Embajadas de Canadá, Colombia, España, Estados Unidos y Países Bajos también pidieron prohibir las "terapias de conversión".
Las comunidades de fe e iglesias cristianas presentes en Costa Rica que mantienen una postura de acogida y de inclusión plena hacia las personas LGBTIQA+ (Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans, Intersex, Queer, Asexuales y otras diversidades sexogenéricas), expresaron su apoyo al proyecto de ley 20.970 que prohíbe las llamadas “terapias de conversión".
El pronunciamiento, enviado a las diputaciones de Asamblea Legislativa, fue suscrito por las siguientes organizaciones: Iglesia Episcopal Libre de Costa Rica, Iglesia, Ministerio Amor sin fronteras, Comunidad Más Refugio, Iglesia Católica Ecuménica de Cristo, Espacio Seguro Católico, Red Ecuménica de Lectura Popular de la Biblia-Costa Rica, Departamento Ecuménico de Investigaciones, Comunidad Ecuménica Inclusiva Brisa Fresca, Red de Teólogas, Pastoras, Activistas y Lideresas Cristianas, Familias Que Escuchan. Familiares católic+s de personas LGBTIQA+, Colectivo María Magdalena.Mujeres Trans Cristianas y el Colectiva Coexistir.
Las llamadas "terapias de conversión" son prácticas que buscan cambiar, alterar o suprimir las identidades LGBTQI+. Algunos ejemplos incluyen: terapias de conversión forzada o involuntaria, descargas eléctricas, uso de drogas u hormonas, cirugía, detención o encarcelamiento, "violación correctiva", celibato, institucionalización psiquiátrica, inanición, esterilización involuntaria y/o embarazo o crianza de niños y niñas.
En las argumentaciones de su posición destacaron los principios religiosos de que Dios ha creado a toda persona a su imagen y semejanza y que todo lo que Dios ha creado “es bueno en gran manera”.
Además, señalaron que, en Jesucristo, Dios ama incondicionalmente a todo ser humano, sin hacer distención o diferencia entre las personas. También detallaron que en función del sacramento del bautismo, la persona que ha sido bautizada viene a formar parte de la Iglesia, que es el Cuerpo de Cristo y el Pueblo de Dios, por lo tanto, tiene derecho a vivenciar su fe cristiana plenamente, individual y colectivamente, sin exclusiones ni discriminaciones.
Otro punto que mencionaron es que Jesús realizó acciones a favor de las personas estigmatizadas, excluidas, discriminadas y violentadas por los sistemas sociales, religiosos y políticos de su tiempo y entorno (personas extranjeras, con distintas enfermedades y discapacidades, personas enfermas de lepra, mujeres, niñas y niños, esclavos).
Para estas agrupaciones, en la actualidad las iglesias y comunidades de fe, deben seguir ese ejemplo y "abrazar, acoger y dignificar a quienes los sistemas socioeconómicos, políticos y religiosos actuales excluyen, discriminan y violentan".
Reconocemos que, desde una perspectiva religiosa judeocristiana, las visiones negativas acerca de la diversidad sexual y de las personas LGBTIQA+, surgen de lecturas e interpretaciones fundamentalistas, literalistas y descontextualizadas cultural e históricamente de pasajes de la Biblia".
Además, reconocieron que históricamente los discursos religiosos han sido instrumentalizados por muchas instituciones religiosas y sociales para estigmatizar, violentar, discriminar y condenar a las personas, en función de su género, su origen étnico, su color de piel, sus creencias y prácticas religiosas, su estado civil, la zurdera, su orientación sexual, identidad o expresión de género, entre otras características humanas.
Basados en la Convención Americana de Derechos Humanos, aseguraron que quienes lideran comunidades de fe e iglesias también deben ser responsables en el ejercicio de su derecho a la libertad de expresión, la cual no debe vulnerar los derechos ni la salud de otras personas, ni constituirse en germen para discursos de odio.
Agregaron que ese derecho no debe ser utilizado para incitar a alguna forma de maltrato o violencia contra una persona o grupo de personas.
Por lo anterior, consideran que la iniciativa de ley no supone una limitación o violación al derecho a la libertad de expresión, pues esta debe ejercerse considerando tanto la veracidad de la información compartida como los impactos que los mensajes y discursos esbozados generen en las distintas audiencias.
Entendemos que la discriminación y la violencia que afrontan las personas LGBTIQA+ en contextos familiares, sociales, educativos, laborales y eclesiales son los factores que subyacen al malestar psicológico, a los problemas emocionales y a la tensión interna experimentada por muchas personas LGBTIQA+, generando en ocasiones conductas autodestructivas, visión negativa de sí mismas, entre otros".
Aseguraron, también que las Comunidades de Fe y las Iglesias, en un espíritu ecuménico, están llamadas a promover la inclusión, la justicia, la paz social y la convivencia pacífica en la diversidad, así como a denunciar proféticamente las injusticias que los sistemas políticos, económicos, sociales y religiosos hegemónicos pretendan perpetrar y perpetuar.
Afirmaron que las iglesias deben promover en las familias la aceptación y el respeto por la particularidad de cada persona, evitando generar tensión interna fundada en falsas expectativas de cambio respecto de la orientación sexual, identidad o expresión de género.
Creemos que no existe incongruencia alguna entre ser una persona lesbiana, gay, bisexual, trans, queer, asexual o intersex y ser una persona cristiana, pues toda persona tiene derecho a profesar su fe libremente de acuerdo a sus convicciones, libre de coerción, señalamientos o condenas".
Y continuaron:
Entendemos que las personas LGBTIQA+ no necesitan modificar su orientación sexual, identidad de género o expresión de género, pues la diversidad sexo-genérica es natural y saludable. De hecho, intentar cambiar la orientación sexual NO ES POSIBLE ya que no supone una elección voluntaria que la persona haga".
Al respecto, añadieron que la Asociación de Psicología Americana (APA) sostiene que la orientación sexual no es una elección consciente, pues ésta surge en la infancia o adolescencia sin ninguna experiencia sexual previa, por lo que no es un aspecto que pueda cambiarse voluntariamente.
Desde 1990 la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), dejando sin sustento científico cualquier procedimiento que pretenda patologizar y por consiguiente curar o corregir una condición humana que desde hace más de treinta años no es considerada una enfermedad mental.
Adicionalmente, desde 2022 la OMS ha eliminado la transexualidad de la Clasificación Internacional de Enfermedades y la entiende como una condición relativa a la salud sexual.
En el caso Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica en abril de 2022 en contra de las prácticas denominadas “terapias de conversión”, considerándolas “tratamientos" inhumanos, crueles y degradantes e instando a las personas profesionales en Psicología a desarrollar su práctica profesional basada en la evidencia científica y en el principio de respeto a los derechos humanos.
Adicionalmente, en Costa Rica, desde 2008, se firmó el Decreto Ejecutivo N.34399-S que conmemora desde 2008 el Día Nacional e Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia, Bifobia y Transfobia, precisamente en recuerdo de la despatologización de la diversidad sexual y de género.
Embajadas rechazan la práctica
Este mismo lunes 4 de marzo se dio a conocer el rechazo de las embajadas de Canadá, Colombia, España, Estados Unidos, y los Países Bajos, a la terapias de conversión.
En una carta conjunta, las representaciones diplomáticas señalaron a la Asamblea Legislativa que es necesario erradicar la violencia y la discriminación en contra de los derechos humanos de las personas LGBTQI+
Las llamadas “terapias de conversión” son uno de los flagelos que aún existen en la actualidad".
Resaltaron que expertos médicos de todo el mundo, han constatado que este tipo de intervenciones carecen de credibilidad científica y utilidad clínica; y que suelen causar traumas psicológicos y físicos profundos y duraderos a las personas afectadas.
Sus impactos incluyen ansiedad, depresión, baja autoestima, suicidio o pensamientos suicidas, y también representan una afrenta directa a los derechos humanos, compartieron.
Por estas razones, reafirmamos la importancia de garantizar el acceso a la salud basada en evidencia científica, sin discriminación ni estigma, independientemente de la orientación sexual, la identidad o expresión de género o las características sexuales y abogamos por el pleno respeto a su humanidad".
Finalizaron al rechazar al uso de las terapias al justificar que ponen en riesgo la dignidad intrínseca de quienes se someten a estos procesos.
La propuesta de ley, que fue presentada por el ex diputado frenteamplista, José María Villalta Flórez-Estrada , y que fue acogido por el congresista de la misma agrupación, Antonio Ortega Gutiérrez, fue dictaminada a favor de en la Comisión de Derechos Humanos y se encuentra en el plenario.
En contra de este proyecto públicamente están las diputaciones de Nueva República. El día de hoy el diputado de esa fracción, David Segura Gamboa, afirmó que los países de las embajadas que suscribieron el comunicado de rechazo a las terapias de conversión tienen "una ideología muy similar a la del Frente Amplio". Además dijo que la iniciativa quiere "callar al pueblo creyente" y la calificó como una ley mordaza.