El pasado 18 de abril Carlos Manuel Rodríguez, quien es hoy CEO del Fondo Mundial para el Medio Ambiente, presentó un TEDxPURAVIDA del que me aprovecho para hacer este artículo.
Carlos Manuel ha dedicado toda su vida a la conservación de la naturaleza y en nuestro país ha sido viceministro en funciones de ministro durante la administración 1998-2002 y ministro de Ambiente en otros dos gobiernos. Me honra ser su tío y me alegra muchísimo lo que sus padres, mis queridos hermanos Manuel Emilio y Nydia, y sus abuelos y tíos se alegran desde el cielo viendo sus exitosos aportes en favor de nuestro planeta.
Nos comparte en esta presentación datos que asustan y causan preocupación y pena:
- De 1970 a hoy la Tierra ha perdido más de dos terceras partes de la población de plantas y animales.
- En 1970 había más de 2 millones de elefantes africanos, hoy apenas habrá unos 50.000.
- Hoy de todos los mamíferos del planeta solo el 6% son animales silvestres como dantas, jaguares, leones, gorilas, zorros, ardillas. Un 94% somos los humanos y nuestros animales domesticados como vacas, cabras, caballos, chanchos, perros y gatos.
- Hoy todos los países industrializados y ricos están disminuyendo su población de plantas y animales, son países actuando de manera negativa frente a su naturaleza.
- Solo un puñado de naciones, 5 o 6, entre ellos Costa Rica, están en condición naturaleza positiva, aumentan el número de animales y plantas.
La ruta de la bio-prosperidad lo que pretende es tomar las medidas necesarias para poder detener la pérdida de animales y plantas en 2030, y en los años siguientes empezar a recuperar las poblaciones perdidas.
Esta ruta fue el motivo de la Conferencia de Diversidad Biológica que tuvo lugar del 7 al 19 de diciembre de 2022, en Montreal, que aprobó el Marco Mundial Diversidad Biológica (GBF, por sus siglas en inglés).
Este acuerdo entre 188 naciones aprobó 4 áreas específicas de acción.
En su presentación Carlos Manuel, muy atinada y documentadamente, señala la gran influencia de nuestro pequeño país en la adopción de esas medidas. Es una influencia totalmente desproporcionada dada la realidad de nuestra muy reducida magnitud de tamaño, población y poder. Esa influencia se origina en la performance costarricense en esos campos, con muy importantes innovaciones que en su ejecución han demostrado sus bondades para la diversidad biológica.
El primero de esos objetivos es tomar acciones de modo que para 2030 se dé protección al 30% de los océanos y de los ecosistemas terrestres.
Pues bien, Costa Rica hoy ya protege el 55% de sus tierras, 30% con áreas protegidas, y 25% mediante el innovador y exitoso sistema de Pago por Servicios Ambientales que han hecho atractivo a propietarios privados defender la riqueza biológica de sus tierras. También protege el 30% de sus mares.
El segundo objetivo es restaurar áreas degradadas. Esta es una tarea difícil incluso para los países ricos.
Costa Rica ya lo hizo. Hoy tenemos el doble de área con cobertura vegetal que en la década de 1970, y además lo hemos hecho no simplemente sembrando árboles, sino además recuperando la diversidad biológica. Hoy hay jaguares, dantas y monos donde hace pocas décadas solo había potreros. Hoy las lapas verdes y rojo-azules abundan en nuestras playas y tierras bajas.
En su presentación Carlos Manuel señala que el tercer objetivo es posiblemente el más difícil: hacer que los sectores productivos sean más amigables con la naturaleza.
Los cinco sectores productivos de mayor impacto negativo en las poblaciones de plantas y animales son la agricultura, la pesca, las construcciones humanas de infraestructura y vivienda, la explotación forestal y la extracción de minerales, petróleo y gas.
Este es un campo en el que no somos ejemplo de lo ya alcanzado, sino que debemos ser ejemplo de lo que se puede lograr estableciendo incentivos positivos (premios) y negativos (castigos) de manera que las actividades que promuevan el aumento de las cantidades de plantas y vegetales ganen, y que las que provoquen su disminución paguen.
El cuarto objetivo de este Acuerdo Marco GBF es financiero, consiste en movilizar 200 mil millones de dólares para el año 2030 para promover las actividades favorables a la naturaleza.
Para tener idea de la magnitud de ese esfuerzo hoy entre todas las naciones se movilizan unos 80 mil millones de dólares. Hay que aumentar esa cifra en un 150%.
De nuevo Costa Rica es innovador y exitoso. Generalmente se piensa en empezar por poner impuestos para disminuir el incentivo perverso que provocan las externalidades negativas. Nosotros no. En Costa Rica desarrollamos el sistema de pago por servicios ambientales que ha sido muy exitoso como lo prueban las cifras de recuperación de vida natural en las áreas favorecidas con este sistema. El financiamiento para este programa en buena parte se origina en los impuestos a los combustibles. El que contamina ayuda a pagar el incentivo a quienes multiplican la vida de la naturaleza. Pero lo pionero e importante es el uso que se da a esos recursos.
Debemos usar el orgullo y la fortaleza que nos generan esos hechos para seguir avanzando en la riqueza biológica de nuestra nación, la riqueza que de verdad nos hace una Costa Rica.
No nos dejemos deslumbrar por espejismos engañosos que nos separen de la ruta de la bio-prosperidad.
Este artículo representa el criterio de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de este medio.