Antes de abordar el concepto, es primordial recordar las bases del capitalismo convencional. Realizando un recorrido por las diversas definiciones; se podría decir que es un sistema socioeconómico que se basa en la propiedad privada de los medios de producción, donde media la libertad de mercado y la acumulación de capital. En otras palabras, las empresas y personas son libres de tomar decisiones económicas prácticamente sin intervención del estado.
Existen varios tipos de capitalismo, entre ellos el capitalismo de libre mercado; con una mínima intervención del estado. Capitalismo social, este cuenta con mayor intervención del Estado en la economía para promover igualdad y el capitalismo del Estado donde se ejerce un control estatal significativo sobre la economía.
Se puede decir que el capitalismo ha sido dominante desde la Revolución Industrial. Por supuesto que no es un sistema perfecto, dado que; desde un punto de vista general, era muy significativo y notorio su enfoque en la creación de riqueza, sin embargo, en la actualidad el objetivo principal no está tan alejado de ello. Esa necesidad tiende a ser desmedida en ocasiones, pues no se considera de manera consciente los medios para lograrlo. En este punto toma sentido el concepto del capitalismo consciente.
Grosso modo, se entiende como un movimiento que surgió a principios del siglo XXI como respuesta a las críticas al capitalismo tradicional. Sus principales exponentes son John Mackey, cofundador de Whole Foods Market, y Raj Sisodia, profesor de la Escuela de Negocios de Babson.
Los inicios se remontan a la década de 1990, cuando Mackey y Sisodia por medio de la investigación y literatura sobre empresas que combinaban el éxito económico con un enfoque en el bienestar social y ambiental. En 2009, publicaron el libro "Capitalismo Consciente: Hacia un nuevo paradigma empresarial", que se convirtió en un “best-seller” y sentó las bases del movimiento.
Nuestro rol como sociedad, desde un punto de vista como consumidores, muchas veces nos coloca como ajenos al tema e incluso solamente víctimas del modelo capitalista o simplemente prestos a para señalar a las grandes empresas, pero en realidad, todos somos parte de la ecuación. Conversando de este tema, mientras participaba en una charla del tema del capitalismo consciente, a un participante le plantee un caso hipotético basado en la siguiente pregunta: “¿Qué haría usted si un familiar le hereda un negocio de un bar con muchos años de funcionamiento, con todos los requisitos de ley, con ingresos comprobados y netos de 4.200.000 colones mensuales? El único “pequeño gran” inconveniente es que; desde años atrás ha existido una pugna en la comunidad con dicho local, pues está ubicado en zona urbana. Muchos vecinos han manifestado su malestar por la contaminación sónica y mal ambiente que ha generado este negocio. Incluso muchos se han cuestionado ¿cómo fue posible obtener los permisos del gobierno local? Con todo este panorama ¿Serías capaz de rechazar la herencia con el fin de no ser parte de un problema para la comunidad? ¿Qué respondería usted ante este escenario?
De esta forma se puede tener una idea de lo complejo del sistema económico. Por este motivo surge la importancia de implementar cambios enfocados en un capitalismo con consciencia social, laboral, ambiental, cultural y relacional.
Precisamente, el capitalismo consciente busca una armonía entre las partes involucradas, más allá de la generación de capital. Se busca una sostenibilidad del ecosistema entre empresas, comunidad, ambiente, proveedores, estado y fuerza laboral. El modelo consciente plantea cuatro principios fundamentales para iniciar el proceso:
En primer lugar, plantear un propósito superior: muchas de las grandes empresas del mundo tienen claro este principio, tal es el caso de Apple, su fin no es vender tecnología para comunicarse, sino que ofrece estatus a sus usuarios. Tienen muy claro el para qué existen y no solamente por qué. Para lograr esto es fundamental considerar a todas las partes involucradas en la cadena de valor, esto allana el terreno hacia el segundo principio.
Enfoque en los stakeholders, la empresa debe considerar y procurar el bienestar de todos los grupos con un interés real en su negocio, háblese de proveedores, clientes internos y externos, la comunidad, el ambiente, el estado, entre otras. Todo esto sería imposible si no se cuenta con un enfoque y apoyo gerencial. Por lo tanto, se requiere de un liderazgo positivo.
El liderazgo positivo es el tercer principio fundamental, pues la alta gerencia junto a personas de influencia y con potestades en la toma de decisiones deben creer fielmente en la creación de un capitalismo consciente. Con el fin de generar una cultura empresarial.
La cultura positiva es el cuarto y último principio, dado que es necesario que todas las iniciativas anteriores se conviertan en un estilo de negocio, que permee las entrañas del personal y la administración. Tal a como mencionó Michael Porter:
La responsabilidad social no es un costo, sino una inversión"
Es importante comenzar a fomentar este tipo de sistema de negocios, con el fin de crear conciencia, entender que la economía no es algo unilateral, sino que depende de muchos involucrados, especialmente se debe velar por un crecimiento en armonía con el ambiente. Esto debe comenzar por cada uno de nosotros. No es responsabilidad de las grandes compañías y el estado; es un compromiso individual y colectivo para desencadenar en la creación de valor compartido.
Se puede enlistar breve y superficialmente algunos beneficios del capitalismo consciente:
- Empresas más resilientes: Las empresas que adoptan el capitalismo consciente son más propensas a ser exitosas a largo plazo, ya que están mejor preparadas para enfrentar los desafíos sociales y ambientales.
- Mejores relaciones con stakeholders: Al considerar sus necesidades, las empresas pueden construir relaciones más sólidas y duraderas.
- Mayor innovación: La cultura de colaboración y aprendizaje que fomenta el capitalismo consciente puede estimular la innovación.
- Un mejor país para todos: Al contribuir al desarrollo sostenible, las empresas que adoptan el capitalismo consciente pueden ayudar a crear un mejor sistema económico.
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