de esta bebida. La mayoría de los documentos sobre el vino de coyol se dedican a mostrar la forma en que se extrae y por lo general se acompañan de entrevistas para mostrar la forma en que actualmente se produce en las comunidades.
A pesar de ello, existen algunos estudios que pueden iluminar la opacidad que existe sobre el pasado y origen de este brebaje. Lokken (2017) por ejemplo, apunta que, hacia el año 1628, en la comunidad de Usulatán (El Salvador) se registró la muerte de Manuel Macambique, de origen africano, en condición de esclavitud debido al fuerte consumo del vino de coyol. Este mismo autor, cita el trabajo de William Fowler (1989) quién en sus investigaciones comprobó que el coyol, es una palma centroamericana y cuyo método para extraer la savia fue evidentemente introducido por las poblaciones africanas para hacer el licor.
Desde la Universidad Nacional en Nicoya hemos hecho una revisión de varios documentos históricos del período colonial, que contienen crónicas, relaciones, relatos y cartas (entre otros), pero en ninguno de ellos se menciona la presencia de esta bebida en festividades, ceremonias o rituales de los pueblos originarios. En los documentos que hemos revisado se reportan dos bebidas: la mazamorra y la chicha. Con el tiempo estas bebidas fueron perdiendo vigencia debido a la introducción del aguardiente como monopolio colonial.
En los documentos para la historia de Costa Rica, organizados por León Fernández, se documenta la elaboración de bebidas por parte de las poblaciones originarias con frutos como el jocote y el cacao. Por ejemplo, Pedro Godínez Osorio, gobernador de Veragua, en 1575, relata que el principal alimento de las poblaciones indígenas es un fruto llamado “pejibáes”; así como también, yuca y piñas. En sus crónicas indica que con estos frutos se elaboraba cierta bebida que llamaban mazamorra que se usaba, tanto para alimento, como para embriagarse. De igual manera, Fray Francisco de San José, en el año 1697, al elaborar una declaración sobre las casas y parcialidades de los pueblos Térrabas, cuenta que en todas las casas no hay más alimento que maíz y que las personas lo comen cocido o asado, pero, también, hacen chicha para beberlo.
En esta misma dirección, en 1699, Fray Pablo de Rebullida, en su segundo informe sobre la nación de los Changuenes, en la provincia de Talamanca, cuenta que la única bebida y alimento de las poblaciones proviene de un árbol que llaman Pejibay. Como se puede observar, las evidencias encontradas en la investigación no muestran una tradición de los pueblos indígenas hacia la utilización de la savia de la palma para producir algún tipo de bebida.
Bernal Díaz del Castillo (2019), en su Historia verdadera de la conquista de la Nueva-España, indica que los pueblos originarios de México tenían la costumbre de ingerir una bebida hecha con base en el cacao. Mora de Tovar (1997) en sus investigaciones realizadas establece que la producción de aguardiente hechizo u otras bebidas como “el coyol” se inició casi al mismo tiempo que los españoles introdujeron la caña de azúcar y a la población de origen africana. El vino estaba reservado para las élites y su acceso era muy restringido debido a los precios y las relaciones sociales de casta. Y este otro tipo de bebidas se popularizaron en aquellas poblaciones esclavizadas o con sectores con escasos recursos. Incluso, señala esta autora, en períodos de escasez del vino de Castilla la población en general consumía bebidas como la chicha y el coyol. Por otra parte, Sarmiento (2009) documentó que las personas esclavizadas africanas en Cuba y Colombia desarrollaron la tradición de extraer bebidas de las palmas.
En este contexto, en Guanacaste hay tres lugares donde la producción de bebidas extraídas de la palma parece ser similar: Santa Cruz, Nicoya y Liberia. Son sitios donde se asentaron poblaciones esclavizadas de origen africano. Incluso hubo un brebaje llamado “chocado”, que consiste en una bebida hecha con plátano maduro cocido, muy similar al que se prepara en Cuba, Panamá y Guatemala por las poblaciones esclavizadas.
En general, las evidencias halladas en la documentación que se revisó indican que esta bebida fue introducida en fechas posteriores al comienzo de comercio de personas esclavizadas en Centroamérica. Además, en ninguna de las crónicas coloniales que se revisaron se relata la presencia de una bebida que se obtiene de la forma en que se extrae el coyol. Finalmente, el coyol fue una bebida de uso común incluso entre las élites y que su consumo fue tan generalizado que hubo políticas con el fin de prohibir su producción. En países como Colombia, Ecuador o Cuba los estudios realizados afirman que es una bebida que introdujeron las poblaciones esclavizadas traídas de África.
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