Mientras tanto, el Congreso de Brasil está avanzando en una propuesta para endurecer las leyes sobre drogas.

La Corte Suprema de Brasil votó este martes a favor de despenalizar la posesión de marihuana para uso personal, colocando al país entre los últimos de América Latina en promulgar dicha reforma. Esta decisión histórica busca aliviar el sistema penitenciario sobrepoblado de Brasil.

Tras años de deliberaciones que comenzaron en 2015, la mayoría de los 11 jueces votaron a favor de la despenalización. El tribunal fijará la cantidad máxima considerada para uso personal y la fecha efectiva de la decisión, tan pronto como este miércoles. La venta de marihuana, sin embargo, seguirá siendo ilegal.

Una ley brasileña de 2006 buscaba imponer penas alternativas, como servicio comunitario, para aquellos atrapados con pequeñas cantidades de drogas, incluida la marihuana. Sin embargo, la ley fue criticada por su vaguedad, careciendo de cantidades específicas para distinguir el uso personal del tráfico. Como resultado, continuaron los arrestos por pequeñas cantidades, exacerbando el hacinamiento en las cárceles.

"La mayoría de los detenidos antes del juicio y aquellos condenados por tráfico de drogas en Brasil son delincuentes por primera vez, que llevaban pequeñas cantidades de sustancias ilícitas consigo, atrapados en operaciones policiales de rutina, desarmados y sin evidencia de ninguna relación con el crimen organizado", dijo Ilona Szabó, presidenta del Instituto Igarapé, que se enfoca en seguridad pública.

Paralelamente a las deliberaciones del tribunal, el Congreso de Brasil está avanzando en una propuesta para endurecer las leyes sobre drogas. Esto incluye una enmienda constitucional, aprobada por el Senado en abril, para criminalizar la posesión de cualquier cantidad de sustancias ilícitas. El comité constitucional de la cámara baja respaldó la propuesta el 12 de junio y está a la espera de los siguientes pasos para la aprobación legislativa.

En caso de que esta medida sea aprobada, podría anular la decisión de la Corte Suprema pero podría enfrentar desafíos constitucionales.

Activistas y expertos legales han abogado durante mucho tiempo por la despenalización en Brasil, que tiene la tercera mayor población carcelaria del mundo. Los críticos argumentan que las leyes actuales tienen como objetivo desproporcionadamente a los usuarios de pequeña escala, lo que contribuye al hacinamiento carcelario y al reclutamiento de pandillas dentro de las cárceles.

Cristiano Maronna, director de JUSTA, un grupo de la sociedad civil centrado en la reforma judicial, señaló: "Hoy, el tráfico es el principal vector de encarcelamiento en Brasil".

A diciembre de 2023, la población carcelaria de Brasil rondaba las 852.000 personas, con casi el 25% encarcelado por delitos relacionados con drogas. El sistema penitenciario está notablemente sobrepoblado, con ciudadanos negros representando más de dos tercios de los reclusos.